Las personas que tienen diabetes suelen tener problemas de sueño. El médico explica las razones.
Hay varias causas de problemas de sueño para las personas con diabetes tipo 2, como la apnea obstructiva del sueño, el dolor o el malestar, el síndrome de las piernas inquietas y el aumento de la micción nocturna.
Problemas de sueño y diabetes de tipo 2
Apnea del sueño
La apnea del sueño consiste en pausas en la respiración durante el sueño. Los periodos de interrupción de la respiración se denominan apneas, que están causadas por una obstrucción de las vías respiratorias superiores. La apnea se asocia a múltiples episodios breves de despertar a lo largo de la noche: normalmente no se es consciente de estas alteraciones del sueño porque no se está totalmente despierto... Sin embargo, si se midiera el sueño en un laboratorio del sueño, los técnicos registrarían cambios en las ondas cerebrales que son característicos del despertar.
La apnea del sueño provoca bajos niveles de oxígeno en la sangre porque las obstrucciones impiden que el aire llegue a los pulmones. Los bajos niveles de oxígeno también afectan al funcionamiento del cerebro y del corazón. Hasta dos tercios de las personas que padecen apnea del sueño tienden a ser más pesadas que la población general.
La apnea del sueño altera el ciclo y las fases del sueño. Algunos estudios han relacionado la alteración de las etapas del sueño con una disminución de la hormona del crecimiento, que desempeña un papel clave en la composición corporal, como la grasa corporal, el músculo y la grasa abdominal. Los investigadores han encontrado una posible relación entre la apnea del sueño y el desarrollo de la diabetes y la resistencia a la insulina (la incapacidad del cuerpo para utilizar la insulina).
Neuropatía periférica
La neuropatía periférica, o el daño a los nervios de los pies y las piernas, es otra causa de interrupción del sueño. Este daño nervioso puede causar una pérdida de sensibilidad en los pies o síntomas como hormigueo, entumecimiento, ardor y dolor.
Síndrome de las piernas inquietas
El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno específico del sueño que provoca un impulso intenso, a menudo irresistible, de mover las piernas. Este trastorno del sueño suele ir acompañado de otras sensaciones en las piernas, como hormigueos, tirones o dolor, lo que dificulta conciliar el sueño o mantenerlo.
Hipoglucemia e hiperglucemia
Tanto la hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre) como la hiperglucemia (nivel alto de azúcar en sangre) pueden afectar al sueño de los diabéticos. La hipoglucemia puede producirse cuando no se ha comido durante muchas horas, por ejemplo durante la noche, o si se toma demasiada insulina u otros medicamentos. La hiperglucemia se produce cuando el nivel de azúcar se eleva por encima de lo normal. Esto puede ocurrir después de comer demasiadas calorías, omitir la medicación o tener una enfermedad. El estrés emocional también puede hacer que suba el azúcar en sangre.
Obesidad
La obesidad, o el exceso de grasa corporal, se asocia a menudo con los ronquidos, la apnea del sueño y los trastornos del sueño. La obesidad aumenta el riesgo de apnea del sueño, diabetes de tipo 2, enfermedades cardíacas, hipertensión, artritis y accidentes cerebrovasculares.
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Cómo se diagnostican los problemas de sueño?
Su médico le preguntará sobre sus patrones de sueño, incluyendo si tiene problemas para conciliar o mantener el sueño, si tiene sueño durante el día, si tiene dificultad para respirar mientras duerme (incluyendo ronquidos), si tiene dolor en las piernas o si mueve o patea las piernas mientras duerme.
Su médico puede remitirle a un especialista del sueño que puede realizar un estudio especial del sueño llamado polisomnograma para medir la actividad durante el sueño. Los resultados del estudio del sueño pueden ayudar a su médico a realizar un diagnóstico preciso y a prescribir un tratamiento eficaz y seguro.
Cómo se tratan los problemas de sueño en la diabetes tipo 2?
Existen varios tratamientos para los problemas de sueño en personas con diabetes, dependiendo de la condición:
Apnea del sueño
Si le diagnostican apnea del sueño, su médico puede sugerirle que pierda peso para ayudarle a respirar más fácilmente.
Otro posible tratamiento es la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP). Con la CPAP, los pacientes llevan una máscara sobre la nariz y/o la boca. Un soplador de aire hace pasar el aire por la nariz y/o la boca. La presión del aire se ajusta de manera que sea lo suficiente para evitar que los tejidos de las vías respiratorias superiores se colapsen durante el sueño. La presión es constante y continua. La CPAP evita el cierre de las vías respiratorias mientras se utiliza, pero los episodios de apnea vuelven a producirse cuando se interrumpe la CPAP o se utiliza de forma inadecuada.
Neuropatía periférica
Para tratar el dolor de la neuropatía periférica, el médico puede recetar analgésicos simples como la aspirina o el ibuprofeno, antidepresivos como la amitriptilina o anticonvulsivos como la gabapentina (Gralise, Neurontin), la tiagabina?(Gabitril) o el topiramato (Topamax). Otros tratamientos son la carbamazepina (Carbatrol, Tegretol), la pregabalina (Lyrica), inyecciones de lidocaína o cremas como la capsaicina.
Síndrome de las piernas inquietas
Para tratar el síndrome de las piernas inquietas se utilizan diversos medicamentos, como agentes dopaminérgicos, somníferos, anticonvulsivos y analgésicos. Su médico también puede recetarle hierro si tiene niveles bajos de este mineral.
Insomnio primario
También hay varios medicamentos que tratan el insomnio, entre ellos:
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Medicamentos de venta libre como los antihistamínicos, incluida la difenhidramina (como el Benadryl). Estos fármacos deben utilizarse a corto plazo y junto con cambios en los hábitos de sueño.
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Medicamentos utilizados para tratar problemas de sueño como daridorexant (Quviviq) eszopiclona (Lunesta), lemborexant (Dayvigo),?suvorexant?(Belsomra), zaleplon?(Sonata) y?zolpidem (Ambien).
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Las benzodiacepinas... son un tipo de medicamento de prescripción más antiguo que causa sedación, relajación muscular y puede reducir los niveles de ansiedad. Las benzodiacepinas que se utilizan habitualmente para el tratamiento del insomnio son el alprazolam (Xanax), el diazepam (Valium), el estazolam (ProSom), el flurazepam (Dalmane, Dalmadorm), el lorazepam (Ativan), el temazepam (Restoril) y el triazolam (Halcion).
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Antidepresivos como la nefazodona (Serzone) y dosis muy bajas de doxepina (silenor).
Cómo puedo mejorar mi sueño?
Además de los medicamentos, las recomendaciones para mejorar el sueño son:
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Aprender técnicas de relajación y respiración.
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Escuchar un CD de relajación o de sonidos de la naturaleza.
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Haga ejercicio regular, a más tardar unas horas antes de acostarse.
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No consuma cafeína, alcohol o nicotina por la noche.
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Evitar o minimizar las siestas.
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Sal de la cama y haz algo en otra habitación cuando no puedas dormir. Vuelve a la cama cuando te sientas somnoliento.
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Utiliza la cama sólo para dormir y para la actividad sexual. No te acuestes en la cama para ver la televisión o leer. De este modo, tu cama se convierte en una pista para dormir, no para estar despierto.
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Prueba la terapia cognitivo-conductual (TCC), que es un tratamiento de primera línea... para el insomnio.
La somnolencia excesiva puede tratarse con el medicamento solriamfetol (Sunosi), que ha demostrado ser eficaz para mantener despiertas a las personas con apnea del sueño durante más tiempo.
Existen otros vínculos entre el sueño y la diabetes de tipo 2?
Las personas que tienen malos hábitos de sueño tienen un mayor riesgo de padecer sobrepeso u obesidad y de desarrollar diabetes de tipo 2, según varios estudios. La privación crónica del sueño puede provocar resistencia a la insulina, lo que puede dar lugar a un alto nivel de azúcar en la sangre y a la diabetes.
Algunos estudios muestran que la privación crónica del sueño puede afectar a las hormonas que controlan el apetito. Por ejemplo, hallazgos recientes relacionan el sueño inadecuado con niveles más bajos de la hormona leptina, que ayuda a controlar el metabolismo de los carbohidratos. Se ha demostrado que los niveles bajos de leptina aumentan las ganas de comer carbohidratos, independientemente de la cantidad de calorías consumidas.