Si tengo diabetes, ¿puedo amamantar a mi bebé?

La lactancia es buena para ti y para tu bebé, incluso si tienes diabetes. Aprende a hacerlo de forma segura con los expertos de Doctor.

Dicho esto, la lactancia no siempre es fácil, y las mujeres con diabetes pueden enfrentarse a algunas complicaciones adicionales, por lo que vale la pena estar preparadas. Infórmate sobre la lactancia con diabetes.

Beneficios para ti y para tu bebé

Para tu pequeño, es bien sabido que los bebés que son amamantados (independientemente de que la mamá tenga diabetes) suelen tener menos problemas de salud, como infecciones respiratorias y de oído, problemas digestivos y asma. También es menos probable que desarrollen diabetes de tipo 1 o 2.

También puedes obtener algunas ventajas para tu salud.

Si has tenido diabetes gestacional (has desarrollado diabetes por primera vez durante el embarazo), lo más probable es que tus altos niveles de azúcar en sangre vuelvan a la normalidad poco después de dar a luz. Pero seguirás siendo más propensa a desarrollar diabetes de tipo 2 durante el resto de tu vida. La lactancia ayudará a que tu nivel de azúcar en sangre descienda de inmediato, lo que podría reducir tus posibilidades de padecer diabetes más adelante.

Tanto si has tenido diabetes gestacional como si tienes diabetes de tipo 1 o de tipo 2, la lactancia puede ayudarte a perder los kilos de más que has ganado durante el embarazo, lo cual es otra ventaja para tu salud. Las mujeres que dan el pecho también tienen menos posibilidades de padecer cáncer de mama y de ovarios. Y suelen recuperarse más rápidamente del parto porque las hormonas liberadas durante la lactancia favorecen la contracción del útero.

Aunque la mayoría de los expertos, incluidos los de la Asociación Americana de la Diabetes, afirman que la lactancia es buena para las mujeres con diabetes, no es raro que se produzcan algunos inconvenientes.

¿Es difícil dar el pecho?

Esto puede ocurrirle a cualquiera, pero la diabetes puede añadir algunos retos. Por ejemplo, puede hacer que la subida de la leche sea más lenta.

Si tienes sobrepeso -como muchas mujeres con diabetes de tipo 2, aunque no todas-, esto puede dificultar la lactancia, sobre todo al principio.

Habla con tu médico o con un asesor de lactancia si necesitas ayuda o no estás segura de si debes complementar con leche artificial.

Son tus medicamentos seguros para tu bebé?

En la mayoría de los casos, una medicación que estaba bien para usted cuando estaba embarazada debería estar bien para continuar durante la lactancia. Pero siempre es conveniente consultar a tu médico.

La metformina suele ser una buena opción, y la insulina debería estar bien. Si tienes el tipo 1, deberías seguir tomando insulina, aunque puede que necesites menos durante la lactancia que antes de quedarte embarazada.

En el caso del tipo 1, es posible que los cambios hormonales del parto y la lactancia cambien la cantidad de insulina que necesitas y desvirtúen tu rutina general de pruebas y tratamiento. Es posible que quieras trabajar con un asesor de lactancia, un educador en diabetes o un nutricionista hasta que te hagas con el control.

Niveles bajos de azúcar en la sangre

Fabricar leche requiere mucha energía, y la leche materna está cargada de lactosa, un tipo de azúcar. Cuando amamantas a tu bebé y ese azúcar sale de tu cuerpo, tus niveles de azúcar en sangre pueden bajar hasta un 25% y tu nivel de azúcar en sangre podría descender demasiado (hipoglucemia).

Controlar el nivel de azúcar en sangre más a menudo y planificar con antelación puede ayudar mucho. Y suele ser una buena idea tomar un tentempié antes de dar el pecho y tener cerca algo como un zumo de frutas mientras lo das, por si empiezas a tener una hipoglucemia. Además, bebe mucha agua para mantenerte hidratada.

Tus rutinas cambian

Independientemente del tipo de diabetes que tengas, es probable que también necesites el apoyo de tus familiares y amigos.

Puede ser difícil para cualquier persona con un recién nacido encontrar tiempo para preparar comidas saludables, pero si tienes diabetes, es aún más importante comer bien y con regularidad.

La falta de sueño y el hecho de aprender a vivir con un nuevo bebé pueden hacer que seas bastante olvidadiza, por lo que es posible que también necesites que alguien te recuerde que debes hacer cosas como medir el nivel de azúcar en sangre y ponerte las inyecciones de insulina o los medicamentos orales.

Si normalmente te pones una inyección de insulina antes de una comida, tu cuerpo está esperando que llegue una determinada cantidad de carbohidratos muy pronto. Si tu bebé empieza a llorar y dejas de comer para calmarlo, se sentirá mejor, pero podrías retrasar la inyección y sufrir una hipoglucemia. Si ya se ha puesto la inyección, retrasar la comida le provocará una hipoglucemia. Intente llevar a su bebé en un portabebés mientras come, o asegúrese de que su pareja u otro ayudante esté disponible para ayudarla a terminar de comer.

Qué más hay que comprobar

Vigila la aparición de aftas. Tener una diabetes mal controlada te hace más propensa a tener infecciones por hongos, y ésta puede causar dolor y picor en los pezones. Si te sale un sarpullido o ampollas o tienes un dolor grave mientras te alimentas, llama a tu médico.

También puedes pedirle a tu médico o a un farmacéutico que revise de vez en cuando el monitor y los suministros de pruebas para asegurarse de que funcionan bien.

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