La diabetes de tipo 1 se produce cuando el sistema inmunitario destruye las células del páncreas que producen insulina. Aprenda más sobre los síntomas, las causas, el diagnóstico, el tratamiento y las complicaciones de la diabetes tipo 1.
La diabetes de tipo 1 es una enfermedad en la que el sistema inmunitario destruye las células productoras de insulina del páncreas. Estas se llaman células beta. Esta enfermedad suele diagnosticarse en niños y jóvenes, por lo que solía llamarse diabetes juvenil.
La diabetes secundaria es como la de tipo 1, pero las células beta han sido destruidas por otra causa, como una enfermedad o una lesión en el páncreas, y no por el sistema inmunitario.
Ambas son diferentes de la diabetes de tipo 2, en la que el cuerpo no responde a la insulina como debería.
Síntomas de la diabetes de tipo 1
Los signos suelen ser sutiles, pero pueden llegar a ser graves. Incluyen:
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Sed extrema
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Aumento del hambre (especialmente después de comer)
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Sequedad en la boca
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Malestar estomacal y vómitos
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Micción frecuente
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Pérdida de peso inexplicable, aunque esté comiendo y sienta hambre
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Fatiga
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Visión borrosa
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Respiración pesada y dificultosa (su médico puede llamarla respiración Kussmaul)
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Infecciones frecuentes en la piel, las vías urinarias o la vagina
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Mal humor o cambios en el estado de ánimo
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Mojar la cama en un niño que ha estado seco por la noche
Los signos de una emergencia con diabetes tipo 1 incluyen:
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Temblores y confusión
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Respiración rápida
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Olor afrutado en el aliento
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Dolor de vientre
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Pérdida de conocimiento (poco frecuente)
Causas de la diabetes de tipo 1
La insulina es una hormona que ayuda a trasladar el azúcar, o glucosa, a los tejidos de su cuerpo. Las células la utilizan como combustible.
Los daños en las células beta causados por la diabetes de tipo 1 interrumpen el proceso. La glucosa no entra en las células porque la insulina no está ahí para hacer el trabajo. En su lugar, se acumula en la sangre y las células mueren de hambre. Esto provoca un alto nivel de azúcar en la sangre, que puede conducir a:
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Deshidratación. Cuando hay un exceso de azúcar en la sangre, se orina más. Es la forma en que el cuerpo se deshace de ella. Una gran cantidad de agua sale con esa orina, haciendo que tu cuerpo se reseque.
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Pérdida de peso. La glucosa que sale al orinar se lleva calorías con ella. Por eso muchas personas con el azúcar alto en la sangre pierden peso. La deshidratación también influye.
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Cetoacidosis diabética (CAD). Si su cuerpo no puede obtener suficiente glucosa como combustible, descompone las células grasas en su lugar. Esto crea unas sustancias químicas llamadas cetonas. El hígado libera el azúcar que almacena para ayudar. Pero el cuerpo no puede utilizarlo sin insulina, por lo que se acumula en la sangre, junto con las cetonas ácidas. Esta mezcla de glucosa extra, deshidratación y acumulación de ácido se conoce como cetoacidosis y puede ser mortal si no se trata de inmediato.
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Daños en tu cuerpo. Con el tiempo, los niveles altos de glucosa en la sangre pueden dañar los nervios y los pequeños vasos sanguíneos de los ojos, los riñones y el corazón. También pueden aumentar la probabilidad de que se endurezcan las arterias, o aterosclerosis, lo que puede provocar infartos y derrames cerebrales.
No hay forma de prevenir la diabetes de tipo 1. Los médicos no conocen todas las causas que la provocan. Pero saben que los genes juegan un papel importante.
También saben que se puede contraer diabetes de tipo 1 cuando algo de tu entorno, como un virus, le dice a tu sistema inmunitario que vaya a por tu páncreas. La mayoría de las personas con diabetes de tipo 1 presentan signos de este ataque, llamados autoanticuerpos. Están presentes en casi todas las personas que padecen la enfermedad cuando su nivel de azúcar en sangre es elevado.
La diabetes de tipo 1 puede aparecer junto con otras enfermedades autoinmunes, como la enfermedad de Graves o el vitíligo.
Factores de riesgo de la diabetes tipo 1
Sólo un 5% de las personas con diabetes tienen el tipo 1. Afecta por igual a hombres y mujeres. Tienes más riesgo de padecerla si:
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Es menor de 20 años
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Son de raza blanca
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Tienen un padre o un hermano con el tipo 1
Diagnóstico de la diabetes tipo 1
Si su médico cree que tiene diabetes de tipo 1, comprobará sus niveles de azúcar en sangre. Es posible que analicen su orina en busca de glucosa o de sustancias químicas que su cuerpo produce cuando no tiene suficiente insulina.
Tratamiento de la diabetes tipo 1
Las personas que tienen diabetes de tipo 1 pueden llevar una vida larga y saludable. Tendrá que vigilar de cerca sus niveles de azúcar en sangre. Su médico le dará un rango en el que las cifras deben permanecer. Ajuste su insulina, su alimentación y sus actividades según sea necesario.
Todas las personas con diabetes tipo 1 necesitan inyectarse insulina para controlar su nivel de azúcar en sangre.
Cuando su médico hable de la insulina, mencionará tres cosas principales:
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"El inicio" es el tiempo que tarda en llegar al torrente sanguíneo y empezar a reducir el azúcar en sangre.
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"Hora punta" es cuando la insulina está haciendo el mayor trabajo en términos de reducción de su azúcar en la sangre.
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"Duración" es el tiempo que sigue actuando después del inicio.
Existen varios tipos de insulina.
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La de acción rápida comienza a actuar en unos 15 minutos. Alcanza su punto máximo aproximadamente una hora después de tomarlo y sigue actuando durante 2 a 4 horas.
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La regular o de acción corta entra en acción en unos 30 minutos. Alcanza su punto máximo entre 2 y 3 horas y sigue actuando de 3 a 6 horas.
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La de acción intermedia no llega al torrente sanguíneo entre 2 y 4 horas después de la inyección. Alcanza su punto máximo de 4 a 12 horas y actúa durante 12 a 18 horas.
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La de acción prolongada tarda varias horas en entrar en tu sistema y dura unas 24 horas.
Su médico puede empezar con dos inyecciones al día de dos tipos de insulina. Más adelante, puede que necesites más inyecciones.
La mayor parte de la insulina se presenta en un pequeño frasco de cristal llamado vial. Se extrae con una jeringa que tiene una aguja en el extremo y se administra. Algunos tipos vienen en una pluma precargada. Otro tipo es el que se inhala. También puedes recibirla mediante una bomba, un dispositivo que llevas puesto y que la envía a tu cuerpo a través de un pequeño tubo. Su médico le ayudará a elegir el tipo y el método de administración más adecuados para usted.
Cambios en el estilo de vida
El ejercicio es una parte importante del tratamiento del tipo 1. Pero no es tan sencillo como salir a correr. El ejercicio afecta a los niveles de azúcar en sangre. Por eso hay que equilibrar la dosis de insulina y los alimentos que se ingieren con cualquier actividad, incluso con las tareas más sencillas de la casa o el jardín.
Saber es poder. Comprueba tu nivel de azúcar en sangre antes, durante y después de una actividad para saber cómo te afecta. Algunas cosas harán que tus niveles suban; otras no. Puedes bajar la insulina o tomar un tentempié con carbohidratos para evitar que baje demasiado.
Si tu nivel de azúcar en sangre es alto -por encima de 240 mg/dL- haz una prueba de cetonas, los ácidos que pueden resultar de los niveles altos de azúcar. Si están bien, deberías estar bien. Si son altos, no hagas el ejercicio.
También es necesario que entiendas cómo afectan los alimentos a tu nivel de azúcar en sangre. Una vez que conozca el papel que desempeñan los carbohidratos, las grasas y las proteínas, podrá elaborar un plan de alimentación saludable que le ayude a mantener sus niveles donde deben estar. Un educador en diabetes o un dietista titulado pueden ayudarte a empezar.
Complicaciones de la diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 puede provocar otros problemas, especialmente si no está bien controlada. Las complicaciones incluyen:
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Enfermedades cardiovasculares. La diabetes puede aumentar el riesgo de que se formen coágulos de sangre, así como la presión arterial y el colesterol elevados. Estos pueden provocar dolor en el pecho, ataque al corazón, derrame cerebral o insuficiencia cardíaca.
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Problemas en la piel. Las personas con diabetes son más propensas a contraer infecciones bacterianas o fúngicas. La diabetes también puede causar ampollas o sarpullidos.
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Enfermedad de las encías. La falta de saliva, el exceso de placa y el escaso flujo sanguíneo pueden causar problemas en la boca.
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Problemas en el embarazo. Las mujeres con diabetes tipo 1 tienen un mayor riesgo de parto prematuro, defectos de nacimiento, mortinatos y preeclampsia.
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Retinopatía. Este problema ocular se produce en aproximadamente el 80% de los adultos que han tenido diabetes tipo 1 durante más de 15 años. Es poco frecuente antes de la pubertad, independientemente del tiempo que se tenga la enfermedad. Para prevenirla -y conservar la vista- hay que mantener un buen control de la glucemia, la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos.
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Daño renal. Aproximadamente entre el 20% y el 30% de las personas con diabetes tipo 1 padecen una enfermedad llamada nefropatía. Las probabilidades aumentan con el tiempo. Es más probable que aparezca entre 15 y 25 años después del inicio de la diabetes. Puede provocar otros problemas graves, como insuficiencia renal y enfermedades cardíacas.
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Flujo sanguíneo deficiente y daños en los nervios. Los nervios dañados y las arterias endurecidas provocan una pérdida de sensibilidad y una falta de riego sanguíneo en los pies. Esto aumenta las posibilidades de sufrir lesiones y dificulta la curación de las llagas y heridas abiertas. Cuando esto ocurre, puedes perder una extremidad. El daño nervioso también puede causar problemas digestivos como náuseas, vómitos y diarrea.
Puedes tomar medidas para no tener complicaciones.
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Haz todo lo posible por mantener el azúcar en sangre bajo control.
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Controle su presión arterial y su colesterol.
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Coma bien y haga ejercicio.
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Si fuma, deje de hacerlo.
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Cuida tus pies y tus dientes.
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Hazte exámenes médicos, dentales y de la vista con regularidad.