La insulina inhalada es otra opción para que las personas con diabetes controlen su nivel de azúcar en sangre. Funciona tanto para la diabetes de tipo 1 como para la de tipo 2, pero no debe utilizarla si fuma o tiene asma o EPOC.
No se puede meter la insulina en una píldora, pero ¿qué tal si la respiras?
Cómo funciona la insulina inhalada
La idea de inhalar insulina existe desde hace décadas. No fue hasta los años 90 que los investigadores la hicieron posible.
Con un inhalador similar a los que utilizan los asmáticos, se respira un fino polvo de insulina en los pulmones. Allí, entra en la sangre a través de pequeños vasos sanguíneos.
La insulina inhalada hoy en día
En junio de 2014, la FDA aprobó Afrezza. Es un inhalador con insulina premedida y de acción rápida que se utiliza antes de las comidas.
No es para emergencias diabéticas como la cetoacidosis diabética (CAD). Los efectos secundarios más comunes de la insulina inhalada son la bajada de azúcar, la tos y el dolor de garganta.
Si tienes diabetes de tipo 1, también tendrás que utilizar insulina de acción prolongada para controlar tu nivel de azúcar en sangre.
Si fumas o tienes una enfermedad pulmonar, como el asma o la EPOC, no debes usar insulina inhalada.
Insulina inhalada temprana
La FDA aprobó la primera insulina inhalada, Exubera, en septiembre de 2006. Podían utilizarla las personas con diabetes de tipo 1 o 2.
Pero el fabricante del fármaco lo retiró del mercado en octubre de 2007, porque no parecía tener éxito entre los pacientes. La gente pensaba que el inhalador era demasiado grande y aparatoso (el inhalador Afrezza es mucho más pequeño).