Cáncer colorrectal frente a trastorno gastrointestinal: Cómo distinguir la diferencia

Es fácil confundir los síntomas del cáncer colorrectal con los de muchos trastornos gastrointestinales comunes. Pero también hay algunas diferencias importantes.

Muchas de las afecciones, como el SII, la diverticulitis y la EII, pueden causar dolor de vientre, calambres, diarrea, estreñimiento o una mezcla de estos síntomas.

Además, el Crohn y la colitis ulcerosa pueden hacerte perder peso sin proponértelo y hacer que tus heces tengan un aspecto sanguinolento o negro. También podría ver sangre en el inodoro o en el tejido si tiene hemorroides, aunque normalmente tiene un aspecto rojo brillante.

El cáncer colorrectal puede causar cualquiera de estos síntomas, pero también hay algunas diferencias clave.

¿Cuál es la diferencia?

En las primeras fases del cáncer colorrectal, la mayoría de las personas no presentan ningún síntoma. Suelen aparecer más tarde, una vez que la enfermedad ha crecido y se ha extendido por el cuerpo. La clave es que sean persistentes y se mantengan durante más de unos días.

Los signos de advertencia a los que hay que prestar atención son:

  • Sangre en la caca o en el papel higiénico

  • Diarrea, estreñimiento o caca más estrecha de lo habitual

  • Sensación de no poder terminar de defecar, incluso justo después de hacerlo

  • Dolor de vientre o calambres.

  • Sensación de debilidad y cansancio

  • Perder peso sin intentarlo

La mayor parte del cáncer colorrectal comienza como un pólipo, o pequeño crecimiento, en el intestino. No todos los pólipos se convierten en cáncer, pero algunos sí. Si su médico puede encontrarlos y eliminarlos, es posible prevenir el cáncer colorrectal. De hecho, cuanto antes reciba el tratamiento, más fácil será la curación del cáncer.

Cuándo acudir al médico

Los expertos recomiendan que la mayoría de las personas se sometan a pruebas de detección del cáncer colorrectal con regularidad una vez cumplidos los 50 años. Sin embargo, las personas que tienen antecedentes familiares de la enfermedad pueden necesitar hacerse las pruebas de detección antes.

Algunos trastornos gastrointestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal, también aumentan las probabilidades de padecer cáncer colorrectal. Y puede ser difícil distinguir sus síntomas. Por eso, si tiene la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, especialmente si las padece desde hace mucho tiempo, puede beneficiarse de un cribado más temprano y regular. Asegúrese de informar a su médico si tiene algún síntoma nuevo que le preocupe.

Si tiene síntomas, lo mejor es concertar una cita con su médico para averiguar si pueden estar causados por un trastorno gastrointestinal, un cáncer colorrectal u otro problema. Confíe en sus instintos, tanto si tiene un problema específico como si se trata de algo menos concreto, como la sensación de que no puede terminar de defecar una vez que ha empezado a hacerlo.

Su médico de atención primaria puede decidir remitirle a un especialista llamado gastroenterólogo. Estos médicos tienen formación adicional para diagnosticar trastornos gastrointestinales y cáncer colorrectal.

Algunas de las pruebas de detección que el médico puede utilizar son:

  • Una colonoscopia: Esta prueba utiliza un tubo flexible con una cámara en el extremo para observar el interior del colon y el recto. Durante el examen, el médico puede extraer cualquier pólipo sospechoso. También puede tomar muestras de tejido para analizarlas en un laboratorio en busca de signos de cáncer.

  • Los análisis de heces buscan pequeñas cantidades de sangre en la caca. Otro tipo la analiza en busca de marcadores específicos de ADN que podrían ser un signo de cáncer colorrectal.

  • Sigmoidoscopia flexible: Esta prueba utiliza un tubo flexible con una cámara para que el médico pueda observar el interior de la parte inferior del colon y del recto. Los médicos suelen hacer un examen de heces junto con ella para buscar sangre.

  • Pruebas de imagen, como las radiografías, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM). Estas pruebas permiten obtener imágenes de todo el colon mediante el uso de rayos X y ordenadores. Un tipo, llamado colonografía por TC o colonoscopia virtual, toma imágenes de todo el colon y el recto para buscar pólipos o cáncer. Si el médico ve una zona problemática, tendrá que hacerle una colonoscopia normal para examinarla más de cerca y obtener una muestra de tejido para analizarla.

Su médico puede ayudarle a elegir la mejor prueba.

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