Espasmo esofágico: Causas, síntomas, tratamientos y diagnóstico

El espasmo esofágico es una causa poco frecuente de dolor en el pecho que puede sentirse como un ataque al corazón. Conozca las causas, los síntomas y el tratamiento de los espasmos esofágicos.

Un espasmo esofágico es la contracción repentina y anormal del tubo de la comida (esófago), el conducto que lleva los alimentos desde la boca hasta el estómago.

Síntomas de los espasmos esofágicos

Los principales síntomas son la dificultad para tragar y el dolor en el pecho. Los espasmos pueden ser lo suficientemente graves como para despertarle del sueño y pueden sentirse como un ataque al corazón. Si tiene un dolor repentino en el pecho u otros signos de un ataque al corazón, llame al 911 o vaya a la sala de emergencias del hospital más cercano.

Otros síntomas de espasmos esofágicos pueden ser:

  • Sensación de que algo está atascado en la garganta

  • Flujo hacia atrás de la comida o la bebida (regurgitación)

  • Ardor de estómago

Los alimentos o líquidos muy calientes pueden desencadenar los espasmos o empeorarlos. El uso de ciertos medicamentos, como los analgésicos narcóticos (opiáceos), puede provocar espasmos en algunas personas.

Causas de los espasmos esofágicos

Los médicos no están seguros de cuál es la causa de los espasmos esofágicos, pero se sabe que son un tipo de trastorno de la motilidad. Esto significa que hay un problema con la forma en que los músculos del tubo alimentario se aprietan (contraen) para mover el contenido a través del resto del sistema gastrointestinal (GI). Las señales nerviosas del cerebro indican a los músculos del esófago que se contraigan cuando se traga algo. Una señal nerviosa defectuosa puede influir en el desarrollo de esta enfermedad.

Existen dos tipos principales de espasmos esofágicos:

Espasmo esofágico distal (DES). Se trata de espasmos descoordinados que suelen producirse junto con la regurgitación. Esto significa que los alimentos y los líquidos vuelven a salir después de tragarlos.

Esófago en forma de cascanueces o martillo neumático. Un esófago retorcido, o con forma de sacacorchos, suele estar implicado en espasmos potentes. La regurgitación no es frecuente en este tipo.

Factores de riesgo del espasmo esofágico

Los espasmos esofágicos son poco frecuentes, pero hay más probabilidades de padecerlos si:

  • Tienes entre 60C80

  • Tienen enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)

  • Tener la presión arterial alta

  • Lidiar con la ansiedad o la depresión

  • Tomar vino tinto

  • Tomar bebidas muy calientes o muy frías

Diagnóstico del espasmo esofágico

Dado que los espasmos provocan síntomas similares a los de un ataque al corazón, su médico le hará primero pruebas para comprobar la salud de su corazón. Es importante descartar la angina de pecho, un tipo de dolor torácico causado por una enfermedad coronaria.

El médico también comprobará si hay signos de enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), que puede causar ardor de estómago y dificultar la deglución. Puede tener tanto ERGE como espasmos esofágicos.

Las pruebas que su médico puede solicitar son:

Endoscopia superior. El médico introduce en el esófago un tubo flexible con una cámara en el extremo. Esto les permite ver el esófago y el estómago. Puede ayudar a diagnosticar o descartar la ERGE y otras enfermedades gastrointestinales. La ecografía realizada durante una endoscopia puede mostrar un engrosamiento del esófago que puede desencadenar un espasmo esofágico.

Ingesta de bario. Se bebe un líquido espeso y calcáreo (contraste) antes de realizar una radiografía del esófago. Las imágenes muestran el movimiento del líquido desde el esófago hasta el estómago. Esta prueba puede ayudar a diagnosticar el esófago de cascanueces.

Manometría. Es la única prueba que puede confirmar los espasmos esofágicos. Durante este procedimiento, el médico introduce un tubo fino en el esófago. Los sensores del tubo miden la presión en el esófago y revelan el grado de relajación de los músculos al tragar.

Si tiene episodios repetidos de dolor en el pecho pero su médico ha descartado problemas cardíacos y ERGE, hable con él sobre esta enfermedad. Los espasmos esofágicos que aparecen y desaparecen a veces tardan años en diagnosticarse.

Tratamiento del espasmo esofágico

Estos eventos dolorosos pueden ocurrir sin previo aviso y a menudo son un reto para el tratamiento. Las opciones incluyen:

Medicamentos. El objetivo de tomar medicamentos es relajar el músculo liso del esófago. Una de las primeras recomendaciones puede ser tomar aceite de menta o pastillas. La menta es un relajante natural del músculo liso. Si esto no funciona, es posible que le pidan que pruebe un bloqueador de los canales de calcio, que a menudo también se administra para problemas cardíacos, o un antidepresivo tricíclico.

Inyecciones de botulina en el esófago. Este tratamiento relaja los músculos del esófago. Se considera un tratamiento útil para las personas con espasmos. Pero el alivio es temporal. Necesitará repetir las inyecciones cada pocos meses.

Cirugía. La única cura permanente para los espasmos esofágicos es un procedimiento quirúrgico llamado miotomía. El cirujano corta el músculo grueso de la parte inferior del esófago. Sólo se recomienda en casos graves, cuando los medicamentos y las inyecciones no funcionan.

Cuidados caseros del espasmo esofágico

Junto con su tratamiento, también puede ayudar a controlar sus espasmos esofágicos en casa. Puedes:

  • Conocer y evitar tus desencadenantes. Haz una lista de las cosas que te provocan espasmos y trabaja para mantenerte alejado de ellas.

  • Vigila la temperatura de los alimentos y las bebidas... Dale a los alimentos que están muy calientes o muy fríos la oportunidad de alcanzar una temperatura más moderada antes de comerlos o beberlos.

  • Controla tu estrés... El estrés dispara los espasmos, así que intenta controlar tus niveles de estrés.

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