Algunos niños o adolescentes no duermen bien por la noche o tienen una fatiga persistente. Descubre por qué la apnea del sueño, la narcolepsia o incluso algunos medicamentos pueden hacer que tu hijo esté cansado todo el día y qué puedes hacer.
Permanecer despierto hasta tarde
Una razón común para que un niño esté cansado a menudo es que se queda despierto hasta muy tarde. Los niños menores de 12 años necesitan entre 9 y 12 horas de sueño por noche, mientras que los adolescentes necesitan entre 8 y 10 horas.
Aquí tienes algunos consejos para ayudar a tu hijo a dormir las horas adecuadas:
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Su hijo puede leer, jugar o hacer los deberes hasta altas horas de la noche.
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Establece un horario regular para ir a dormir y cúmplelo. Fija una hora en la que apagues las luces, el teléfono y la pantalla del ordenador.
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Mantén la habitación de tu hijo fresca y silenciosa para que se duerma.
Procura que tu hijo no tome bebidas con cafeína, como refrescos, bebidas energéticas o té, por las tardes o noches.
Insomnio
Algunos niños pueden tener un sueño ligero o simplemente no pueden dormirse por la noche. Intente ayudar a su hijo a relajarse a la hora de acostarse con un baño caliente o leyendo un libro.
El desvanecimiento a la hora de acostarse también puede ayudarles a lidiar con el insomnio. Pídale a su hijo que se acueste unos 15 minutos antes de la hora a la que se duerme de forma natural. Poco a poco, adelanta su hora de acostarse, pero mantén la misma hora de levantarse por la mañana. Pronto se acostará a la hora adecuada para despertarse fresco.
No animes a los niños en edad escolar a hacer siestas durante el día cuando estén cansados. Asegúrate de que se despiertan a la misma hora cada día antes de ir al colegio, para que aprendan buenos hábitos de sueño.
Apnea del sueño
Estar cansado todo el tiempo es un signo común de apnea obstructiva del sueño en niños o adolescentes. Es una afección en la que se deja de respirar durante el sueño porque algo bloquea la garganta y las vías respiratorias. Los niños con sobrepeso u obesidad, o que tienen amígdalas o glándulas adenoides agrandadas, problemas de mandíbula o boca, o una lengua grande, corren el riesgo de padecer apnea obstructiva del sueño.
Su hijo puede dejar de respirar y despertarse varias veces durante la noche. Puede que le cueste despertarse por las mañanas o concentrarse durante la jornada escolar porque no ha dormido bien.
Si nota que su hijo ronca, jadea, respira con dificultad, da vueltas en la cama, se orina, camina dormido o tiene pesadillas frecuentes, es posible que tenga apnea del sueño. Acuda a su pediatra para que le haga un diagnóstico y le indique los posibles tratamientos.
Narcolepsia
La narcolepsia puede hacer que los niños tengan mucho sueño durante el día. No pueden mantenerse despiertos y pueden quedarse dormidos a menudo. Es un trastorno crónico del sueño que puede afectar a los niños, aunque suele aparecer por primera vez en la adolescencia. La narcolepsia puede estar causada por cantidades bajas de hipocretina, una sustancia química del cerebro que ayuda a controlar cuándo el niño duerme y se mantiene despierto.
La narcolepsia también puede hacer que tu hijo pierda el tono y el control muscular (lo que también se denomina cataplexia), que no pueda moverse ni hablar cuando se despierta o justo cuando se duerme, o que tenga alucinaciones que le asusten.
Los niños con narcolepsia pueden quedarse dormidos en clase. Es posible que no se concentren bien en la escuela o que no recuerden las cosas porque están muy cansados. Su hijo puede despertarse a menudo durante la noche y luchar por volver a dormirse.
Alrededor del 70% de los niños con narcolepsia tienen cataplexia. Pueden mostrar signos como ojos caídos, mandíbula floja, hablar mal, doblar las rodillas o caerse.
Consulte a su pediatra para confirmar que su hijo tiene narcolepsia. Puede prescribirle medicamentos, terapia o cambios en los hábitos de sueño para ayudar a su hijo a mantenerse despierto y alerta durante el día.
Medicamentos
Algunos medicamentos que su hijo está tomando pueden causar problemas de sueño. Los estimulantes recetados para el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), como la anfetamina (Adderall) y el metilfenidato (Ritalin), pueden hacer que los niños tarden más en dormirse y que no se queden dormidos.
Si tu hijo es alérgico, el antihistamínico difenhidramina (Benadryl) puede producirle somnolencia. Los antihistamínicos más recientes, como la cetirizina (Zyrtec), la fexofenadina (Allegra) y la loratadina (Claritin), no provocan somnolencia, por lo que son otras opciones.
Virus de Epstein-Barr
Los niños infectados por el virus de Epstein-Barr (VEB) que causa la mononucleosis pueden estar muy cansados. Otros síntomas de esta infección son el dolor de garganta con manchas blancas, la fiebre, la inflamación de los ganglios linfáticos y el dolor y la rigidez muscular. Los adolescentes con VEB pueden estar incluso más cansados que los niños más pequeños.
El pediatra puede diagnosticar el VEB. Los niños con esta infección necesitarán mucho reposo en cama y líquidos, paracetamol para los dolores y evitar los deportes o el juego activo durante aproximadamente un mes.
Asma y otras enfermedades crónicas
Los niños con enfermedades crónicas que no están bien controladas pueden tener fatiga. El asma puede hacer que a los niños les falte el aire, lo que hace que se cansen durante la actividad.
Los niños con hipotiroidismo, o una glándula tiroidea poco activa, pueden estar muy cansados debido a la disminución de las hormonas que regulan el metabolismo. La anemia, o niveles bajos de glóbulos rojos que transportan el oxígeno a los órganos, hace que los niños se sientan extremadamente cansados.
La artritis juvenil suele causar fatiga en los niños. Puede hacer que se sientan aún más cansados cuando su enfermedad se dispara con una gran inflamación. Los niños con artritis juvenil también pueden tener fuertes dolores articulares que les alteran el sueño o los agotan.
Condiciones de salud mental
Las condiciones de salud mental, como la depresión, pueden causar un gran cansancio, falta de interés en las actividades y problemas de concentración durante el día, especialmente en los adolescentes. Algunos niños deprimidos quieren dormir todo el tiempo. Otros pueden alternar momentos en los que están siempre activos y siempre agotados. Los niños con ansiedad también pueden tener fatiga.
Puede ser útil establecer un horario de sueño para su hijo o acudir a un profesional de la salud mental para que le ayude a lidiar con sus problemas de sueño.
Enfermedad cardíaca o cáncer
Es raro, pero el cansancio extremo en los niños puede estar causado por enfermedades graves. Las afecciones cardíacas como la insuficiencia cardíaca, la miocardiopatía, las cardiopatías congénitas o los trastornos de las válvulas cardíacas como la estenosis aórtica pueden tener como síntoma la fatiga severa.
En muy raras ocasiones, la fatiga grave puede ser un síntoma de cáncer en niños y adolescentes, incluidos los cánceres de sangre como la leucemia y el linfoma, o los cánceres de hueso como el sarcoma de Ewing.
¿Qué debe hacer si su hijo está cansado todo el tiempo o no puede dormir? Si su hijo parece muy cansado durante una o dos semanas, acuda a su pediatra para intentar diagnosticar una causa. La mayoría de las veces, el cansancio puede tratarse para que su hijo pueda volver a llevar un estilo de vida activo y normal.