El médico explica cuándo y cómo se realiza la cirugía laparoscópica para los trastornos digestivos, y qué se puede esperar antes, durante y después del procedimiento.
La cirugía laparoscópica y la cirugía laparoscópica asistida por la mano (HALS) son procedimientos "mínimamente invasivos" utilizados habitualmente para tratar enfermedades del tracto gastrointestinal. A diferencia de la cirugía tradicional del colon u otras partes del intestino, en la que se requiere una larga incisión en el centro del abdomen, la cirugía laparoscópica sólo requiere pequeñas incisiones en el abdomen. En el caso de la cirugía asistida por la mano, también se utiliza una incisión de 3-4 pulgadas para permitir el acceso de la mano del cirujano a los órganos abdominales. Como resultado, la persona que se somete al procedimiento puede experimentar menos dolor y cicatrices después de la cirugía, y una recuperación más rápida.
La cirugía laparoscópica puede utilizarse para tratar complicaciones de afecciones como:
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La enfermedad de Crohn
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Cáncer colorrectal
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Diverticulitis
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Poliposis familiar, una condición que causa múltiples pólipos en el colon y que le pone en mayor riesgo de cáncer colorrectal
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Incontinencia intestinal
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Prolapso rectal, una protrusión del recto a través del ano
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Colitis ulcerosa
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Pólipos de colon demasiado grandes para eliminarlos mediante colonoscopia
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Estreñimiento crónico grave que no se trata con éxito con medicamentos
Cómo se realiza la cirugía laparoscópica?
Para la cirugía laparoscópica, se realizan tres o más incisiones pequeñas (de 5 a 10 mm) en el abdomen para poder introducir los puertos de acceso. El laparoscopio y los instrumentos quirúrgicos se introducen a través de estos puertos. El cirujano utiliza entonces el laparoscopio, que transmite una imagen de los órganos abdominales en un monitor de vídeo, lo que permite realizar la operación.
La cirugía intestinal laparoscópica puede utilizarse para realizar las siguientes operaciones:
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Proctosigmoidectomía.
Extirpación quirúrgica de una sección enferma del recto y del colon sigmoide utilizada para tratar cánceres y crecimientos o pólipos no cancerosos, y complicaciones de la diverticulitis.
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Colectomía derecha o ileocolectomía.
Durante una colectomía derecha, se extirpa el lado derecho del colon. Durante una ileocolectomía, también se extirpa el último segmento del intestino delgado, que está unido al lado derecho del colon, llamado íleon. Esta cirugía se utiliza para extirpar cánceres, crecimientos no cancerosos o pólipos, y la inflamación de la enfermedad de Crohn.
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Colectomía abdominal total.
Extirpación quirúrgica del intestino grueso, que se utiliza para tratar la colitis ulcerosa... y la poliposis familiar.
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Desviación fecal.
Creación quirúrgica de una ileostomía (abertura entre la superficie de la piel y el intestino delgado) o colostomía (abertura entre la superficie de la piel y el colon) temporal o permanente. La cirugía trata problemas rectales y anales complejos, incluido el mal control del intestino.
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Resección abdominoperineal.
Extirpación quirúrgica del ano, el recto y el colon sigmoide que se utiliza para eliminar el cáncer en la parte inferior del recto o en el ano, cerca de los músculos del esfínter.
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Rectopexia.
Procedimiento en el que se utilizan puntos de sutura para asegurar el recto en su posición correcta en casos de prolapso rectal.
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Proctocolectomía total.
Es la operación intestinal más extensa que se realiza y supone la extirpación tanto del recto como del colon. Si el cirujano puede dejar el ano y éste funciona correctamente, a veces se puede crear una bolsa ileal para poder ir al baño. Una bolsa ileal es una cámara creada quirúrgicamente formada por la parte más baja del intestino delgado (el íleon). Sin embargo, a veces es necesaria una ileostomía permanente (abertura entre la superficie de la piel y el intestino delgado), sobre todo si hay que extirpar el ano, está débil o se ha dañado.
Lea más sobre estos procedimientos en la Guía del cáncer colorrectal del médico.
Cómo me preparo para la cirugía laparoscópica?
Antes de la cirugía laparoscópica, su cirujano se reunirá con usted para responder a cualquier pregunta que pueda tener. Se le harán preguntas sobre su historial de salud y se le realizará un examen físico general. Será necesario limpiar su intestino y se le recetará un medicamento laxante que deberá tomar la noche anterior a la intervención.
Por lo general, se pide a todos los pacientes que proporcionen una muestra de sangre. Dependiendo de su edad y su estado de salud general, es posible que también se le realice un ECG (electrocardiograma), una radiografía de tórax, pruebas de función pulmonar u otras pruebas. Es posible que también tenga que reunirse con otros médicos antes de la operación.
Por último, se reunirá con un anestesista, que le hablará del tipo de medicación para el dolor (anestesia) que se le administrará para la cirugía, y aprenderá sobre el control del dolor después de la operación.
La noche anterior a la operación deberá tomar el medicamento laxante prescrito. Es importante seguir las instrucciones cuidadosamente y beber todo el laxante. Este paso disminuirá el riesgo de desarrollar una infección por las bacterias normalmente presentes en el intestino.
No coma ni beba nada por la boca después de la medianoche anterior a la cirugía.
Qué ocurre el día de la cirugía laparoscópica?
Se le insertará una sonda intravenosa en una vena del brazo para administrarle medicamentos y líquidos antes de someterse a la cirugía laparoscópica. Se le llevará al quirófano cuando esté disponible y listo.
Cuando llegue al quirófano, las enfermeras le ayudarán a subir a la mesa de operaciones. El anestesista le inyectará un medicamento por vía intravenosa que le hará dormir. Cuando esté dormida, las enfermeras le limpiarán el abdomen con jabón antibacteriano y la cubrirán con paños estériles.
El cirujano colocará un pequeño puerto justo debajo del ombligo y lo hará avanzar hasta la cavidad abdominal. Este puerto se conecta a un tubo estéril y el dióxido de carbono se introduce en la cavidad abdominal a través del tubo. El gas levanta la pared de su abdomen y la separa de los órganos que están debajo. Este espacio permitirá al cirujano ver mejor la cavidad abdominal una vez colocado el laparoscopio. El laparoscopio se coloca a través del puerto y se conecta a una cámara de vídeo. La imagen que su cirujano ve en el laparoscopio se proyecta en monitores de vídeo colocados cerca de la mesa de operaciones.
Antes de comenzar la intervención, el cirujano examinará a fondo su cavidad abdominal para asegurarse de que la laparoscopia sea segura para usted. Algunas de las razones por las que no se puede realizar una laparoscopia son múltiples adherencias (tejido cicatricial de una cirugía anterior), infección u otras enfermedades abdominales.
Si su cirujano decide que la cirugía laparoscópica puede realizarse con seguridad, se realizarán pequeñas incisiones de punción adicionales, que darán al cirujano acceso a la cavidad abdominal. El número y la ubicación de las incisiones dependen del tipo de operación a la que se someta.
Si es necesario, una de estas pequeñas incisiones puede ampliarse para que el cirujano pueda extirpar el tramo de intestino enfermo o para crear una anastomosis (conexión) entre dos extremos del intestino.
Si es necesario, el cirujano comenzará a extirpar parte del intestino cerrando los vasos sanguíneos más grandes que sirven a la sección enferma del intestino delgado o grueso. A continuación, separará el tejido graso que mantiene el intestino en su sitio. Una vez que la sección enferma del intestino se libera de sus estructuras de soporte, se puede extraer.
En ocasiones, el procedimiento requiere la creación de un estoma temporal o permanente, una apertura de parte del intestino a la superficie exterior del abdomen. El estoma actúa como un conducto artificial a través del cual las heces pueden pasar del intestino al exterior del cuerpo, donde se acumulan en una bolsa externa, que está unida al estoma y debe llevarse en todo momento.
La mayoría de las veces, el cirujano vuelve a conectar los dos extremos del intestino... en una fecha posterior. El intestino puede volver a unirse de varias maneras. Un método utiliza un dispositivo de grapado que coloca grapas para unir los extremos del intestino. O bien, el cirujano puede tirar de los extremos del intestino hacia arriba a través de una de las pequeñas incisiones y coser (suturar) los extremos. El cirujano elegirá el mejor método en el momento de la intervención. Por último, el cirujano comprobará que no hay hemorragia, enjuagará la cavidad abdominal, liberará los gases del abdomen y cerrará las pequeñas incisiones.
Cuando se despierte de la operación, estará en una sala de recuperación. Tendrá una máscara de oxígeno que le cubrirá la nariz y la boca. Esta máscara suministra una niebla fría de oxígeno que ayuda a eliminar los restos de anestesia de su sistema y alivia su garganta. Es posible que le duela la garganta por el tubo de respiración que le proporcionó aire y gases anestésicos durante la operación, pero este dolor suele remitir al cabo de uno o dos días.
Una vez que esté más alerta, la enfermera puede cambiar el dispositivo de administración de oxígeno por una cánula nasal, un pequeño tubo de plástico que se engancha en las orejas y se coloca debajo de la nariz. Dependiendo del porcentaje de oxígeno que se mida en su sangre, es posible que tenga que mantener el oxígeno colocado durante un tiempo. La enfermera comprobará la cantidad de oxígeno en la sangre (saturación de oxígeno) colocando una pinza suave en uno de sus dedos (pulsioximetría).
Se le administrarán analgésicos mientras se recupera.
Tras la operación, las enfermeras empezarán a documentar todos los líquidos que beba y a medir y recoger cualquier orina o líquido que produzca, incluidos los procedentes de los tubos o drenajes colocados durante la operación.
La sonda que se pasó desde una fosa nasal hasta el estómago (una sonda nasogástrica) durante la operación se retirará en la sala de recuperación, si no se ha retirado ya. Puede empezar a beber líquidos la noche de la operación y puede reanudar una dieta sólida a la mañana siguiente. Si tiene náuseas o empieza a vomitar, es posible que le vuelvan a colocar la sonda nasogástrica. Si esto ocurre, no se alarme. Las náuseas y los vómitos ocurren en aproximadamente el 5%-10% de las personas y se producen porque sus intestinos están temporalmente inhabilitados por la operación. Además, la anestesia provoca náuseas a muchas personas. Por esta razón, la comida y la bebida se administran lentamente durante los primeros días.
Se le animará a que se levante de la cama y camine, a partir del primer día después de la operación. Cuanto más se mueva, menos posibilidades habrá de que surjan complicaciones como la neumonía o la formación de coágulos en las venas de las piernas.
La duración de su estancia en el hospital dependerá del tipo de procedimiento al que se someta y de la rapidez de su recuperación. Por ejemplo, la estancia media en el hospital para una rectopexia laparoscópica oscila entre uno y dos días y para una resección intestinal laparoscópica, entre dos y tres días.
Su recuperación en casa después de la cirugía laparoscópica
Se le animará a que aumente de forma constante su actividad una vez que esté en casa. ¡Caminar es un gran ejercicio! Caminar le ayudará a su recuperación general fortaleciendo sus músculos, manteniendo la circulación de la sangre para prevenir coágulos y ayudando a sus pulmones a mantenerse limpios.
Si está en forma y hacía ejercicio regularmente antes de la operación, se le puede permitir reanudar el ejercicio cuando se sienta cómodo. Sólo hay dos cosas que no está permitido hacer durante seis semanas después de este tipo de operación: levantar o empujar cualquier cosa de más de 30 libras o hacer ejercicios abdominales como abdominales.