El médico explica las distintas terapias utilizadas para la depresión resistente al tratamiento, como la terapia electroconvulsiva, el litio y los antidepresivos.
No existe un enfoque universalmente aceptado para controlar la depresión resistente al tratamiento, también conocida como TRD. Su tratamiento dependerá de la experiencia de su médico, así como de sus propias necesidades, preocupaciones e historial médico.
Pero aunque los detalles pueden variar, la mayoría de los médicos siguen el mismo patrón básico. A continuación se presenta un esquema de cómo su médico podría tratar su depresión. Si tiene una depresión resistente al tratamiento, lo normal es que su depresión no haya respondido a dos o más tratamientos, normalmente uno o más antidepresivos y/o psicoterapia. En ese momento, su médico puede sugerirle otras opciones.
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Otros antidepresivos.
Si un tipo de antidepresivo no ha funcionado -o ha causado efectos secundarios desagradables- su médico puede sugerirle que pruebe otro. Puede tratarse de un nuevo medicamento para la depresión de la misma clase de fármacos o de una clase diferente. De nuevo, es posible que tengas que seguir tomando este medicamento hasta ocho semanas para ver sus efectos completos. A continuación, tendrá que seguir tomándolo durante al menos varios meses, según las recomendaciones de su médico. Si este segundo no funciona, su médico puede probar una combinación de medicamentos para la depresión. También es posible que su médico le recomiende medicamentos más antiguos para la depresión, como los IMAO o los tricíclicos.
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Aumento con otros fármacos.
Si los tratamientos estándar no están funcionando, el médico puede añadir otros medicamentos a los antidepresivos. La combinación puede funcionar en los casos en que los antidepresivos por sí solos no lo hicieron. Los tipos de medicamentos pueden ser ansiolíticos, anticonvulsivos, antipsicóticos, litio, hormonas tiroideas, ketamina interna... y otros. Es posible que el médico quiera probar varios fármacos en diferentes combinaciones. Un inconveniente es que cuantos más medicamentos se tomen, mayor será el potencial de efectos secundarios.
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TEC (terapia electroconvulsiva).
Aunque a veces se utiliza como tratamiento inicial para personas con depresión grave y potencialmente mortal, la TEC suele reservarse para personas con depresión grave que no puede controlarse con otros tratamientos. Utiliza un impulso eléctrico para desencadenar una breve convulsión controlada en el cerebro mientras el paciente está dormido bajo anestesia general. Este tratamiento puede aliviar rápidamente la depresión, aunque sus efectos suelen desaparecer a menos que se continúe con los tratamientos de "mantenimiento" de la TEC o se utilice un medicamento eficaz para evitar recaídas.
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TMS (estimulación magnética transcraneal)
. En 2008, la FDA aprobó un dispositivo de EMT para el tratamiento de adultos con depresión severa en los que un antidepresivo no ha funcionado. La EMT crea un campo magnético para inducir una corriente eléctrica mucho más pequeña en una parte específica del cerebro sin causar una convulsión o pérdida de conciencia. Se coloca una bobina electromagnética sobre la cabeza para inducir el campo magnético.
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VNS (estimulación del nervio vago).
La ENV es un procedimiento quirúrgico utilizado en personas con depresión grave que no ha respondido a otros tratamientos. A través de un dispositivo similar a un marcapasos que se implanta bajo la clavícula, el ENV envía impulsos eléctricos regulares al nervio vago del cuello, uno de los nervios que transmite información hacia y desde el cerebro.
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Otras técnicas.
Los investigadores están trabajando en terapias para abordar la depresión resistente al tratamiento, como la MST (terapia magnética convulsiva) y la DBS (estimulación cerebral profunda) y la ketamina (un novedoso fármaco que suele infundirse por vía intravenosa).
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