Se sienta a comer y, de repente, su perro le pide un bocado. Los gemidos pueden ser convincentes, pero ¿cómo saber si su perro tiene hambre o sólo está pidiendo una golosina?
Te sientas a comer y, de repente, tu perro está a tu lado suplicando un bocado de tu comida. Sus ojos tristes y sus gemidos pueden ser convincentes, pero ¿cómo puede saber si su perro tiene realmente hambre o sólo intenta conseguir una golosina?
Puede parecer que su perro está hambriento, pero si está comiendo regularmente, es probable que no esté hambriento. Sólo quiere comer, igual que los humanos cuando no tienen hambre. Pero el hecho de que quieran esos restos de la mesa no significa que deban tenerlos. Ahí es donde entra en juego el control de las porciones.
Cuánto hay que darles de comer
Los expertos dicen que hay que alimentar a los perros dos veces al día, con un intervalo de entre 8 y 12 horas. La cantidad de comida que necesitan depende de muchas cosas, incluyendo su:
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Tamaño
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Edad
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Nivel de actividad
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Raza
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Salud general
Tu veterinario puede calcular el número de calorías que tu perro necesita cada día. A continuación, divídelo por la mitad, comprueba las calorías de la comida de tu perro y mide una ración adecuada para el desayuno y la cena.
Si le das golosinas, utiliza los trozos más pequeños posibles. Las golosinas deben constituir menos del 10% de la dieta de tu perro. Anota el número de calorías de sus golosinas y réstalas del total diario cuando les sirvas las comidas.
Cuando mi perro come demasiado
La sobrealimentación de su perro puede provocar obesidad y otros problemas de salud. Aproximadamente la mitad de los perros tienen sobrepeso u obesidad.
Los perros que tienen unos kilos de más pueden tener los mismos problemas de salud que las personas con sobrepeso, como enfermedades cardíacas o diabetes. Todo ese peso extra también puede forzar las articulaciones de su perro. Eso puede causar dolor y puede conducir a la artritis. Todo lo anterior puede significar una vida más corta para tu perro.
Cómo frenar la mendicidad
Si su perro mendiga las sobras de la mesa, aquí hay algunas cosas que puede intentar para cambiar el comportamiento:
Alimente a su perro antes de alimentarse usted mismo. De este modo, estará seguro de que no tiene hambre y se sentirá más satisfecho mientras usted come.
Ignórelo. No ceda cuando su perro le pida. Nunca. Asegúrese de que todos los que conviven con el perro hacen lo mismo. Tampoco permita que los invitados cedan a la mendicidad.
Restrinja el acceso. Puede mantener a su perro fuera de la cocina o del comedor mientras cocina o come. Pruebe a poner una puerta para bebés en la entrada. Si está entrenado, métalo en su jaula.
Utilice órdenes de adiestramiento. Dígale a su perro que se tumbe o se acueste si le ruega en la mesa. Esto entrena a tu perro para que espere tranquilamente cerca. Tu amigo podrá estar cerca de ti, pero no podrá molestarte.
Prémielo por no mendigar. Si consigue terminar la comida sin mangonearle a usted o a su plato, dele un premio.
La clave de cualquier estrategia es ser constante. Puede llevar tiempo, pero su cachorro dejará de mendigar cuando entienda que no va a conseguir lo que quiere.