¿Exactas o no? Pruebas de colesterol y tensiómetros caseros

Ventajas e inconvenientes de controlar el colesterol y la tensión arterial con pruebas de colesterol y tensiómetros caseros.

Si tiene el colesterol o la tensión arterial altos (o si le preocupa tenerlos), es posible que se haya sentido tentado por las numerosas pruebas de colesterol y tensiómetros caseros que existen actualmente en el mercado. Estos dispositivos prometen resultados rápidos y precisos en la intimidad de su hogar, una ventaja para las personas ocupadas a las que no les gusta sentarse en las salas de espera. Pero, ¿funcionan realmente? ¿Y valen la pena la inversión? Sigue leyendo para saber qué productos merecen la pena y cuáles no.

Pruebas caseras de colesterol

Aprobadas por la FDA en 1993, las pruebas caseras de colesterol suelen medir los niveles totales de grasa en la sangre. Hace unos años, algunos fabricantes también empezaron a producir pruebas caseras de colesterol que miden la lipoproteína de alta densidad (HDL), el colesterol "bueno" que protege el corazón; la lipoproteína de baja densidad (LDL), el colesterol "malo" que contribuye a la acumulación de placas en las arterias; y los triglicéridos.

Para realizar las pruebas de colesterol, se pincha el dedo con una pequeña lanceta, se pone una gota de sangre en un papel con sustancias químicas y se esperan los resultados (normalmente en unos 10 minutos). En algunas pruebas, los resultados se pueden conocer por el color del papel. En otros, el resultado aparece en una pequeña pantalla, a menudo en un minuto.

Los resultados de las pruebas caseras de colesterol tienen una precisión de alrededor del 95%, muy cercana a la de las pruebas del médico (o del laboratorio).

Las pruebas de colesterol caseras cuestan entre 14 dólares (para el tipo que utiliza tiras de papel) y 125 dólares (para un dispositivo de colesterol automático de mano que analiza el colesterol total, el LDL, el HDL y los triglicéridos). Puede parecer una buena oferta, ya que incluso los dispositivos de gama más alta le ahorrarán viajes y tiempo de espera en la consulta del médico o en el laboratorio. Pero las pruebas de colesterol caseras tienen una serie de problemas que pueden hacer que no sean una buena inversión.

En primer lugar, las pruebas más disponibles (y asequibles) sólo miden el colesterol total. Para conocer a fondo su perfil de colesterol es necesario medir también el HDL, el LDL y los triglicéridos.

En segundo lugar, aunque se haga una prueba de colesterol sofisticada, el médico debe revisar los resultados en combinación con los demás factores de riesgo -como los antecedentes familiares, los hábitos nutricionales, la edad y el sexo- para comprender realmente su riesgo de enfermedad cardiovascular.

En tercer lugar, y tal vez lo más importante, el colesterol en sangre -a diferencia de la presión arterial- no cambia día a día, ni siquiera semana a semana. Los médicos recomiendan que los adultos sanos se sometan a pruebas de colesterol cada cinco años; las personas con niveles de colesterol más elevados o con factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares pueden necesitar pruebas más frecuentes. Pero incluso en ese caso, las pruebas en casa no son realmente necesarias.

Conclusión: Las pruebas de colesterol en casa pueden satisfacer su curiosidad, pero no proporcionan suficiente información para ser realmente útiles.

Monitores de presión arterial para el hogar

Los tensiómetros caseros son una historia diferente. Le permiten medir su presión arterial a diario o incluso cada hora, de modo que puede medir el efecto de la medicación, las actividades, la hora del día o incluso las emociones en su presión arterial. Pueden ser cruciales si usted tiende a la hipertensión, o si tiene una presión arterial normal, pero obtiene lecturas altas en la consulta del médico, una condición llamada "hipertensión de bata blanca".

Al igual que los tensiómetros de la consulta del médico, los monitores caseros miden la fuerza de la sangre dentro de una arteria del brazo. Durante la prueba, un manguito que se coloca alrededor del brazo se infla, deteniendo temporalmente el flujo de sangre en el brazo. Cuando se suelta el manguito, usted (o la enfermera o el dispositivo) escuchará el sonido de la sangre que vuelve a fluir hacia la arteria.

Puede elegir entre tres tipos diferentes de tensiómetros.

Tensiómetros manuales

Técnicamente llamados "esfigmomanómetros", los tensiómetros manuales constan de un manguito para el brazo, una pera de presión, un manómetro (o pantalla digital) y un estetoscopio o micrófono. Para utilizarlos, se coloca el manguito en el brazo, se aprieta la pera y se escucha el sonido del pulso, que comienza y luego desaparece.

Los tensiómetros manuales cuestan entre 20 y 30 dólares y pueden ser difíciles de usar, sobre todo si no estás acostumbrado a utilizar un estetoscopio, si tienes problemas de visión o audición, o si tienes problemas de destreza manual.

Tensiómetros automáticos (o digitales)

Alimentados por pilas, los tensiómetros automáticos tienen un manguito que se coloca en la muñeca o en la parte superior del brazo. Un monitor electrónico infla y desinfla el manguito, lo que hace que este tipo de dispositivo sea mucho más fácil de usar que los manuales. A continuación, el monitor muestra la presión arterial. Estos tensiómetros suelen costar entre 40 y 100 dólares. Aunque son más fáciles de usar, también son sensibles y las lecturas pueden verse influidas por la posición del cuerpo. Los profesionales de la salud suelen recomendar que se ajusten estos dispositivos al menos una vez al año para asegurarse de que siguen siendo precisos.

A pesar de los problemas que presentan ambos tipos de tensiómetros, muchos médicos animan a sus pacientes a utilizarlos, para que puedan ser conscientes de los picos peligrosos de su presión arterial y adoptar un papel más activo en su cuidado en casa. Pero si decide controlar su propia presión arterial, recuerde:

  • Para evitar el fraude, compre monitores sólo en farmacias o tiendas de suministros médicos de confianza y asegúrese de que están aprobados por la FDA.

  • Siga las instrucciones del fabricante para asegurarse de que está obteniendo las lecturas más precisas.

  • Comparte los resultados con tu médico, para que... pueda aconsejarte sobre el siguiente paso.

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