Síntomas graves en bebés y niños pequeños: Cuándo ver a un médico

Es posible que tu bebé o niño pequeño necesite ver a un médico por sus síntomas. El médico te indica cuándo necesita ser visto y cuándo puedes quedarte en casa.

Cuando te llevas a tu recién nacido a casa desde el hospital, nadie te da un reglamento sobre cómo cuidarlo. ¿Y si se pone enfermo? ¿Verás los síntomas? ¿Cómo sabrás si necesita ir al médico si no te puede decir lo que le pasa?

Respira. Una vez que sepas lo que tienes que comprobar, te sentirás más preparada para hacer esa llamada.

La infancia es una etapa de la vida especialmente vulnerable, ya que el sistema inmunitario de los bebés aún está madurando, dice el doctor David L. Hill, pediatra de Wilmington (Carolina del Norte). Especialmente antes de recibir todas las vacunas, pueden tener más dificultades para combatir algunas infecciones que los niños mayores.

Los bebés y los niños pequeños necesitan la atención de un médico para ciertos problemas que pueden tratarse en casa en los niños mayores, dice Alfred Sacchetti, MD, portavoz del Colegio Americano de Médicos de Emergencia.

Si tu bebé o niño pequeño presenta estos síntomas, acude al médico de inmediato:

1. Fiebre

Los bebés no deberían tener fiebre en los primeros 3 meses. Si tu bebé tiene una temperatura rectal de 100,4 F o más, acude al médico o a urgencias.

No es porque la fiebre en sí sea peligrosa, sino porque en los recién nacidos la fiebre puede ser el único signo de una infección bacteriana grave, dice Hill.

Una vez que el bebé pase la marca de los 3 meses, puedes esperar un día antes de llamar al médico.

Una fiebre que dure más de 24 horas y que no venga acompañada de síntomas de resfriado debe ser evaluada, dice Hill.

La forma en que se comporta tu bebé o niño pequeño debe ayudarte a decidir si debes ir al médico.

La altura de la fiebre no tiene importancia, sino el aspecto del niño, dice Sacchetti. La forma en que responde a usted. Su aspecto. El modo en que actúa. El niño que normalmente no puede esperar a salir a jugar está tumbado en el sofá, gime y se da la vuelta, lo que supone un gran cambio de comportamiento.

2. Ictericia

Los recién nacidos suelen padecer ictericia, que puede hacer que la piel o los ojos se vuelvan amarillos. Esto ocurre porque los hígados de los recién nacidos no siempre funcionan a pleno rendimiento, por lo que no pueden descomponer una sustancia de la sangre llamada bilirrubina.

En la mayoría de los casos, la ictericia es leve y desaparece por sí sola. Los médicos la comprueban antes de llevar a tu hijo a casa desde el hospital, y unos días más tarde en la primera revisión. Además, si notas que la piel o los ojos de tu bebé están amarillos, llévalo al médico.

Es muy difícil saber, con sólo mirar a un niño, si la ictericia es normal o un nivel que necesita ser tratado, dice Hill.

En algunos casos, las tomas adicionales ayudan a acabar con la ictericia. Otras veces, hay que exponer al bebé a luces especiales para ayudarle a eliminar la bilirrubina de la sangre.

3. Un cierto sarpullido

La mayoría de los sarpullidos se desvanecen por un momento cuando los presionas con el dedo. Si tu bebé o niño pequeño tiene puntitos rojos en el pecho, la espalda, los brazos o las piernas que no se desvanecen cuando los presionas, acude al médico o a urgencias de inmediato.

Este tipo de sarpullido puede indicar una infección grave como la meningitis o una enfermedad de los vasos sanguíneos, dice Hill.

Un sarpullido que no se desvanece y que aparece en la cara o el cuello de su hijo es menos preocupante si éste ha estado tosiendo o vomitando, pero de todos modos es conveniente que lo vea un médico.

Al toser o vomitar, se rompen los vasos sanguíneos de la piel, dice Sacchetti.

4. Vómitos o diarrea

Si tu bebé o niño pequeño vomita o tiene diarrea, llévalo... al médico o a urgencias antes de lo que llevarías a un niño mayor. Una señal de alarma importante es que los pañales estén secos: Si no hace pis, es probable que esté deshidratado.

Un niño mayor podrá tolerar un día de diarrea bastante fuerte, pero un bebé puede deshidratarse en menos de 12 horas con una diarrea grave, dice Sacchetti.

Acude al médico en caso de vómitos o diarreas de aspecto extraño.

Busque atención si hay sangre o bilis en el vómito, dice Hill. Para la diarrea, busque atención si hay sangre o mucosidad en las heces.

5. Problemas respiratorios

Los bebés que tienen problemas para respirar suelen inhalar y exhalar muy deprisa, y un punto en el centro del pecho se hunde.

Si ves que el espacio entre sus costillas se hunde con cada respiración, es una razón para ir a buscar ayuda médica a urgencias, dice Sacchetti.

Si tu hijo no puede dejar de toser, llévalo al médico o a urgencias, por si tiene asma o ha inhalado algún objeto.

No todos los asmáticos tienen sibilancias; algunos tosen, dice Sacchetti. En un niño pequeño, puede deberse a un objeto que haya respirado.

6. Dolores de cabeza

Los bebés no pueden avisar de que les duele la cabeza, pero los niños pequeños sí.

Los niños pequeños pueden sostener la cabeza repetidamente o utilizar sus palabras para indicar dolor, dice Hill. El dolor de cabeza es una dolencia poco frecuente en los niños pequeños y debería investigarse.

Algunas investigaciones sugieren que las migrañas pueden estar relacionadas con los cólicos. Pero podría tratarse de algo totalmente distinto. Por ejemplo, podría ser una infección de los senos nasales, dice Sacchetti.

7. Llorar sin parar

Si tu bebé o niño pequeño llora todo el día y no puedes consolarlo, llama primero a tu médico para que te aconseje o para saber si debes acudir a él. Si no puedes contactar con tu médico, puedes acudir a urgencias.

El llanto inconsolable es siempre un síntoma que merece una evaluación rápida, dice Hill. Las causas van desde un pelo enredado en el dedo del pie hasta problemas intestinales.

Una vez que conozcas el motivo, estarás mucho más cerca de resolverlo.

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