Todavía hay mucho que no sabemos sobre la enfermedad de Crohn. Pero los científicos están aprendiendo más sobre la enfermedad y las formas de tratarla. Descubra lo que muestran las últimas investigaciones.
Cómo predecir y prevenir la enfermedad de Crohn
En su búsqueda de formas de prevenir la enfermedad de Crohn, los investigadores han analizado todo, desde la dieta hasta los elementos del entorno.
La típica dieta "occidental", rica en calorías, grasas saturadas y azúcar, aumenta la inflamación del intestino. Y la inflamación puede desencadenar enfermedades intestinales. Este tipo de dieta también altera el microbioma intestinal. Es decir, un cuidadoso equilibrio de bacterias y otros organismos diminutos que se encuentran en tus intestinos.
Un estudio de la Universidad de Harvard descubrió que las personas que comían muchos alimentos relacionados con la inflamación tenían un mayor riesgo de contraer la enfermedad de Crohn. Estos alimentos incluyen la carne procesada, los dulces y los cereales refinados, como el pan blanco.
Las primeras investigaciones apuntan a que la fructosa, un tipo de azúcar que suele encontrarse en las bebidas azucaradas y los alimentos procesados, podría ser un problema. Un estudio realizado en ratones descubrió que una dieta rica en fructosa podría empeorar los síntomas de enfermedades inflamatorias del intestino (EII) como la enfermedad de Crohn.
Pero una dieta mediterránea, rica en frutas, verduras, legumbres y frutos secos, podría tener el efecto contrario. Podría reducir la inflamación y mejorar los síntomas de Crohn. Un pequeño estudio ofreció una posible pista ambiental de por qué la enfermedad de Crohn y otros tipos de EII están aumentando. Los investigadores analizaron los dientes de leche de 30 adultos en Portugal, donde existe la tradición de guardar estos dientes. Aquellos cuyos dientes mostraban que habían estado expuestos al plomo, el cobre, el zinc y el cromo poco antes y después del nacimiento tenían más probabilidades de padecer Crohn.
Otro estudio indicó que los análisis de sangre podrían mostrar algún día quiénes son propensos a padecer Crohn, años antes de que aparezcan los síntomas.
Los investigadores descubrieron 51 características (denominadas biomarcadores) en la sangre que tenían una precisión del 76% a la hora de predecir si alguien padecería Crohn, 5 años antes de su diagnóstico. La comprensión de los procesos corporales que conducen a la enfermedad de Crohn podría ayudar a los científicos a encontrar formas de prevenirla o retrasarla.
Ampliación de las opciones de tratamiento
Todavía no hay cura para el Crohn. Pero los investigadores están estudiando muchos fármacos nuevos, sobre todo biológicos antiinflamatorios. Se trata de complicadas mezclas cultivadas en un laboratorio. Impiden que las proteínas del cuerpo generen inflamación.
Algunos de los fármacos que se están estudiando se centran en los linfocitos T, unos glóbulos blancos que son una parte importante del sistema inmunitario. Otros estimulan tu inmunidad natural o utilizan prebióticos para cambiar tus bacterias intestinales. Los prebióticos son fibras vegetales que ayudan a las bacterias sanas a crecer.
Otros investigadores se han centrado en las formas de tratar la enfermedad de Crohn. En un enfoque denominado "control estricto", los médicos tratan tanto los síntomas de Crohn como la inflamación que los provoca. Un estudio demostró que hacer esto desde el principio ayudaba a curar el revestimiento intestinal de las personas con Crohn.
Algunas personas de este estudio lograron lo que los médicos llaman "remisión profunda". Eso significa que se sentían bien y no tenían signos de actividad de la enfermedad.
Los investigadores volvieron a examinar a las mismas personas tres años después. En los que habían alcanzado la remisión profunda, era mucho menos probable que la enfermedad de Crohn empeorara. Esto era cierto incluso si no utilizaban el método de control estricto.
Otros hallazgos
Recientemente, los científicos han aprendido más sobre por qué la grasa abdominal a veces llega a los intestinos de las personas con Crohn. Este proceso se llama "grasa rastrera". Puede dar lugar a cicatrices intestinales que requieren cirugía.
Los investigadores descubrieron que la grasa rastrera se produce cuando las bacterias llamadas Clostridium innocuum se filtran desde el intestino delgado, que ha sido dañado por la enfermedad de Crohn. Creen que la grasa envuelve el intestino para evitar que las bacterias lleguen al torrente sanguíneo, donde podrían hacer daño. Pero la propia grasa que se arrastra acaba causando problemas.
Este hallazgo podría conducir algún día a nuevas terapias dirigidas a C. innocuum. Podrían evitar la grasa rastrera o reducir sus daños.
Los investigadores también están estudiando una posible forma de predecir y seguir los brotes de Crohn. Están probando un dispositivo portátil que controla los biomarcadores en el sudor. Se lleva en la muñeca como un reloj. Los científicos esperan que el dispositivo pueda ayudar a las personas a tener más control sobre esta enfermedad imprevisible.