Mitos y realidades sobre los efectos secundarios de los antidepresivos

Desde el aumento de peso hasta la pérdida de deseo sexual, el médico separa la realidad de la ficción sobre los antidepresivos.

He aquí ocho temores comunes sobre los antidepresivos, así como datos que pueden ayudarles a usted y a su médico a decidir si un antidepresivo es adecuado para usted.

Miedo:Los antidepresivos le hacen olvidar sus problemas en lugar de enfrentarse a ellos.

Hecho:

Los antidepresivos no pueden hacer que olvides tus problemas, pero sí pueden hacer que te resulte más fácil afrontarlos. Estar deprimido puede distorsionar la percepción de sus problemas y restarle energía para afrontar los asuntos difíciles. Muchos terapeutas afirman que cuando sus pacientes toman antidepresivos, esto les ayuda a progresar más en la psicoterapia.

Miedo: los antidepresivos cambian tu personalidad o te convierten en un zombi.

Hecho:

Cuando se toman correctamente, los antidepresivos no cambiarán su personalidad. Te ayudarán a sentirte de nuevo como tú mismo y a volver a tu nivel anterior de funcionamiento. (Si una persona que no está deprimida toma antidepresivos, éstos no mejoran el estado de ánimo o el funcionamiento de esa persona: no es una "píldora de la felicidad"). En raras ocasiones, las personas experimentan apatía o pérdida de emociones mientras toman ciertos antidepresivos. Cuando esto ocurre, reducir la dosis o cambiar a otro antidepresivo puede ayudar.

Miedo: Tomar un antidepresivo me hará ganar peso.

Hecho:

Como todos los fármacos, los antidepresivos tienen efectos secundarios, y el aumento de peso puede ser uno de los habituales de muchos de ellos. Algunos antidepresivos pueden ser más propensos que otros a provocar un aumento de peso; otros, de hecho, pueden hacer que pierdas algo de peso. Si esto le preocupa, hable con su médico.

Miedo: Si empiezo a tomar antidepresivos, tendré que tomarlos el resto de mi vida.

Hecho:

La mayoría de las personas que toman antidepresivos para un primer episodio de depresión necesitan tomarlos de forma continua durante seis a nueve meses, no necesariamente de por vida. Una vez que un antidepresivo consigue controlar la depresión, hay que colaborar con el médico para decidir cuándo se debe dejar la medicación y luego disminuir la dosis gradualmente. Suspenderlos repentinamente puede causar problemas como dolores de cabeza, mareos y náuseas.

Miedo: Los antidepresivos destruirán mi vida sexual.

Hecho:

Algunos antidepresivos pueden tener un efecto sobre el sexo. El problema suele estar en tener un orgasmo más que en la falta de deseo. Pero como la propia depresión disminuye la libido, un medicamento que alivie la depresión puede mejorar su vida sexual. Al igual que ocurre con otros efectos secundarios, ciertos antidepresivos pueden ser más propensos que otros a causar problemas sexuales.

Miedo: los antidepresivos son caros y no los cubre el seguro.

Hecho:

Los antidepresivos suelen estar cubiertos por los planes de seguro con cobertura de medicamentos recetados. El coste de los antidepresivos varía mucho, dependiendo de la dosis, del fármaco que se tome y de si está disponible como genérico. Incluso sin cobertura de seguro, es posible comprar un antidepresivo genérico por tan sólo 4 dólares al mes.

Miedo: tomar un antidepresivo es un signo de debilidad.

Hecho:

Al igual que las condiciones médicas como la diabetes o el colesterol alto, la depresión mayor es una condición que a menudo responde a la medicación. Cuando la depresión interfiere con su capacidad para funcionar normalmente, buscar tratamiento no es un signo de debilidad. Es un signo de buen cuidado personal.

Miedo: los antidepresivos aumentan el riesgo de suicidio.

Hecho:

Los estudios realizados en los últimos años han planteado la preocupación de que los antidepresivos puedan aumentar el riesgo de pensamientos o comportamientos suicidas (pero no de muerte) entre los niños, adolescentes y adultos jóvenes. Por ejemplo, una revisión de 2009 en el British Medical Journal (BMJ) analizó 372 estudios en los que participaron casi 100.000 personas que tomaban antidepresivos. Descubrió que, en comparación con el placebo, los antidepresivos se asociaban a un riesgo ligeramente mayor de pensamientos suicidas en algunos niños y adultos jóvenes, no tenían ningún efecto sobre el riesgo de suicidio entre los que tenían entre 25 y 64 años, y reducían el riesgo en los mayores de 65 años.

En 2004, la FDA exigió a los fabricantes de antidepresivos que revisaran sus etiquetas para incluir un recuadro de advertencia sobre estos riesgos.

Otros estudios pintan un panorama diferente. Un estudio de 2006 δ en PLoS Medicine sugiere que los antidepresivos han salvado miles de vidas. Los datos muestran que la tasa de suicidio en Estados Unidos se mantuvo bastante estable durante 15 años antes de que se vendiera el popular antidepresivo fluoxetina (Prozac), y luego descendió de forma constante durante 14 años mientras aumentaban las ventas de Prozac. El efecto más fuerte se produjo entre las mujeres.

La conclusión: Independientemente de la edad o el sexo, es importante acudir al médico inmediatamente si se tienen pensamientos suicidas u otros síntomas significativos de "depresión clínica".

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