Conseguir ayuda a tiempo puede evitar que las enfermedades mentales empeoren. Conozca los síntomas de enfermedad mental a los que debe prestar atención.
Las enfermedades mentales adoptan muchas formas, como la depresión, los trastornos de ansiedad, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. Son frecuentes y afectan a unos 44 millones de estadounidenses cada año.
No hay una prueba sencilla que le diga si usted o alguien que conoce tiene una enfermedad mental. A menudo, usted o las personas de su entorno notarán pequeños cambios en su forma de actuar mucho antes de que los síntomas le afecten seriamente.
Si reconoces que algo no va bien, puedes hablar con un médico o un profesional de la salud mental sobre qué hacer. Conseguir ayuda, desde el principio, suele evitar que las enfermedades mentales empeoren.
Ciertos síntomas pueden ser una señal de que ha llegado el momento de buscar ayuda, especialmente si nota más de un par de ellos. Entre ellos están:
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Tristeza o mal humor que dura más de lo habitual
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Alejamiento de los amigos y la familia
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Pérdida de interés por las cosas que solía disfrutar
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Emociones extremas altas y bajas
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Grandes cambios en los hábitos de sueño o de alimentación
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Preocupaciones o temores que parecen desproporcionados
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Ignorar el aseo y la higiene personal
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Cambios en su deseo sexual
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Pensamientos desorganizados o confusos
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Ira excesiva
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Abuso de drogas... o de alcohol
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Muchas enfermedades físicas inexplicables
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Ideas que no se ajustan a la realidad
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Ver o escuchar cosas que otros no pueden
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Pensar o hablar sobre el suicidio
Signos de enfermedad mental en los niños
Cuando un niño tiene una enfermedad mental, puede presentar algunos de los mismos síntomas que los adultos, como preocuparse demasiado o cambios en los hábitos de sueño y alimentación.
También puede notar:
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Cambios en su rendimiento escolar
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Agresividad o desobediencia
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Pesadillas frecuentes
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Muchas rabietas
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Parecen demasiado sensibles a las vistas, los sonidos, los olores o el tacto
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Comportamiento extraño o inusual
Debe buscar ayuda?
El hecho de que notes uno o dos de estos síntomas no significa que tú o tu ser querido tengáis una enfermedad mental.
Los acontecimientos importantes de la vida, como la pérdida de un trabajo o de un ser querido, pueden afectar normalmente a su estado de ánimo y a su capacidad de funcionamiento. Una enfermedad física, una nueva medicación o cambios en la dosis pueden causar algunos de estos síntomas.
Pero puede ser el momento de buscar ayuda si:
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Te fijas en varias de estas señales.
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No están vinculados a ningún acontecimiento evidente.
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Duran lo suficiente como para interferir en tu vida.
Si empiezas el tratamiento a tiempo, puedes retrasar o incluso prevenir los efectos más graves.
Busca ayuda de un médico o experto en salud mental de inmediato si tienes pensamientos de hacerte daño a ti mismo o a otra persona. En caso de emergencia de salud mental, llama al 911 o a la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 800-273-8255. La línea de vida está atendida las 24 horas del día.
Dónde obtener ayuda
Si no es una emergencia, llame a su médico de cabecera. Ellos pueden ayudarle a ponerse en contacto con los servicios de salud mental. Si no tiene un médico de cabecera, llame a su compañía de seguros médicos o a la autoridad de salud mental de su estado o condado.
Puedes encontrar muchos recursos en Internet. Para obtener información sobre la ayuda que puede obtener en su zona, llame o envíe un correo electrónico a la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (800-950-6264 o [email protected]).
O llame a la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA) en el 877-726-4727. Esta línea está atendida de lunes a viernes de 8 a.m. a 8 p.m. ET.
Diagnóstico y tratamiento
Tu médico o consejero querrá conocer todos tus síntomas, cualquier cambio en tu comportamiento y si has tenido acontecimientos vitales importantes que puedan explicar lo que está ocurriendo.
Incluso si descubren que tienes una enfermedad mental, pueden ser necesarias varias visitas para dar con el diagnóstico correcto. El tratamiento suele incluir una combinación de fármacos y terapia conversacional. Los grupos de apoyo y los cambios en el estilo de vida también pueden ayudar.