Lo que hay que saber sobre la barrera cutánea y cómo protegerla

La piel es el órgano más grande del cuerpo y se compone principalmente de tres capas:

  • La epidermis, o capa fina exterior.

  • La dermis, o capa gruesa intermedia

  • La capa grasa subcutánea

La epidermis, especialmente su capa superior -llamada estrato córneo-, actúa como barrera cutánea y es la primera línea de defensa del organismo.

¿Cómo funciona la barrera cutánea?

Si observas el estrato córneo con un microscopio, es como si se pareciera al ladrillo y al mortero. Está formado por células llamadas corneocitos que actúan como ladrillos. Estos ladrillos están fuertemente unidos, o pegados, por grasas parecidas al mortero, como las ceramidas, el colesterol y los ácidos grasos. Esta capa también contiene una proteína llamada filagrina, que ayuda a fabricar factores naturales de hidratación (NMF) para la piel.

La barrera cutánea tiene varias funciones. Te protege de:

  • La contaminación

  • Rayos ultravioleta

  • Irritación, inflamación e infección

  • Deshidratación

  • Toxinas

Regula la pérdida de agua de dentro hacia fuera, retiene la humedad y te mantiene hidratado. La barrera cutánea también bloquea la entrada a la mayoría de los medicamentos tópicos, o sea, los que te pones en la piel.

Si la barrera cutánea está dañada, puede provocar problemas en la piel, como sequedad, picor o descamación. O podría desempeñar un papel en afecciones como el eczema y la psoriasis.

Causas de los daños en la barrera cutánea

Hay muchas cosas que pueden afectar a la calidad de la barrera cutánea. Estas incluyen:

  • Un ambiente seco o húmedo

  • Un clima cálido o frío

  • Alérgenos, irritantes y contaminantes

  • Fumar

  • Demasiada exposición al sol

  • Baños o duchas calientes

  • Jabones o detergentes fuertes

  • Cuidado deficiente de la piel

  • Cortes o lesiones

  • Comer muchos alimentos poco saludables

  • Lavarse o exfoliarse en exceso

  • Ciertos medicamentos, como los esteroides

  • Estrés mental o físico

  • Falta de sueño

  • Antecedentes familiares de afecciones de la piel

  • Envejecimiento

  • Ser de determinadas etnias

Síntomas de los daños en la barrera cutánea

El daño de la barrera cutánea puede cambiar el aspecto de la capa externa de la piel. Los síntomas pueden incluir:

  • Falta de elasticidad de la piel

  • Picor y sequedad de la piel

  • Arrugas

  • Decoloración

  • Pérdida de agua (llamada pérdida de agua transepidérmica)

  • Adelgazamiento de la capa epidérmica

  • Infecciones bacterianas o víricas visibles

Cómo proteger la barrera cutánea

El primer paso es cuidar tu piel. Un buen cuidado de la piel no sólo la mantiene suave, fuerte y sana, sino que le ayuda a evitar problemas cutáneos a medida que envejece. Sigue estos consejos:

Evita el exceso de sol. Los fuertes rayos UV pueden alterar la barrera cutánea y acelerar el envejecimiento de la piel. También pueden causar manchas oscuras en la piel, arrugas y aumentar el riesgo de cáncer de piel.

Para protegerte del sol, debes:

  • Utilizar diariamente protectores solares de amplio espectro. Utiliza los que tengan un FPS 15 como mínimo.

  • Evita el sol en las horas punta -de 10 a 16 horas-, cuando los rayos solares son más intensos.

  • Protege tu piel con ropa, especialmente durante los meses de calor y humedad. Utiliza mangas largas, pantalones y sombreros de ala ancha para bloquear los rayos UV de tu piel.

Hidrátate a diario. Las cremas hidratantes retienen el agua en la barrera de tu piel. La mayoría son a base de agua y contienen ingredientes como la glicerina y el ácido láctico que atraen el agua hacia la piel, ayudando a mantenerla suave y elástica. Para una mejor absorción, ponte la crema hidratante mientras la piel está todavía húmeda. Pregunta a tu dermatólogo si no estás segura de qué tipo de cremas o lociones debes utilizar.

Sé suave. Tirar de la piel puede alterar la barrera cutánea. Deberías:

  • Evitar los baños o duchas largos y calientes.

  • Sécate la piel con una toalla.

  • Utiliza jabones o limpiadores suaves.

  • Afeitarse con cuidado (los cortes o arañazos pueden provocar infecciones o irritaciones).

  • No te rasques de forma agresiva.

Come de forma saludable. Las investigaciones demuestran que una dieta buena y sana con alimentos integrales y grasas saludables puede mantener el mejor aspecto de tu piel. Las dietas ricas en aceite de pescado, antioxidantes o suplementos de aceite de pescado pueden ayudar con la elasticidad de la piel y mantenerla con un aspecto más joven. Bebe mucha agua para mantener tu piel hidratada.

Los alimentos buenos para la piel son:

  • Zanahorias, albaricoques y otras frutas y verduras de color amarillo y naranja

  • Verduras de hoja verde como las espinacas y la col rizada

  • Tomates

  • Bayas

  • Judías, guisantes y lentejas

  • Salmón, caballa y otros pescados grasos

  • Frutos secos

No fume. Fumar puede envejecer tu piel y provocar arrugas. Estrecha los vasos sanguíneos de la piel, restringiendo el flujo de sangre. Esto reduce el suministro de oxígeno y reseca la piel. Fumar también afecta a los niveles de colágeno y elastina de la piel. Estas células proteicas proporcionan elasticidad a la piel. Además, fumar aumenta el riesgo de padecer cáncer de piel. Si no estás seguro de cómo dejar de fumar, pregunta a tu médico.

Controla el estrés. Puede desestabilizar tus hormonas y desencadenar problemas cutáneos como los brotes de acné.

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