El hígado: Tu órgano más genial

Es uno de los órganos más sorprendentes del cuerpo. Realiza cientos de tareas en tu cuerpo, e incluso puede reconstruirse a sí mismo. Aquí tienes otras maravillas del hígado humano.

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El hígado realiza tres tareas principales: Filtrar las sustancias nocivas de la sangre, almacenar combustible y producir un líquido llamado bilis que ayuda a digerir los alimentos. Pero eso es sólo el principio. Este asombroso órgano participa en cientos de otras funciones corporales.

El gran órgano del campus

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La piel es el único órgano más grande. El hígado de un adulto medio pesa alrededor de un kilo y contiene medio litro, es decir, alrededor del 13% de la sangre en un momento dado. Tiene forma de cono y un color marrón rojizo intenso, y se encuentra entre el diafragma, en la parte superior, y el estómago, en la inferior.

Auto-arranque

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Si una lesión o enfermedad daña el hígado, los cirujanos a veces pueden extraer hasta tres cuartas partes del mismo sin destruirlo. El hígado suele recuperar su tamaño en pocas semanas. Y si necesitas un hígado nuevo, los médicos pueden utilizar a veces sólo un trozo del de otra persona, que crecerá para adaptarse a tu cuerpo.

Farmacéutico

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La mayoría de los medicamentos pasan por el hígado. En algunos casos, tienen que hacerlo para que funcionen correctamente: el órgano tiene sustancias químicas que activan algunos fármacos para que puedan funcionar. Estas sustancias químicas también controlan la rapidez con la que los medicamentos se descomponen, se utilizan, se desactivan y se eliminan a través de la orina o la caca.

Exprimidor digestivo

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El hígado utiliza el colesterol para producir un jugo digestivo llamado bilis. Éste ayuda a descomponer las grasas y ciertas vitaminas para que su cuerpo pueda utilizarlas. Unos pequeños tubos llamados conductos biliares llevan la bilis desde el hígado hasta la vesícula biliar, donde se almacena hasta que se necesita en el intestino delgado.

Centro de nutrientes

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Tu intestino delgado toma los nutrientes de los alimentos -como los azúcares, el glicerol, los aminoácidos, las vitaminas, los minerales, las sales- y los pasa a la sangre a través de células especiales. La primera parada, el hígado, los transforma en formas que el cuerpo puede utilizar, y luego almacena varios de ellos, como el hierro, el folato y las vitaminas A, D y B12, y los entrega donde y cuando el cuerpo los necesita.

Filtro de alimentos

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Esa misma sangre de tus intestinos también transporta toxinas. Una vez que todo lo que tu cuerpo puede utilizar se separa, tu hígado descompone lo que queda para que pueda ser enviado como residuo. O bien viaja en la bilis y sale con la caca, o bien pasa a la sangre, luego a los riñones y sale del cuerpo al orinar.

Central de desintoxicación

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Además de las toxinas de los alimentos, el hígado también descompone las que se encuentran en cosas como el alcohol, los pesticidas y los metales pesados, y las transforma en residuos inofensivos que son fáciles de eliminar. Las toxinas también pueden proceder de funciones corporales normales, como la producción de hormonas.

Puerta de seguridad

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Además de su capacidad para filtrar las toxinas, el hígado puede encontrar, atrapar y destruir las bacterias dañinas, los virus y otros gérmenes que entran en el cuerpo a través de los alimentos. Cuenta con el mayor grupo de soldados del sistema inmunitario que se comen los gérmenes (llamados fagocitos) y pueden lanzar una reacción inmunitaria en toda regla cuando sea necesario.

Agudizador del cerebro

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El hígado te mantiene pensando con claridad al deshacerse de las toxinas en la sangre. Cuando no funciona como debería, estas sustancias químicas pueden acumularse y cambiar tu estado de ánimo, tus hábitos de sueño y tu forma de actuar. Es posible que te sientas deprimido o ansioso o que te cueste concentrarte. Con el tiempo, también puede tener manos temblorosas, músculos espasmódicos y habla lenta. Los científicos aún están tratando de determinar con exactitud qué toxinas son las culpables.

Depósito de combustible

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La glucosa, también conocida como azúcar en la sangre, es el combustible instantáneo de tu cuerpo. El hígado suele guardar el valor de un día en forma de glucógeno. Si no comes durante un tiempo y tu nivel de azúcar en sangre baja demasiado, el hígado lo convierte rápidamente en glucosa. Esto puede ocurrir, por ejemplo, mientras duermes.

Fábrica de combustible

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Tu hígado ayuda a mantener el equilibrio de tus fuentes de energía. No sólo es un gran depósito de combustible rápido (glucosa), sino que también toma los aminoácidos de los alimentos digeridos y los transforma en ácidos grasos. Cuando te quedas sin glucosa, tu hígado puede cambiar de marcha y transformar esos ácidos grasos en otra forma de energía llamada cetonas.

Fábrica de productos químicos

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Tu hígado utiliza los nutrientes para fabricar cientos de sustancias que tu cuerpo necesita. Entre otras cosas, descomponen los alimentos que comes, construyen aminoácidos en proteínas útiles, llevan vitaminas a ciertas partes de tu cuerpo y ayudan a la coagulación de la sangre para que no sangres demasiado después de una lesión.

Neutralizador

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El hígado ayuda a eliminar un producto de desecho llamado bilirrubina que se produce cuando los glóbulos rojos se descomponen. Si el hígado no funciona bien, puede acumularse demasiada bilirrubina en el cuerpo, una condición llamada ictericia. La piel y el blanco de los ojos se vuelven amarillos. Un simple análisis de sangre puede indicar a tu médico si la tienes y ayudarle a averiguar por qué se produce.

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