Tratamiento de la fractura ósea de su hijo: férulas, yesos y cirugía

Averigüe cómo tratará el médico de su hijo su hueso roto, incluyendo férulas, yesos y cirugía.

Férulas y yesos

Muchas roturas de huesos (también llamadas fracturas) pueden tratarse con una férula o un yeso. Impiden que el hueso se mueva, lo que ayuda a su curación. También reducen la hinchazón y el dolor.

Férulas

Si tu hijo tiene una fractura menor, una férula puede servir. Sirve para sujetar el hueso por un lado y evitar que se mueva para que pueda curarse.

Algunas férulas son de plástico rígido o de metal. Otras están hechas de yeso o fibra de vidrio. Se moldean para que se adapten a la zona lesionada de forma cómoda y ajustada.

Si el médico de tu hijo le pone una férula, la envolverá con tela, correas o velcro. Esto la fija en su sitio. Es posible que la ajusten a medida que se vaya curando.

Si tu hijo está muy hinchado, el médico puede empezar con una férula, que es más suave y suelta que una escayola. Cuando baje la hinchazón, se la quitarán y le pondrán una escayola.

Si está en un centro de urgencias, el médico puede ponerle una férula hasta que su hijo pueda ser visto por un especialista. Éste suele ser un ortopedista.

Escayolas

La mayoría de las fracturas necesitan uno. Rodea toda la zona que se ha roto, por lo que es más fuerte y protege mejor que una férula.

Los yesos tienen dos partes: Una capa interior blanda que amortigua la piel y una capa exterior dura que impide que el hueso se mueva.

Hay dos tipos:

Yeso de París

. Si su hijo necesita una sujeción fuerte, puede tener un yeso hecho de esto. Es una pasta espesa que se endurece rápidamente.

La ventaja es que es fuerte. La desventaja es que es pesada y no va bien en el agua.

Sintético o de fibra de vidrio

. Estos yesos están hechos de un plástico moldeable. Son más ligeros que el yeso. La capa exterior es bastante resistente al agua, y algunas tienen un forro impermeable.

Procedimiento no quirúrgico

A veces las piezas del hueso roto de tu hijo no están bien alineadas. Es posible que oigas a su médico llamar a esto "fractura desplazada".

En ese caso, el médico manipulará las piezas óseas para que vuelvan a su sitio. Es un procedimiento no quirúrgico llamado "reducción cerrada".

Alinear las piezas ayuda a que el hueso vuelva a crecer en posición recta.

Una vez terminada, el médico de tu hijo hará una radiografía para asegurarse de que está bien alineado. Luego le colocará una escayola. Eso mantiene los fragmentos de hueso en la posición correcta mientras se curan.

Cirugía

Si la rotura es demasiado complicada para una reducción cerrada, el médico de tu hijo puede hacer un procedimiento quirúrgico llamado "reducción abierta." Le harán un corte en la piel y fijarán clavos o placas metálicas a los fragmentos de hueso. Esto los mantiene en su sitio mientras se curan.

Medicación

Es posible que el médico de tu hijo te recomiende un analgésico de venta libre, como el paracetamol (Tylenol) o el ibuprofeno, para los primeros días, o un medicamento con receta. También pueden recetar antibióticos para combatir la infección, sobre todo si ha sido necesario operar.

El proceso de curación

Los huesos de los niños son más blandos que los de los adultos, por lo que suelen curarse en menos tiempo del que tardan los adultos. Los niños pequeños suelen tener una recuperación más rápida que los adolescentes.

Puedes esperar que tu hijo tenga una escayola durante unas 4-8 semanas, aunque a veces son sólo 3 semanas.

Incluso después de quitarle la escayola, el hueso seguirá curándose. Al principio, tendrá una gruesa capa de hueso nuevo rodeando la zona. Esto se llama callo y se siente como un nudo o bulto. Poco a poco se irá reduciendo.

Cómo quitar el yeso

Cuando el hueso roto de tu hijo esté curado, el médico le quitará la escayola.

Primero examinará la zona para asegurarse de que todo está bien. Después, utilizará una herramienta especial para quitar la escayola. Es como una sierra, pero tiene una hoja sin filo que se mueve de un lado a otro. Hace vibraciones que rompen la escayola.

Una vez retirado el yeso, el médico examinará la zona lesionada, comprobará si hay dolor y verá si su hijo tiene una buena capacidad de movimiento. El médico puede pedir una radiografía de seguimiento para asegurarse de que el hueso se ha curado.

La piel de su hijo puede estar seca, escamosa o pálida al principio. Puede tener el pelo más grueso y oscuro en el lugar donde estaba la escayola. Puede notar un olor extraño. Sus músculos pueden ser más pequeños y débiles. No te preocupes. Con el tiempo, volverá a la normalidad.

Es posible que su hijo tenga que abstenerse de realizar ciertas actividades después de que le quiten la escayola. Su médico le dirá qué es lo que está bien y cuándo puede volver a las cosas divertidas que le gustan.

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