El médico le explicará las complicaciones cutáneas más comunes que afectan a las personas con diabetes y cómo mantenerlas a raya.
Infórmate.
Una de las claves para prevenir los problemas es entender qué los causa. Habla con tu médico. Infórmate sobre las complicaciones, cuáles son tus riesgos particulares y cómo puedes reducirlos.
Controla tu diabetes.
Consiga -y mantenga- su nivel de azúcar en sangre dentro de un rango normal. Si ya tienes problemas de piel, puedes evitar que empeoren. Esfuérzate por tener un peso saludable, comer bien, reducir la sal, mantener una presión arterial sana y hacer ejercicio. Es mucho pedir, pero habla con tu equipo de salud para que te apoye.
Sé consciente.
Si tienes un daño nervioso diabético, que se llama neuropatía, podrías tener un corte, un rasguño o un pinchazo en la piel infectado y no saberlo. No dejes que un pequeño problema se convierta en uno grande. Sé consciente de tu cuerpo. Revisa tus piernas, tobillos, pies y entre los dedos de los pies todos los días para ver si hay heridas nuevas o viejas que parecen no curarse nunca.
Trata las heridas y llagas.
No las descuides. Si encuentras una mella, un arañazo, un pequeño corte o cualquier cosa que no se esté curando o que te preocupe, habla enseguida con tu médico.
Cúbrete.
Esta sencilla primera línea de defensa puede ayudarte a evitar los cortes y arañazos que pueden provocar una infección. Tanto si estás trabajando en el jardín como sacando a pasear al perro, cúbrete las piernas con pantalones largos y los pies con zapatos planos y bien ajustados. Para proteger tu piel del frío o del viento, cúbrete las orejas y la cara, incluida la nariz, y ponte un sombrero. Además, ponte guantes y zapatos o botas calientes.
Evita la sequedad de la piel.
La piel demasiado seca puede agrietarse, picar e infectarse.
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Mantén tu piel -especialmente en las axilas, los dedos de los pies y la ingle- limpia y seca, pero no demasiado.
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Toma duchas o baños cortos y tibios y utiliza jabones y champús suaves cuando te laves. Evita los desodorantes o los limpiadores perfumados, que pueden ser agresivos para la piel sensible.
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Hidrata si tu piel está seca. El mejor momento es justo después de la ducha o el baño, cuando aún está húmeda.
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Sécate bien dando palmaditas suaves. No frotar. Concéntrese en las axilas, entre las piernas, debajo de los senos y entre los dedos de los pies.
Algunos otros consejos para cuidar tu piel:
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Utiliza bálsamo labial para evitar los labios agrietados.
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Para evitar la sequedad de la piel cuando baja la temperatura, utiliza un humidificador para añadir humedad al aire interior calentado.
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Evita rascarte la piel seca. Ponte crema hidratante en su lugar.
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Mantén una botella de loción cerca del lavabo para poder usarla después de lavarte las manos.
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Limita el número de productos que usas en tu piel para disminuir las posibilidades de tener una reacción.
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Si eres propenso al acné, habla con tu dermatólogo antes de elegir una crema hidratante facial. Algunas pueden causar acné o empeorarlo.
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Utiliza productos etiquetados como "no comedogénicos" o "no acnegénicos".
Haz un botiquín de primeros auxilios para tu piel
Ten cerca un botiquín para cuidar tus manos y pies. Debe incluir:
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Pomada antibacteriana
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Compresas de gasa
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Cinta adhesiva hipoalergénica o de papel
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Toallitas limpiadoras preenvasadas (en caso de no disponer de agua y jabón)
Cómo tratar las ampollas
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No intentes romper o reventar la ampolla. La piel que la cubre la protege de la infección.
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Lava suavemente la zona con un jabón suave y agua tibia.
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Aplique una pomada antibacteriana en la ampolla.
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Cúbrela con una venda de tela o una gasa. Asegúralo con cinta adhesiva hipoalergénica o de papel.
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Cambie el vendaje al menos una vez al día.
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Si la ampolla está en el pie y proviene de los zapatos, usa otro par hasta que se cure.
Cómo cuidar los cortes pequeños
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Lavar suavemente la zona con jabón suave y agua tibia.
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Aplicar una pomada antibacteriana.
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Cubrir el corte con una venda de tela o una gasa. Asegúralo con cinta adhesiva hipoalergénica o de papel.
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Cambie el vendaje al menos una vez al día.
Cómo manejar los problemas menores de la piel como las erupciones
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Lavar suavemente la zona con un jabón suave y agua tibia y secar con palmaditas.
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Cubre la piel irritada con una venda de tela o una gasa. Asegúralo con cinta adhesiva hipoalergénica o de papel.
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Sigue revisando la zona para asegurarte de que la irritación no empeora.
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Cambie el vendaje al menos una vez al día.
Qué hacer en caso de quemaduras leves
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Calmar la zona con agua corriente fresca y limpia.
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No intentes romper o reventar ninguna ampolla.
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Lava suavemente la zona con un jabón suave y agua tibia y sécala con palmaditas.
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Cubre la quemadura con una gasa. Asegúrala con cinta adhesiva hipoalergénica o de papel.
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Cambie el vendaje al menos una vez al día.
Cómo cuidarse de las congelaciones
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Pide ayuda médica inmediatamente.
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Utilice agua tibia, no caliente, para calentar la piel (98-104 F).
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No frote la zona ni aplique cremas.
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No intentes caminar sobre el pie afectado ni utilizar la mano afectada.
Cuándo llamar al médico
Cuando se tiene diabetes, los pies necesitan una atención especial. Más allá de una rutina diaria de cuidado de los pies, llame a su médico de inmediato si:
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No ve una mejora al día siguiente después de tratar un problema menor, como un corte.
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Tiene dolor o molestias que duran más de 2 días.
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Tener una temperatura elevada.
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Observa que hay pus en la llaga o cerca de la herida.
Los cuidados básicos de la piel pueden ayudar mucho a prevenir problemas posteriores. Si tienes dudas o si un corte, un rasguño o un hematoma te preocupa, habla con tu médico o dermatólogo de inmediato.