¿Su hijo se pasa la noche en vela? El médico le muestra las principales razones por las que los niños no pueden dormir... incluso usted. Échale la culpa a los ronquidos, a las pesadillas, a la apnea del sueño, ¡o a ti!
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Pocos bebés duermen toda la noche de inmediato. Durante los dos primeros meses, los recién nacidos duermen de forma intermitente y aleatoria entre 12 y 18 horas al día. La mayoría de los bebés duermen toda la noche cuando tienen unos 9 meses. Incluso entonces, "noche" significa sólo cinco o seis horas seguidas.
Nº 2: Tú eres el ayudante del sueño
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Mece a un bebé para que se duerma todas las noches, y no puede aprender a dormirse por sí solo... En cambio, llora para conseguir lo que le ayuda... tú. Acuéstalos cuando tengan sueño, pero no un sueño profundo. Se convertirá en un "chupete" que aprenderá a dormirse solo, aunque se despierte en mitad de la noche.
Nº 3: Están demasiado cansados
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Los niños pequeños y los preescolares necesitan entre 11 y 14 horas de sueño cada 24 horas, incluyendo la noche y las siestas. La rutina es clave, así que establece horarios regulares para acostarse, despertarse, hacer la siesta, comer y jugar.
Nº 4: Ansiedad por separación
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Es normal que tu hijo pase por esta fase. Intenta no fomentarla con mucha charla, cantos, mecerlo o darle de comer más. Alrededor de los 6 meses, puedes ayudar al bebé a volver a dormirse solo. Mientras no parezca enfermo, háblale suavemente y frótale la espalda. Consuélalo, pero no lo hagas demasiado gratificante cogiéndolo en brazos o dándole de comer. Una luz nocturna puede reconfortar a los niños pequeños que tienen miedo a la oscuridad.
Nº 5: No hay rutina a la hora de acostarse
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Hacer las mismas cosas cada noche antes de acostarse ayuda a tu hijo a saber que es hora de dormir. Cree una rutina a la hora de acostarse para relajarse y descansar. Por ejemplo, cada noche tu hijo se baña, te escucha leer un cuento, merienda y luego se apagan las luces. Haz la misma rutina cada noche y termina siempre en la habitación de tu hijo. Es mejor empezar una rutina pronto, a los 4 meses.
Nº 6: El estancamiento de la hora de acostarse
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Algunos niños retrasan la hora de acostarse. Se inventan razones para quedarse despiertos o piden más cuentos, una bebida o ir al orinal. Mantén la rutina. Vaya a la habitación de su hijo para responder. Sea amable y firme. Haga que sus visitas sean cada vez más cortas. Hazle saber a tu hijo que es realmente la hora de dormir.
Nº 7: No hay suficiente tiempo de siesta
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Si no duermen suficiente siesta durante el día, los niños pequeños pueden tener problemas para conciliar el sueño por la noche. La mayoría de los bebés necesitan dos o tres siestas al día. Los niños pequeños necesitan al menos una siesta. La mayoría de los niños siguen durmiendo una siesta después de la comida hasta los 5 años. Si tu hijo está de mal humor y tiene sueño, deja que duerma la siesta, siempre que no se acerque demasiado a la hora de acostarse.
Nº 8: Apnea obstructiva del sueño
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Es raro, pero algunos niños no pueden dormir debido a la apnea obstructiva del sueño: cuando las vías respiratorias están bloqueadas, a menudo por amígdalas y tejidos nasales agrandados llamados adenoides. Los niños con apnea del sueño suelen roncar con fuerza, tener una respiración dificultosa y un sueño agitado. Afecta a 1 de cada 100 niños y es más frecuente entre los 3 y los 7 años, cuando las amígdalas y las adenoides son más grandes. El tratamiento incluye la cirugía o el uso de una máscara nasal por la noche.
Nº 9: Los ronquidos
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Aproximadamente 1 de cada 10 niños ronca. Pueden roncar por muchos motivos, como la apnea del sueño, las alergias estacionales, la congestión por un resfriado o la desviación del tabique. Si duermen bien, es probable que el pediatra no trate los ronquidos. Pero acuda a su pediatra si su hijo no duerme bien debido a los ronquidos o a los problemas respiratorios.
Nº 10: Malos sueños
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Los niños de vez en cuando tienen malos sueños. Es normal, y la mayoría de los malos sueños son inofensivos. Calma a tu hijo después de los malos sueños. Asegúrate de que duerme lo suficiente y de que tiene una rutina relajante a la hora de acostarse. Si los malos sueños no cesan, coméntalo con tu pediatra.
Nº 11: Caminar mientras duerme
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Algunos niños sonámbulos. Cuando no están completamente despiertos pueden caminar, hablar, sentarse en la cama o hacer otras cosas. Pueden tener los ojos abiertos, pero no son conscientes. La mayoría de los niños lo superan en la adolescencia. No despiertes a un niño sonámbulo. Puedes asustarlo. Guíale suavemente... de vuelta a la cama. Mantén segura la zona por la que puede deambular: Cierra las puertas con llave y pon puertas de seguridad cerca de los escalones.
Nº 12: Alergias, asma y más
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Algunos problemas de salud pueden impedir que los niños duerman. La congestión nasal provocada por alergias, resfriados y asma puede dificultar la respiración. En los bebés, los cólicos, el reflujo ácido, los dolores de oído o el dolor de la dentición también pueden dificultar el sueño. Tu pediatra puede ayudarte.
Nº 13: Medicamentos
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Algunos medicamentos para el resfriado y la alergia o para el TDAH pueden afectar al sueño del niño. Si parece que los fármacos no dejan dormir a tu hijo, habla con tu pediatra para ver si cambiar el fármaco, la dosis o el horario puede ayudar. Nunca hagas esos cambios por tu cuenta.
Nº 14: El reloj corporal de los adolescentes
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Cuando un niño se convierte en adolescente, su ciclo de sueño cambia. Se vuelven más despiertos por la noche y más somnolientos por la mañana. Trabaja con esos cambios. Deja que tu hijo haga los deberes por la noche y duerma más tarde si puede. Los adolescentes siguen necesitando al menos 8,5 horas de sueño.
Nº 15: Ni chupete ni osito de peluche
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A veces, tener un objeto especial cerca puede ayudar a un niño pequeño a conciliar el sueño. Los chupetes o los peluches están entre los principales objetos de consuelo. Los chupetes pueden satisfacer la necesidad de un bebé de chupar, incluso si está tomando el pecho. Una máquina de ruido blanco calma sus oídos y acalla los sonidos.
Nº 16: Una habitación que dice: "¡Quédate despierto!".
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Para crear el espacio adecuado para el sueño, mantén la habitación de tu hijo a oscuras por la noche. (Una pequeña luz nocturna está bien.) Viste a tu hijo con algo ligero y cómodo. Mantén la habitación en silencio. Cierra la puerta si tu hijo puede oír la televisión o a otras personas en tu casa.
Nº 17: Ignorar las señales de cansancio
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Su hijo se queda dormido en el colegio? ¿Le cuesta dormirse a los 30 minutos de acostarse o levantarse a tiempo para empezar el día? Comprueba que duerme lo suficiente. Los niños de 5 a 10 años necesitan dormir al menos 10 horas por noche.
Nº 18: Pantallas en el dormitorio
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Los teléfonos, ordenadores, videojuegos y televisores pueden ser irresistibles. Manténgalos fuera del dormitorio de su hijo. Desconecta antes de acostarte. Incluso los niños grandes necesitan una rutina relajante para relajarse antes de acostarse.
Nº 19: Estrés
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El estrés puede afectar al sueño de los niños. Ayúdales a relajarse con respiraciones profundas, un baño caliente y una rutina tranquila a la hora de dormir. También puedes empezar a enseñarles buenas formas de gestionar el estrés durante el día, para que no afecte a su sueño.