Tratamientos de la cirrosis: Dieta baja en sodio, medicación, trasplante de hígado, cambios en el estilo de vida

La cirrosis no es curable, pero sí tratable. Los médicos tienen dos objetivos principales en el tratamiento de esta enfermedad: Detener el daño al hígado y prevenir las complicaciones.

El abuso de alcohol, la hepatitis y la enfermedad del hígado graso son algunas de las principales causas. Su médico personalizará el tratamiento en función de la causa de su cirrosis y del grado de daño hepático que tenga.

Tratamiento del abuso del alcohol

Su hígado descompone y elimina las toxinas de su cuerpo. El alcohol es una toxina. Cuando bebes demasiado, tu hígado tiene que trabajar más para procesarlo.

Para proteger su hígado, debe dejar de beber. Esto puede ser difícil de hacer, especialmente si te has vuelto dependiente del alcohol. Pregunte a su médico acerca de las cosas que puede probar que pueden ayudarle a dejar de beber, tales como:

  • Programas de 12 pasos y otros programas de apoyo como Alcohólicos Anónimos (AA)

  • Asesoramiento individual con un terapeuta

  • Grupos de apoyo para ayudarte a gestionar los factores que te hacen beber

  • Programas de rehabilitación para pacientes internos

  • Medicamentos de prescripción como la naltrexona (Revia, Vivitrol) y el acamprosato (Campral)

Obtenga más información sobre los tratamientos para el trastorno por consumo de alcohol.

Tratamiento de la EHNA

La EHNA es la esteatohepatitis no alcohólica, que es la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA). Puede provocar cicatrices en el hígado y conducir a la cirrosis. Aunque no existe ningún medicamento para revertir la acumulación de grasa, el control de las condiciones que pueden contribuir a ella puede ayudar a detener el daño hepático.

Su médico puede sugerirle que tome vitamina E o pioglitazona. La vitamina E por sí sola suele recetarse a las personas que padecen EHNA y no tienen diabetes ni cirrosis.

Tratamientos de la hepatitis

Los virus de la hepatitis B y C causan daños en el hígado que pueden conducir a la cirrosis. Los tratamientos para estas enfermedades pueden ayudar a prevenir el daño hepático. En el caso de la hepatitis C, actualmente existen tratamientos antivirales que conducen a la curación en la gran mayoría de las personas.

Las opciones incluyen:

  • Medicamentos antivirales. Estos atacan el virus de la hepatitis. El fármaco que recibas dependerá del tipo de hepatitis que tengas. Los efectos secundarios más comunes de estos medicamentos son debilidad, dolor de cabeza, náuseas y problemas de sueño.

  • Interferón (interferón alfa 2b, interferón pegilado). Ayuda al sistema inmunitario a combatir el virus de la hepatitis. Los efectos secundarios pueden ser problemas para respirar, mareos, cambios de peso y depresión. El interferón no se utiliza con frecuencia para tratar la hepatitis C, ya que ésta puede curarse con medicamentos antivirales.

Obtenga más información sobre las diferentes opciones de tratamiento de la hepatitis C.

Tratamientos de la enfermedad del hígado graso no alcohólico

Se trata de una acumulación de grasa que daña el hígado. Puedes padecerla si tienes sobrepeso u obesidad. La forma de combatir esta causa de daño hepático es perder peso con dieta y ejercicio. Con cualquier enfermedad del hígado, es importante no beber alcohol y, en algunos casos, evitar tomar vitamina E. Descubra cómo puede revertir o controlar la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Tratamientos para la hepatitis autoinmune y la cirrosis biliar primaria

En ambas enfermedades, el sistema de defensa natural del organismo (sistema inmunitario) ataca y daña el hígado. La cirrosis biliar primaria destruye el conducto biliar, el tubo que transporta el líquido digestivo (bilis) desde el hígado hasta la vesícula y el intestino.

Los médicos tratan la hepatitis autoinmune con esteroides y otros medicamentos que impiden que el sistema inmunitario ataque al hígado. Los efectos secundarios pueden ser el aumento de peso, la diabetes, la debilidad de los huesos y la hipertensión.

El principal tratamiento de la cirrosis biliar primaria consiste en frenar el daño hepático con el fármaco ursodiol (Actigall, Urso). El ursodiol puede provocar efectos secundarios como diarrea, estreñimiento, mareos y dolor de espalda. Conozca más sobre las opciones de tratamiento de la cirrosis biliar primaria.

Tratamientos para las complicaciones de la cirrosis

El daño de la cirrosis puede impedir que su hígado realice trabajos importantes como eliminar las toxinas de su cuerpo y ayudarle a digerir los alimentos. Puede conducir a problemas como estos:

  • Hipertensión portal. Las cicatrices en el hígado bloquean el flujo sanguíneo a través de la vena porta. Este es el principal vaso sanguíneo del hígado. Esta reserva de sangre aumenta la presión en la vena porta, así como en el sistema de venas que se conectan a ella. El aumento de la presión sanguínea hace que estos vasos se hinchen. Los fármacos para la hipertensión arterial, llamados betabloqueantes, reducen la presión en la vena porta y otros vasos sanguíneos para que no se hinchen hasta el punto de romperse.

  • Várices. Se trata de vasos sanguíneos hinchados por la obstrucción del flujo sanguíneo. Suelen encontrarse en el esófago y el estómago. Pueden estirarse tanto que acaban por romperse y sangrar. El médico puede colocar una goma especial alrededor de las varices para detener la hemorragia. Este procedimiento se denomina ligadura con banda. A veces es necesario realizar una intervención quirúrgica denominada TIPS para desviar -es decir, redirigir- el flujo sanguíneo.

  • Acumulación de líquido. El aumento de la presión en la vena porta y la reducción de la función hepática pueden hacer que se acumule líquido en el vientre. Esto se llama ascitis. Su médico puede recetarle unos medicamentos llamados diuréticos para ayudar a su cuerpo a eliminar el exceso de líquido. También puede necesitar antibióticos para evitar que las bacterias crezcan en él y causen una infección. Su médico puede realizar un procedimiento para eliminar el líquido del vientre o aliviar la presión en la vena porta.

  • Cáncer de hígado. La cirrosis aumenta el riesgo de padecer cáncer de hígado. Se le harán análisis de sangre o una ecografía cada 6 o 12 meses para detectar el cáncer. Si tiene cáncer de hígado, los principales tratamientos son la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia.

  • Encefalopatía hepática. Un hígado muy cicatrizado no puede eliminar las toxinas de su cuerpo. Estas toxinas pueden acumularse en la sangre y dañar el cerebro, provocando pérdida de memoria y problemas para pensar. Para prevenir esta complicación, su médico le dará medicamentos para reducir la cantidad de toxinas en la sangre.

Trasplante de hígado

La cirrosis puede dañar su hígado hasta el punto de que deje de funcionar. Esto se llama insuficiencia hepática. Un trasplante significa que su hígado dañado se sustituye por uno sano procedente de un donante. Puedes esperar en una lista de trasplante de órganos a un donante fallecido u obtener parte de un hígado de un amigo o familiar vivo.

Puede ayudarte a vivir más tiempo, pero es una cirugía mayor que conlleva riesgos como hemorragias e infecciones. Después de la operación, tendrás que tomar medicamentos para evitar que tu cuerpo rechace el nuevo órgano. Como estos medicamentos suprimen el sistema inmunitario, pueden aumentar el riesgo de infección. Obtenga más información sobre lo que debe saber sobre el trasplante de hígado.

Cómo mantenerse sano con cirrosis

Para mantener su hígado lo más saludable posible, haga algunos cambios en su estilo de vida:

  • Lleva una dieta respetuosa con el hígado. La cirrosis puede robarle a su cuerpo los nutrientes y debilitar sus músculos. Para combatir estos efectos, coma muchos alimentos saludables como frutas, verduras y proteínas magras de aves o pescado. Evite las ostras y otros mariscos crudos, porque contienen bacterias que podrían causar una infección. Además, limite la sal, que aumenta la acumulación de líquidos en su cuerpo.

  • Vacúnate. La cirrosis y sus tratamientos debilitan su sistema inmunitario y hacen más difícil combatir las infecciones. Protéjase vacunándose contra la hepatitis A y B, la gripe y la neumonía.

  • Tenga cuidado cuando tome medicamentos. El daño causado por la cirrosis hace más difícil que su hígado procese y elimine los medicamentos. Pregunte a su médico antes de tomar cualquier medicamento de venta libre, incluidos los remedios a base de hierbas. Tenga mucha precaución con los medicamentos que pueden provocar daños en el hígado, como el paracetamol (Tylenol).

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