Depresión: La máscara del dolor

En el duro entorno dominado por los hombres en el que trabajaba, Weaver daba muestras de confianza. Pero cuando llegaba a casa, gritaba a su mujer e hijos y lloraba durante horas con una pistola en la mano.

Para el mundo exterior, el sargento Eric Weaver parecía un policía modelo. Siempre se apuntaba a nuevos proyectos y se ofrecía como coordinador de formación del equipo SWAT de Rochester, Nueva York.

Sin embargo, por dentro, Weaver se veía a sí mismo como un fracasado.

"Odiaba lo que era", dice este hombre de 40 años. "Mi depresión era tan grave y mis ideas suicidas tan severas que decidí crear una persona que trabajara tanto, fuera tan proactiva y tan diligente en todo lo que hiciera".

En el duro entorno dominado por los hombres en el que trabajaba, Weaver daba muestras de confianza. Pero cuando llegaba a casa, gritaba a su mujer e hijos y lloraba durante horas con una pistola en la mano.

Tras meses de contemplar el suicidio, Weaver acudió a su mujer en busca de ayuda. Con su apoyo, fue tratado con terapia electroconvulsiva (TEC, más conocida como "tratamiento de choque"), medicamentos antidepresivos y antipsicóticos, visitas al psicólogo y al psiquiatra, y hospitalización.

Ahora, Weaver se siente mejor consigo mismo y dirige su propio programa para educar a los policías sobre la depresión, el estrés y la prevención del suicidio.

Comparte sus propias experiencias con sus compañeros, haciéndoles saber que si se sienten deprimidos y/o con tendencias suicidas, no están solos. Dice que se suicidan entre dos y tres veces más agentes que los que mueren en el trabajo a manos de delincuentes.

También se dice que las fuerzas del orden son una de las profesiones que ocupan el primer lugar en el país en cuanto a suicidio, alcoholismo y divorcio.

"Muchos agentes y muchos hombres de diferentes profesiones no pueden sentir que sea apropiado decir a la gente cómo se sienten", dice Weaver. "Llega a ser tan grave que el único recurso que sienten que tienen es el suicidio".

La depresión puede afectar a personas de todos los ámbitos de la vida. Según la Asociación Americana de Psiquiatría, los síntomas de la enfermedad pueden ser:

  • Cambios en el apetito que provocan una pérdida o un aumento de peso no relacionados con una dieta

  • Insomnio o exceso de sueño

  • Pérdida de energía o aumento de la fatiga

  • Inquietud o irritabilidad

  • Sentimientos de inutilidad o de culpa inapropiada

  • Dificultad para pensar, concentrarse o tomar decisiones

  • Pensamientos de muerte o suicidio, o intentos de suicidio

En el trabajo, los síntomas podrían traducirse en problemas de asistencia y puntualidad, menor satisfacción laboral, falta de rendimiento, somnolencia y retraimiento de los compañeros de trabajo, dice el doctor Rudy Nydegger, profesor de psicología del Union College de Schenectady (Nueva York).

Para las personas que creen que pueden estar deprimidas, Nydegger sugiere los siguientes primeros pasos de acción:

  • Consulta con tu médico de cabecera. Los síntomas de la depresión son similares a los signos de otras dolencias, como los problemas de tiroides y el bajo nivel de azúcar en la sangre

  • Consiga una derivación o remítase a un profesional de la salud mental.

  • Consulte con el Programa de Asistencia al Empleado (EAP) de su empresa. "Pueden ser un recurso muy bueno, especialmente para las referencias", dice Nydegger.

  • Trabaja en un estilo de vida más saludable, que incluya una dieta equilibrada y ejercicio regular.

  • Asegúrate de que tu actividad física y social alcanza los niveles normales, aunque no te sientas con fuerzas. Si te obligas a salir, mejorarás más rápido.

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