La fractura de Salter-Harris es un tipo de fractura ósea que se produce en los niños. Conozca los diferentes tipos de fracturas de Salter-Harris y mucho más.
Las fracturas de Salter-Harris pueden producirse en cualquier hueso largo, desde las piernas hasta los dedos. Siga leyendo para saber más sobre las fracturas de Salter-Harris y cómo diagnosticarlas, tratarlas y prevenirlas.
Qué es una fractura de Salter-Harris?
Las fracturas de Salter-Harris son fracturas que sólo se producen en los huesos en desarrollo de los niños. Son bastante frecuentes, ya que constituyen entre el 15% y el 30% de todas las fracturas en los niños.
Las fracturas del cartílago de crecimiento suelen producirse en la muñeca, los dedos y la parte inferior de la pierna debido a un traumatismo o a un uso excesivo. Por ello, los niños lanzadores y gimnastas son más propensos a desarrollar estas fracturas. Los niños también son más propensos a desarrollar esta afección, ya que son más propensos a participar en actividades físicas de alto riesgo.
Es importante que estas fracturas se diagnostiquen lo antes posible. Pueden afectar al crecimiento del niño al dañar los cartílagos de crecimiento de los extremos de sus huesos. Los cartílagos de crecimiento son discos delicados hechos de cartílago presentes en los extremos de los huesos largos de los niños, donde se produce el crecimiento.
Si una fractura del cartílago de crecimiento no se trata adecuadamente o a tiempo, las extremidades, las muñecas o los dedos de su hijo pueden quedar desiguales en longitud o torcidos. Si sospecha que su hijo tiene una fractura, llévelo inmediatamente al médico. Si hay una fractura, tendrá que acudir a un ortopedista en los primeros cinco o siete días de la lesión para obtener el mejor resultado.
Tipos de fracturas de Salter-Harris
Existen diferentes tipos de fracturas de Salter-Harris:
Tipo I. Se trata de una fractura a través del cartílago de crecimiento. Este tipo de fractura es más común en niños pequeños y normalmente no afecta al crecimiento de su hijo.
Tipo II. Esta fractura atraviesa la parte ancha de un hueso largo y el cartílago de crecimiento, pero no afecta al extremo del hueso. Este tipo es el más común y suele darse en niños de 10 años o más. La curación es rápida y el crecimiento de su hijo no suele verse afectado.
Tipo III. Atraviesa la parte final del hueso largo, así como el cartílago de crecimiento, pero no afecta al eje del hueso. Suele afectar a niños mayores de 10 años. En comparación con los tipos I y II, el tipo III tiene más probabilidades de causar una discapacidad crónica, ya que puede afectar a la articulación del niño. A menudo es necesario recurrir a la cirugía para tratarla.
Tipo IV. Esta afecta al cartílago de crecimiento, a la parte ancha y al extremo del hueso largo. Al igual que el Tipo III, el Tipo IV puede afectar al crecimiento de su hijo, a la articulación y puede causar una discapacidad crónica. Puede ser necesaria la cirugía.
Tipo V. La forma más rara de fractura de Salter-Harris, el tipo V se produce cuando el cartílago de crecimiento de su hijo está comprimido o aplastado. Al tratarse de una lesión grave, puede provocar el endurecimiento del cartílago de crecimiento, lo que lleva a la detención del crecimiento óseo. Esto significa que el hueso de su hijo no puede seguir creciendo.
Con una fractura de tipo V, la extremidad de su hijo puede quedar torcida o crecer con una longitud desigual.
Síntomas
Su hijo puede tener una fractura de Salter-Harris si presenta síntomas como:
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Sensibilidad en la zona de la presunta fractura
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Hinchazón en la zona de la presunta fractura
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Incapacidad de poner peso en la zona afectada
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Incapacidad para mover la zona afectada
Una fractura de Salter-Harris no provoca necesariamente que la articulación se vea torcida o deformada. Si su hijo se queja de un dolor intenso, o de un dolor que no desaparece o si no utiliza la articulación ni soporta peso en su extremidad, llévelo al médico.
Diagnóstico
Las fracturas de Salter-Harris se diagnostican mediante radiografías y una exploración.
Si su hijo tiene mucho dolor, el médico puede decidir también hacer una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) para ver la lesión después de ver las radiografías.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo de fractura de Salter-Harris que tenga su hijo.?
Las fracturas de tipo I y II se tratan con escayola y férula. Son ejemplos de reducción cerrada, que coloca el hueso en su sitio sin abrir la piel.
Las fracturas de tipo III y IV probablemente requieran una reducción abierta o una fijación interna. En una reducción abierta, el cirujano vuelve a colocar las piezas óseas en su sitio abriendo la piel. La fijación interna se utiliza entonces para volver a conectar las piezas óseas mediante tornillos, clavos y alambres.
Las fracturas de tipo V son difíciles de diagnosticar, por lo que puede llevar un tiempo determinar si su hijo tiene este tipo de lesión. Sin embargo, una vez que tenga este diagnóstico, debe reservar una cita para su hijo con un ortopedista o médico especialista en huesos. Este tipo de fractura es la más probable que provoque una detención del crecimiento, por lo que es importante hablar con el médico sobre lo que se puede hacer.
Prevención
La mayoría de las fracturas de Salter-Harris se producen por un traumatismo causado por accidentes en la infancia, como una caída de la bicicleta o un empujón durante un partido deportivo...
Para evitar que su hijo desarrolle fracturas de Salter-Harris, puede tomar precauciones como:
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Animar a su hijo a hacer más descansos cuando participe en deportes?
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Controlar el entrenamiento deportivo de su hijo durante los periodos de crecimiento rápido, que es cuando su hijo puede ser más propenso a desarrollar fracturas del cartílago de crecimiento
También debe animar a su hijo a centrarse en el desarrollo de habilidades en lugar de en la competición y en ganar. De este modo, su hijo tendrá menos probabilidades de sufrir un accidente que pueda causar fracturas de Salter-Harris.