Hipoxia de la EPOC: síntomas, causas y tratamientos

La EPOC puede provocar hipoxia, es decir, cuando las células o los tejidos del cuerpo no reciben todo el oxígeno que necesitan. Obtenga más información sobre sus síntomas, causas y tratamientos.

Qué causa la hipoxia

Los daños causados por la EPOC a veces impiden que los pequeños sacos de aire de los pulmones, llamados alvéolos, reciban suficiente oxígeno. Esto se denomina hipoxia alveolar.

Este tipo de hipoxia puede desencadenar una reacción en cadena que provoque un bajo nivel de oxígeno en la sangre, o hipoxemia. La hipoxemia es una de las razones principales de la falta de aire que se produce con la EPOC.

A su vez, la hipoxemia puede causar hipoxia en otras partes del cuerpo (hipoxia tisular). Esto ocurre cuando la sangre no transporta suficiente oxígeno a los tejidos.

La hipoxia tisular puede afectar a cualquier célula que no reciba suficiente oxígeno o que no lo utilice adecuadamente. El organismo puede adaptarse a una hipoxia leve o temporal. Pero la hipoxia tisular puede llegar a ser grave, incluso mortal.

Aunque tanto la hipoxemia como la hipoxia de la EPOC se derivan de la falta de oxígeno, se puede tener una sin la otra.

Síntomas

Con la hipoxia o la hipoxemia, probablemente sentirás que te falta el aire. Es posible que tosas y respires con dificultad.

Al principio, la hipoxia puede hacer que se sienta ansioso, molesto e inquieto. Puede estar pálido.

Si se agrava, podría desmayarse. La piel y los labios pueden parecer un poco azules. La hipoxia grave puede hacer que su corazón y su respiración se detengan repentinamente (parada cardiorrespiratoria). También puede dañar su cerebro y otros órganos en cuestión de minutos.

En caso de hipoxemia, la frecuencia respiratoria y cardíaca puede aumentar. Un pequeño dispositivo llamado pulsioxímetro mide la cantidad de oxígeno en la sangre. Los niveles normales están entre el 95% y el 100%. Una lectura del 88% o inferior indica hipoxemia.

Busque ayuda médica de inmediato si nota signos de hipoxia.

Tratamiento

El tratamiento para la hipoxia grave o hipoxemia es el oxígeno adicional. Puede recibirlo a través de un tubo llamado cánula nasal o una máscara facial.

Podría necesitar oxígeno las 24 horas del día. Pero puede ser suficiente con pequeñas cantidades si sólo le falta el aire durante el ejercicio o tiene niveles de oxígeno ligeramente bajos.

El médico puede utilizar un dispositivo llamado cánula nasal de alto flujo. Esta cánula le suministra oxígeno calentado y humidificado (se le ha añadido humedad). Esto puede funcionar mejor que la oxigenoterapia tradicional.

Es posible que reciba una oxigenoterapia de larga duración en casa. Podría estar con oxígeno durante 18 horas al día.

En algunos casos, el médico puede añadir corticosteroides inhalados a la medicación para la EPOC. También podrían pedirle que utilice un pulsioxímetro para controlar su estado.

Complicaciones

Muchos de los problemas graves que causa la EPOC se producen porque los pulmones y el torrente sanguíneo reciben muy poco oxígeno. Si no se trata, la hipoxia alveolar y la hipoxemia pueden provocar una presión arterial elevada en los pulmones (hipertensión pulmonar) y aumentar el riesgo de sufrir problemas cardíacos.

La hipertensión pulmonar suele ser leve. Pero puede empeorar durante un brote de EPOC. En raras ocasiones, provoca un tipo de insuficiencia cardíaca denominada cor pulmonale. Si corre el riesgo de padecerla, puede necesitar oxigenoterapia a largo plazo.

La inflamación generalizada provocada por la hipoxia y la hipoxemia puede hacer que pierda músculo y que los músculos se cansen más rápidamente. También puede provocar problemas de pensamiento, como una menor velocidad mental y falta de atención.

Para ayudar a prevenir estos problemas, siga las recomendaciones de su médico para el tratamiento de la EPOC y los cambios en el estilo de vida saludable.

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