Aprenda cómo es una dieta saludable para los niños y cómo enseñarles hábitos alimentarios saludables.
Algunos consejos para regular y controlar los hábitos alimentarios tampoco tienen que ver con la hora de comer. Es posible que algunas de estas estrategias le resulten útiles en su casa.
Programar las comidas
Comer sano no tiene por qué ser aburrido ni complicado. Hay muchas maneras de hacer que comer sea divertido, sencillo y delicioso, y planificar el tiempo para comer es un gran comienzo.
Predica con el ejemplo. Si su hijo ve que usted mantiene buenos hábitos, probablemente querrá seguir su ejemplo y tendrá una mejor idea de cómo comer de forma saludable.
Haz que la hora de comer sea una experiencia de unión. Comer puede ser una gran forma de conectar con la comunidad. Compartir alimentos nutritivos en una comida centra el tiempo de la familia en torno a hábitos saludables para todos. Establece un horario para comer y también enseña a los niños a compartir.
Cumpla el horario. Tener un horario regular ayuda a su hijo a comer de forma más equilibrada y completa en lugar de picar durante todo el día o hasta altas horas de la noche. Si usted y su familia cenan a una hora más temprana, también puede ayudar a su hijo a dormir mejor.
Planifique comidas equilibradas
Pensar cuidadosamente en los alimentos que le ofreces a tu hijo le ayudará a aprender a tomar buenas decisiones nutricionales. Aquí tienes algunos consejos a tener en cuenta.?
Equilibra el plato. Cuando mires el plato de tu hijo, la mitad del espacio del plato debe estar ocupado por frutas y verduras, y la otra mitad por cereales y proteínas...
-
Verduras o frutas. Procura que haya variedad siempre que sea posible. Debe haber mucho color en tu plato.
-
Granos de calidad. Busca más a menudo los cereales integrales. Cuanto menos procesados estén, mejor. Cosas como el arroz integral, la quinoa y la pasta integral son estupendas. También puedes incorporar la carne en esta mitad del plato. ?
-
Proteínas. En cuanto a las proteínas de origen animal, limita las carnes rojas o las excesivamente procesadas, como el beicon o los perritos calientes. El pavo, el pollo y el pescado son grandes ejemplos de proteínas cárnicas saludables. Si tú o tu hijo sois vegetarianos, podéis utilizar alubias, lentejas u otras legumbres en su lugar como fuente de proteínas...
Elige las grasas con cuidado. La leche, el queso y otros productos lácteos tienen una buena cantidad de vitaminas y pueden ser beneficiosos, pero a menudo están procesados y contienen altas cantidades de grasa. Añádelos a la dieta de tu hijo con moderación.
Para obtener una cantidad equilibrada de grasas, utilice grasas saludables como el aceite de oliva, de maíz o de girasol.
Bebe mucha agua. El agua debe ser la bebida más habitual en la dieta de tu hijo. Les mantendrá hidratados sin ningún inconveniente. Asegúrate de tener agua embotellada a mano para que tus hijos puedan cogerla en cuanto tengan sed. Esto les ayudará a crear un hábito desde el principio.
Limita los zumos y otras bebidas. Las bebidas azucaradas, como los zumos o las bebidas para deportistas, tienen pocos beneficios nutricionales, pero sí muchos aditivos, azúcares y calorías innecesarios. Se recomienda limitar los zumos a un vaso al día para la mayoría de los niños y optar por darles frutas enteras en su lugar.
Deja un margen de elección. Implicarse demasiado en lo que come tu hijo puede ser a veces contraproducente, y no le enseña hábitos a largo plazo. Deja que elijan lo que comen para que adquieran confianza en los buenos hábitos.
A veces, a tu hijo no le gusta todo lo que le pones delante. Otras veces, puede que no se termine todo lo que hay en el plato, incluso los alimentos que le han gustado antes. Es importante aceptarlo. Dejarles decidir lo que les gusta y lo que no les gusta ayudará a evitar la sensación de presión o de fuerza.
Haz que la nutrición forme parte de un estilo de vida saludable
Comer bien no es el único buen hábito que querrás enseñar a tus hijos. La nutrición y el ejercicio van de la mano.
Fomenta la actividad. Anima a tus hijos a realizar al menos una hora de actividad física al día. Es bueno para su cuerpo, su mente y, si se hace en un horario regular, puede ayudar al niño a sentir hambre en determinados momentos.
Si acaba de empezar a intentar enseñar a su hijo a comer de forma saludable y a elegir su estilo de vida, algunas de las cosas clave que puede hacer para ayudar a su hijo a formar hábitos alimenticios saludables son:
-
Modele los hábitos para ellos a través de las comidas en común.
-
Diversifique las verduras, proteínas y cereales que consume.
-
Limita los lácteos, las grasas, el azúcar y las bebidas que no sean agua.
-
Coma en un horario regular.
-
Mantenga a su hijo activo.
Algunos de estos cambios pueden llevar más tiempo o ser más difíciles que otros. Trabaje paso a paso y no se desanime ni con usted ni con su hijo. Todos los hábitos tardan en formarse y pueden lograrse con práctica y paciencia.