Prueba estos remedios caseros para calmar la tos.
Lo mejor para detener la tos es tratar la causa subyacente, ya sea un resfriado, alergias, reflujo ácido o medicamentos para la presión arterial u otros. Pero también puedes probar algunos remedios caseros para calmar y aliviar la tos.
Bebe mucho líquido. Cuando estás enfermo, la mucosidad puede bajar por la parte posterior de la nariz. Si te mantienes hidratado, el goteo se diluye y es menos probable que te irrite la garganta y desencadene la tos. Además, los pulmones pueden eliminar la mucosidad con mayor facilidad.
Además, un cuerpo reseco puede hacer que su sistema inmunitario libere más histaminas. Estas sustancias químicas hinchan la nariz y producen más mucosidad, lo que puede desencadenar la tos.
Ingiere un poco de miel. Alivia el picor en la parte posterior de la garganta. Un estudio reveló que la miel funciona tan bien como los medicamentos de venta libre para calmar la tos nocturna. Toma una cucharada sopera cuando la necesites, o mézclala con una bebida caliente. No dé miel a los bebés menores de un año.
Otros remedios naturales son el aloe y el mentol. Pueden ayudar a reducir la inflamación de las vías respiratorias superiores.
Toma una bebida caliente. Las investigaciones demuestran que puede aliviar los síntomas del resfriado, incluida la tos. Los líquidos son hidratantes y el calor ayuda a reducir la congestión. Prepara una infusión de manzanilla calmante. El té de jengibre es otra buena opción. La raíz picante puede ayudar a relajar los músculos lisos de las vías respiratorias. Deja reposar el jengibre picado en agua hirviendo durante 5-10 minutos y deséchalo antes de tomarlo.
Opciones de venta libre: algunos productos naturales de venta libre que contienen dosis muy bajas de aspirina también ayudan a reducir los síntomas del dolor de garganta y la tos.
Elimine los irritantes de su casa. Algunas personas son sensibles a los perfumes y las fragancias de los detergentes y los ambientadores. Esto puede irritar los senos paranasales y aumentar la producción de mucosidad, lo que prepara el terreno para la tos.
Si tienes alergias, limpiar el moho, el polvo y el polen puede ayudarte. Estos alérgenos pueden provocar una reacción, incluida la tos. Es posible que tengas que lavar las sábanas con agua caliente, limpiar los suelos con una aspiradora con filtro HEPA y fregar las ventanas con una solución de lejía.
Duerme inclinado. Si un resfriado o una alergia están detrás de tu tos, intenta levantar la cabeza. Cuando te acuestas en posición horizontal, la mucosidad puede acumularse e irritar la garganta. Para poner la gravedad de tu lado, utiliza una almohada extra o eleva la cabecera de tu cama con una superficie estable, como libros.
Haz gárgaras de agua salada. Además de aliviar el dolor de garganta, las gárgaras pueden ayudar a aflojar la mucosidad espesa. También puede ayudar a eliminar los alérgenos y las bacterias. Para probarlo, disuelve 1/2 cucharadita de sal en un vaso de agua tibia. Haz gárgaras y luego escúpelas.
Deja de fumar. Fumar paraliza los pequeños pelos que recubren los pulmones, llamados cilios, que eliminan la mucosidad y la suciedad. Por eso algunos fumadores padecen tos de larga duración. Las investigaciones realizadas hasta ahora sugieren que puede ocurrir lo mismo con el vapeo. Evita los cigarrillos, los cigarrillos electrónicos y el humo de segunda mano.
Humedece el aire. Una ducha o un baño con vapor pueden ayudar a aflojar la mucosidad y la congestión que hay detrás de la tos. Un humidificador también puede ayudar. Asegúrate de limpiar y cambiar el filtro según las indicaciones del fabricante. Así evitarás que entre moho, hongos y bacterias en tu casa.
Enjuágate la nariz. Elimina la mucosidad y los alérgenos de las fosas nasales y los senos paranasales que provocan la tos. Utiliza un spray salino o prueba la irrigación nasal. Con la cabeza inclinada sobre un lavabo, utiliza una olla neti, una taza nasal o una jeringa de pera para verter agua salada en una fosa nasal y dejarla salir por la otra.