La intolerancia a la fructosa es una afección que impide al organismo digerir correctamente la fructosa. Aprenda más sobre los dos tipos y cómo manejarlos.
Intolerancia hereditaria a la fructosa
La intolerancia hereditaria a la fructosa es un trastorno genético. Su cuerpo carece de la proteína o enzima necesaria para descomponer la fructosa cuando tiene intolerancia a la fructosa. Esto significa que su cuerpo no puede digerir la fructosa que se encuentra en muchos alimentos diferentes.
Causas. Este tipo de intolerancia a la fructosa se produce cuando una enzima llamada aldolasa B no funciona. Esta enzima se encuentra en el hígado y ayuda a convertir la fructosa en energía utilizable. Tienes un 25% de posibilidades de desarrollar una intolerancia hereditaria a la fructosa si ambos padres tienen el gen que hace que la aldolasa B no funcione.
Si comes alimentos que tienen fructosa o sacarosa, otro tipo de azúcar, tu cuerpo no puede transformar el azúcar almacenado en glucosa. Esto hace que tu nivel de azúcar en sangre se desplome y que se acumulen toxinas en tu hígado.
Síntomas. La mayoría de las personas con esta forma hereditaria de intolerancia a la fructosa empiezan a mostrar signos desde que son bebés. Rara vez se diagnostican nuevos casos en adultos. Los bebés suelen presentar síntomas de intolerancia en cuanto se les presentan alimentos que contienen fructosa. Algunos síntomas comunes son:
-
Ictericia
-
Retraso en el crecimiento
-
Vómitos
-
Hinchazón
-
Una disminución de fosfato y glucosa en la sangre
-
Un aumento de la fructosa en la orina y en la sangre
-
Náuseas
-
Dolor abdominal
-
Aversión a la fruta o a las cosas dulces
La intolerancia hereditaria a la fructosa puede ser peligrosa. La fructosa no digerida puede acumularse en tu cuerpo. Entonces puede dañar el hígado y los riñones. Otros efectos graves son las convulsiones, el coma e incluso la insuficiencia de órganos.
Algunas otras complicaciones graves asociadas a la intolerancia hereditaria a la fructosa son:
-
Gota
-
Insuficiencia hepática
-
Sangrado
-
Baja de azúcar en la sangre
-
Muerte
Intolerancia a la fructosa en la dieta
El otro tipo de intolerancia a la fructosa se llama intolerancia a la fructosa dietética. También se conoce como malabsorción de la fructosa. No está causada por una enzima. En su lugar, las células de los intestinos simplemente no pueden descomponer la fructosa de los alimentos que se consumen.
La causa. Nuestro cuerpo tiene un límite en la cantidad de fructosa que podemos ingerir y digerir. Este límite varía de una persona a otra. La capacidad del cuerpo para absorber la fructosa también puede verse afectada por:
-
La enfermedad celíaca
-
Enfermedad de Crohn
-
Gastroenteritis
-
Inflamación
-
Estrés
-
Uso de antibióticos
La malabsorción de fructosa se desarrolla cuando se es adulto. Esta es una de las diferencias entre los dos tipos de intolerancia a la fructosa.
Síntomas. La fructosa malabsorbida se refiere a la fructosa que no ha sido digerida completamente. Se fermenta en el intestino inferior. Puede experimentar síntomas similares a los del síndrome del intestino irritable (SII) cuando come alimentos con mucha fructosa, como:
-
Hinchazón
-
Gases
-
Diarrea
-
Dolores de estómago
Diagnóstico de la intolerancia a las frutas
Su médico puede realizar varias pruebas para diagnosticar la intolerancia hereditaria a la fructosa. Estas pruebas se realizan en los bebés cuando empiezan a mostrar síntomas. Algunas pruebas que pueden confirmar esta condición son:
-
Pruebas de azúcar en sangre
-
Análisis de orina
-
Pruebas genéticas
-
Biopsia de hígado
-
Pruebas enzimáticas
Su bebé también se someterá a un examen físico. Su médico podría comprobar si el bazo o el hígado son más grandes de lo normal o si su bebé tiene ictericia.
El diagnóstico de la intolerancia a la fructosa en la dieta es más difícil. Es posible que el médico tenga que realizar varias pruebas diferentes, ya que los síntomas son similares a los de otras enfermedades.
La mejor prueba para diagnosticar la intolerancia a la fructosa es la prueba del aliento. En esta prueba, se bebe una solución con fructosa disuelta. La cantidad de metano e hidrógeno que se exhala ayuda a determinar si se digiere bien la fructosa o no.
Alimentos que hay que evitar
Debe evitar los alimentos y las bebidas que tienen altas cantidades de fructosa si tiene intolerancia a la fructosa. La fructosa se encuentra en las frutas. El jarabe de maíz de alta fructosa es un edulcorante que se utiliza en muchos productos diferentes.
Debe evitar los siguientes alimentos:
-
Edulcorantes como el agave, la miel, el jarabe de maíz de alta fructosa, el jarabe de arce, la melaza y el azúcar de palma o de coco.
-
Zumos de frutas
-
Fruta con alto contenido en fructosa como las manzanas, las uvas, la sandía y los tomates
-
Verduras con alto contenido en fructosa como los guisantes, los espárragos, el calabacín, las alcachofas, los puerros, el quimbombó, las setas y los pimientos
-
Soda
Intenta introducir en tu dieta frutas y verduras que se sitúen en el extremo inferior del espectro de la fructosa. Por ejemplo:
-
Cítricos como los limones, las limas y las naranjas
-
Aguacates
-
Bayas como las fresas, los arándanos y los arándanos rojos
-
Plátanos
-
Lechuga
-
Judías verdes
-
¿Cantalupo?
Limitar el consumo de fructosa puede ser difícil, ya que elimina muchas frutas y verduras. Para asegurarte de que estás recibiendo una nutrición adecuada, puedes trabajar con un dietista o especialista...
La buena noticia es que puede reducir en gran medida los síntomas de la intolerancia a la fructosa reduciendo la cantidad de fructosa que consume.