Cómo ayudar a un amigo o familiar a controlar la diabetes

Si un ser querido tiene diabetes, averigüe cómo puede apoyarle y ayudarle a controlar la enfermedad.

Infórmese sobre la enfermedad. Hay muchos mitos e ideas equivocadas sobre la diabetes. Por ejemplo, no es cierto que un gran gusto por los dulces pueda provocar la enfermedad, o que no sea seguro que las personas que la padecen hagan ejercicio.

Aprenda cómo funciona la diabetes, cómo prevenir emergencias o complicaciones, y otra información para que pueda ser útil. También querrá conocer los síntomas de los niveles bajos de azúcar en sangre (hipoglucemia) y de los niveles altos de azúcar en sangre (hiperglucemia), y qué hacer al respecto. Tal vez pueda pedirle a su pareja que le acompañe a una cita con el médico.

Haz un esfuerzo de equipo. Un diagnóstico de diabetes es una oportunidad para que toda la familia comience a adoptar algunos hábitos saludables. Consiga que todos se sumen a las comidas nutritivas, a dejar de fumar y a mantenerse activos.

Sepa cuándo debe dar un paso atrás. Recuerde que la persona que tiene diabetes es la responsable de controlarla, no usted. No se debe cuestionar el plan de cuidados ni tratar de vigilar las comidas o los tentempiés. Vivir con diabetes es un trabajo duro, y el estímulo y el apoyo son mejores que los consejos no deseados o, peor aún, las regañinas.

Ayude a aliviar el estrés. Un exceso de estrés puede elevar los niveles de azúcar en sangre y dificultar el control de la diabetes. Pero controlar la enfermedad puede ser estresante. Anime a su ser querido a hablar de sus sentimientos y frustraciones. Intenten hacer cosas juntos, como meditar, caminar, trabajar en el jardín o ver una película divertida.

Prevea cambios de humor. Las oscilaciones de azúcar en sangre pueden hacer que alguien esté nervioso, confuso, ansioso o irritable. Un mejor control del azúcar en sangre puede ayudar a evitar estos altibajos. Ofrézcale apoyo emocional y anime a su ser querido a unirse a un grupo de apoyo o a hablar de asesoramiento profesional si cree que eso podría ayudarle.

Hable abiertamente de cualquier problema de alcoholemia. La diabetes puede afectar a muchas partes del cuerpo, incluidos los órganos sexuales. Las mujeres con diabetes son más propensas a sufrir infecciones vaginales y del tracto urinario, mientras que problemas como el daño nervioso pueden causar sequedad vaginal y hacer que las relaciones sexuales sean incómodas o incluso dolorosas. Los hombres con diabetes son más propensos a padecer disfunción eréctil. A veces, tener diabetes puede afectar a la autoestima, lo que puede hacer que alguien esté menos interesado en el sexo.

Sea honesto sobre cualquier problema, y anime a su pareja a hablar con un médico sobre cualquier problema.

Consejos para los cuidadores

Si usted es el cuidador principal de una persona con diabetes, puede hacer aún más:

  • Recuérdales que deben comprobar sus niveles de azúcar en sangre a tiempo.

  • Ayúdeles a concertar y a acudir a las citas con el médico.

  • Ofrézcase a llevar un registro de sus síntomas u otras preocupaciones, y ayúdeles a hablar de ello con su médico.

  • Juntos, planifiquen cómo manejar una emergencia o complicaciones relacionadas con la diabetes.

  • Apóyeles en la elección de buenos alimentos, y hagan juntos una comida saludable.

  • Acude con ellos a un grupo de apoyo a la diabetes.

Ayudar a gestionar los medicamentos

Las personas con diabetes necesitan tomar sus medicamentos según lo prescrito. A veces, pueden necesitar un poco de ayuda para ello.

Asegúrate de que la persona es capaz de administrarse la medicación. Puede abrir el tapón del frasco de pastillas o administrarse la insulina? ¿Guarda todos sus suministros para la diabetes en un lugar adecuado?

Si tu ser querido toma pastillas, cápsulas o tabletas, utiliza un calendario de pastillas. Este recipiente de plástico tiene una lista de los días de la semana y está dividido en partes del día. Puedes conseguir uno en la mayoría de las farmacias grandes. Rellena el calendario de píldoras una vez a la semana o una vez al mes, según sea necesario. Compruébalo regularmente para ver si se ha saltado alguna dosis.

Puede ser que tu amigo o familiar no vea bien y no pueda leer el frasco de la receta. Pide una cita con un médico de los ojos (un oftalmólogo) para una revisión de la vista.

Busca apoyo

Cuida también de ti mismo. Si los cuidados empiezan a ser estresantes, ayuda hablar con alguien de confianza, ya sea un amigo, un pariente o un consejero. También puede unirse a un grupo de apoyo.

Para encontrar uno, pregunte a su médico o consulte en un hospital local o en la Asociación Americana de la Diabetes.

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