Si tiene diabetes de tipo 2 y se está iniciando en el ejercicio, el médico le dice lo que debe saber antes de empezar a hacer ejercicio.
Probablemente ya sepa que es bueno para el corazón y que puede ayudarle a perder peso. Pero, ¿sabía que reducirá sus niveles de azúcar en sangre al hacer que su cuerpo utilice la insulina de forma más eficaz? También puede ayudarle a necesitar menos medicación, insulina u otras terapias.
Con el tiempo, puede ayudar a su nivel de A1c, que refleja su control de la glucemia en los últimos 3 meses. Además, el ejercicio le hace menos propenso a padecer enfermedades cardíacas y puede ayudarle a perder peso si lo combina con una dieta.
Empieza con estas 7 sencillas estrategias:
1. Consulta primero a tu médico.
Tu médico se asegurará de que estás preparada para lo que quieras hacer. Sólo algunas cosas, como levantar pesos pesados, pueden ser peligrosas si la diabetes ha dañado los vasos sanguíneos de tus ojos, o si tienes cataratas o glaucoma. Y si tiene daños nerviosos en los pies relacionados con la diabetes, es posible que deba elegir actividades que no ejerzan demasiada presión sobre los pies. Sin embargo, hay muchas cosas que puede hacer. Tu médico debería poder aconsejarte sobre lo que puedes hacer, y puede que también te recomiende hacer una prueba de esfuerzo.
2. Haz lo que te apetezca.
En general, puedes hacer casi cualquier tipo de ejercicio que te guste cuando tienes diabetes. Caminar, correr, montar en bicicleta, nadar y otras actividades cardiovasculares son excelentes para quemar calorías y hacer que su corazón bombee. Su objetivo: llegar a un mínimo de 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada.
3. Añade algo de entrenamiento de fuerza a tu rutina dos veces por semana.
Usar pesas o trabajar con bandas de resistencia ayuda a construir músculo. Una mayor actividad muscular también aumenta tu metabolismo, por lo que quemarás más calorías a lo largo del día y de la noche, incluso después del entrenamiento.
4. Comprueba tus medicamentos y tu nivel de azúcar en sangre.
Asegúrate de preguntar a tu médico sobre cómo podría afectarte cualquier medicamento que estés tomando durante el ejercicio. Algunos medicamentos pueden hacer que su nivel de azúcar en sangre baje demasiado, provocando mareos, desmayos o convulsiones. Algunas medidas sencillas, como medir el nivel de azúcar en sangre antes de hacer ejercicio y comer un tentempié si el nivel es inferior a 100, pueden ayudar mucho. También puedes tener a mano zumo o pastillas de glucosa para un rápido impulso si tu nivel de azúcar baja inesperadamente. Si tomas insulina u otros medicamentos, pregunta a tu médico si necesitas ajustarlos los días que hagas ejercicio o justo antes de ir al gimnasio.
5. Empieza con seguridad.
Cuando llegue el momento de ponerse en movimiento, calienta antes y enfría después. Bebe mucha agua antes, durante y después del ejercicio para no deshidratarte. Es normal tener un ligero dolor después de empezar a hacer ejercicio, y deberías respirar más fuerte cuando haces ejercicio. Es poco probable, pero si tienes algún dolor repentino; o si no puedes recuperar el aliento después de reducir el ritmo o parar; o si te mareas C para, y avisa a tu médico de cualquier problema.
6. Consigue el equipo adecuado.
Cuando se tiene diabetes, hay que estar atento a los problemas de los pies. Revisa tus pies antes y después de hacer ejercicio para detectar cualquier ampolla o irritación. Los calcetines que absorben la humedad y las plantillas de gel pueden ayudar a proteger tus pies.
También es una buena idea llevar una etiqueta de identificación médica para que los demás sepan de tu estado en caso de emergencia.
7. Contrata ayuda.
Si es la primera vez que hace ejercicio, considere la posibilidad de reservar algunas sesiones con un entrenador personal, idealmente con alguien que tenga experiencia trabajando con personas con diabetes. Un profesional puede ayudarte a aprender los conceptos básicos, incluyendo cómo evitar lesiones, y guiarte para establecer una rutina que puedas cumplir.