PPC: ¿Qué pasa si no se trata?

Algunos niños con pubertad precoz central no necesitan tratamiento. Otros sí.

Juntos, usted y el médico de su hijo decidirán qué es lo mejor.

¿Cómo se trata la PPC?

La mayoría de las veces, nadie sabe por qué se produce la PPC. Esto es especialmente cierto en las niñas. En algunos casos, se debe a una enfermedad subyacente. Si este es el caso, se trata la afección que ha provocado la PPC.

Si no es así, los médicos suelen tratar la PPC bloqueando las hormonas que la provocan. Utilizan un medicamento llamado GnRH. Se administra en forma de inyección una vez al mes, o una vez cada 3 o 6 meses. Otra opción es un pequeño implante que funciona durante un año. Probablemente quiera mantener el tratamiento hasta que su hijo tenga la edad suficiente para la pubertad. Una vez que se interrumpe el medicamento, el proceso de pubertad comienza de nuevo unos 16 meses después.

Qué ocurre sin el tratamiento?

Menor estatura. La principal razón para tratar la PPC es asegurar que su hijo alcance la estatura adulta completa. Los niños crecen rápidamente durante la pubertad. Al principio, tu hijo puede parecer un gigante comparado con otros niños. Pero este estirón se detiene demasiado pronto. Sin tratamiento, su hijo podría ser más bajo de lo normal cuando sea adulto.

Cuanto más joven sea su hijo, más probabilidades tendrá de beneficiarse del tratamiento. Las niñas con PPC que tienen 6 años o más podrían no necesitarlo. Incluso los niños más pequeños pueden no necesitar tratamiento si su cuerpo y sus huesos crecen lentamente.

A veces, los síntomas se ralentizan o cesan por sí solos. Por ello, el médico puede aplazar el tratamiento durante unos meses y esperar a ver qué ocurre. Si tu hijo empieza a crecer más deprisa o parece que es demasiado bajo, no sería demasiado tarde para empezar el tratamiento.

Estrés social. Los preadolescentes son muy sensibles a todo, incluida su apariencia ante sí mismos y ante los demás. Algunos niños con PPC pueden tener las mismas preocupaciones.

Las chicas jóvenes pueden sentirse avergonzadas por sus pechos incipientes. Los chicos pueden preocuparse por el vello corporal. Y ambos pueden sentirse aislados y solos porque atraviesan estos cambios antes que sus compañeros. También pueden tener más dificultades con la pubertad porque sus cerebros aún no están preparados.

Angustia adolescente. La adolescencia puede ser una montaña rusa emocional. A veces, los niños con PPC también pueden estar de mal humor, asustados y enfadados. Lo que más necesitan es amor y paciencia. Si su hijo tiene dificultades, un terapeuta puede ayudarle. Pide a tu médico que te recomiende a alguien con experiencia en el tratamiento de niños con PPC.

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