La anhedonia es la incapacidad de sentir placer. Es un síntoma común de la depresión, así como de otros trastornos mentales.
La mayoría de las personas entienden lo que es el placer. Esperan que ciertas cosas de la vida les hagan felices. Tal vez disfruten montando en bicicleta, escuchando el sonido del mar o cogiendo la mano de alguien. Pero algunas personas pierden la capacidad de sentir alegría. Las cosas que antes les hacían felices ya no son divertidas ni agradables. Eso es la anhedonia.
Hay dos tipos principales de anhedonia:
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Anhedonia social. No quieres pasar tiempo con otras personas.
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Anhedonia física. No disfrutas de las sensaciones físicas. Un abrazo te deja una sensación de vacío en lugar de nutrirte. Tus comidas favoritas tienen un sabor insípido. Incluso el sexo puede perder su atractivo.
La anhedonia hace que las relaciones, incluidas las que se mantienen con amigos y familiares, sean una lucha. Al desaparecer la recompensa del disfrute, es difícil motivarse para pasar tiempo con los demás. Es posible que rechaces invitaciones y te saltes eventos como conciertos, fiestas e incluso reuniones individuales porque ya no crees que haya ningún beneficio en participar.
O puede tener ansiedad social. Sientes que no encajas, especialmente cuando conoces a gente nueva.
Las relaciones también se nutren de la retroalimentación positiva, y sin ella pueden marchitarse: Imagínate no poder decirle a alguien que le quieres o que te lo has pasado muy bien pasando el día con él. Pero si tienes anhedonia, no puedes, porque no tienes esos sentimientos. Por otra parte, la pérdida de la libido puede hacer mella en una relación romántica.
También vale la pena señalar que algunos científicos creen que la anhedonia no es siempre una cuestión de blanco y negro. Es posible que no sientas ninguna alegría, o que tus emociones positivas estén apagadas. En otras palabras, es posible que te siga gustando comer helado de chocolate o escuchar jazz; sólo que no te gustan esas cosas tanto como antes por razones que no puedes explicar.
Lo que provoca
La anhedonia está estrechamente relacionada con la depresión, pero no es necesario estar deprimido o sentirse triste para padecerla. También afecta a personas con otras enfermedades mentales, como la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Y puede aparecer en personas con problemas de salud aparentemente no relacionados, como la enfermedad de Parkinson, la diabetes, la enfermedad coronaria y los problemas de abuso de sustancias.
Los científicos creen que la anhedonia puede estar relacionada con cambios en la actividad cerebral. Es posible que haya un problema en la forma en que el cerebro produce o responde a la dopamina, una sustancia química del estado de ánimo que nos hace sentir bien. Algunas de las primeras investigaciones (en ratas) sugieren que las neuronas dopaminérgicas de una zona del cerebro llamada corteza prefrontal podrían estar hiperactivas en las personas con anhedonia. Esto interfiere de algún modo en las vías que controlan la búsqueda de recompensas y la experiencia de las mismas.
Cómo se trata
La anhedonia puede ser complicada de tratar. No hay una forma clara de hacerlo. El primer paso suele ser encontrar cualquier causa desconocida, centrarse en el tratamiento de ese problema y esperar que la anhedonia mejore como resultado.
Esto suele ser cierto, especialmente cuando se trata de la depresión. Las personas que toman medicamentos antidepresivos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, o ISRS) pueden descubrir que la anhedonia mejora junto con el resto de sus síntomas de depresión, pero no siempre es así. A veces estos medicamentos embotan las emociones y empeoran este problema.
Los científicos están trabajando en nuevos tratamientos para las personas con anhedonia que no mejoran con tratamientos como los ISRS y la terapia conversacional. Uno de los tratamientos más prometedores es la ketamina, un medicamento más conocido por ser una droga para fiestas que también tiene un efecto antidepresivo. Se necesitan más investigaciones, pero al menos un estudio descubrió que las personas con depresión bipolar que padecían anhedonia se aliviaban de este síntoma en los 40 minutos siguientes a la inyección de ketamina.