Descubrir que el cáncer se ha extendido nunca es una buena noticia, pero no hay que pensar que es la peor. La tasa de supervivencia a 5 años del cáncer de próstata que se ha trasladado a partes cercanas del cuerpo es casi del 100%. Esto es lo que debe saber sobre su tratamiento y lo que puede esperar en el futuro.
Contención del cáncer
Cuando este tipo de cáncer se extiende (su médico puede decir que ha hecho metástasis), tiende a aparecer primero en los tejidos o ganglios linfáticos más cercanos a la glándula prostática. Si se detecta y se trata en este punto, lo que se conoce como estadio "regional", las probabilidades de recuperación son muy buenas. Si se extiende más, el cáncer suele acabar en los huesos. En ese momento, las probabilidades de supervivencia descienden al 29%.
Su médico le hablará de las mejores opciones de tratamiento.
Es posible que ya se haya sometido a una intervención quirúrgica o a radiación. Esos tratamientos se utilizan a veces para atacar el cáncer de próstata cuando aún está sólo en la próstata. Cuando el cáncer se extiende, lo más probable es que su médico le sugiera una terapia hormonal. Eso suele significar tomar medicamentos para reducir la cantidad de hormonas andrógenas (testosterona y DHT) en su cuerpo o evitar que afecten a las células cancerosas...
Una opción relacionada pero poco utilizada es la castración quirúrgica. El médico te extirpa los testículos, donde se fabrican la mayoría de estas hormonas. Si no te gusta la idea de perderlos, el médico puede colocarte unas bolsas de silicona que se insertan en el escroto. Conservarán el aspecto y el tacto.
Si la terapia hormonal no funciona, puede pasar a la terapia con vacunas. La vacuna contra el cáncer de próstata está diseñada para poner en marcha su sistema inmunitario de modo que ataque las células cancerosas. O su médico podría sugerirle la quimioterapia. Puede ser un medicamento que se toma por vía oral o algo que el médico le inyecta en vena.
Si el cáncer de próstata se ha extendido a los huesos, es probable que necesite medicación para aliviar el dolor, reducir el riesgo de fracturas y mantener estables los niveles de calcio del organismo. Puede ser peligroso que suban o bajen demasiado. El médico puede recetar un medicamento para ayudar a mantener los huesos fuertes. Es posible que tome corticosteroides para controlar el dolor, probablemente junto con un analgésico. El analgésico que le receten puede ir desde el ibuprofeno hasta la morfina, dependiendo de la intensidad de su dolor.
Su oncólogo también podría enviarle para
radioterapia en un esfuerzo por disminuir el dolor óseo y eliminar las células cancerosas de tus huesos... O pueden inyectarte un medicamento que emite radiación. Estos medicamentos se llaman radiofármacos.
Señales de problemas
Podría pensar que lo sabría si su cáncer se ha extendido, pero eso no siempre es cierto. La mayoría de los hombres con cáncer de próstata avanzado no presentan ningún síntoma.
Por eso son importantes las visitas de seguimiento al médico. Lo más probable es que descubra que el cáncer se ha extendido si su médico le hace un análisis de sangre y encuentra niveles elevados de antígeno prostático específico, o PSA. También puede detectarlo con un tacto rectal o con una radiografía u otra prueba. Si tiene síntomas, suelen ser problemas para orinar o sangre en la orina. También es posible que se sienta muy cansado, le falte el aire o pierda peso sin proponérselo.
Es más probable que sienta dolor si el cáncer se ha introducido en los huesos. El lugar donde le duela dependerá de los huesos a los que afecte. Por ejemplo, puede sentir dolor de cadera o de espalda si el cáncer se ha extendido a los huesos de la pelvis.
Vivir con cáncer
Independientemente de los tratamientos que decida seguir, el cáncer de próstata avanzado le pasará factura en su vida cotidiana. La pérdida de control de la vejiga (incontinencia), la fatiga y la disfunción eréctil suelen ir de la mano del tratamiento. Los hombres que se someten a terapia hormonal pueden tener sofocos (similares a los que tienen muchas mujeres durante la menopausia) o ganar peso. El cáncer que se ha extendido a los huesos también puede ser doloroso.
Asegúrese de informar a su médico sobre cualquier dolor o efecto secundario. Hay una amplia gama de medicamentos y procedimientos que pueden ayudarte a sentirte mejor.
El autocuidado también es importante: haga siestas para combatir la fatiga e intente hacer algún ejercicio ligero, como caminar, para mantener sus niveles de energía. Mantenerse activo también puede ayudar a combatir el aumento de peso, sobre todo si añades algo de entrenamiento de fuerza a tu rutina. Consulta primero a tu médico para asegurarte de que es seguro que hagas ejercicio. Tal vez le sugieran que trabaje con un fisioterapeuta.