¿Puede mi hijo tener un hueso roto?

El médico le explica algunos de los signos que indican que la lesión de su hijo es una fractura ósea, como el dolor, la hinchazón o los problemas para enderezar su extremidad.

Sabrás que se trata de un hueso roto (también llamado fractura) si hay trozos de hueso que atraviesan la piel. El médico de tu hijo te dirá que se trata de una fractura "abierta". También puede decir que está "desplazada", lo que significa que las partes del hueso no están alineadas como deberían.

Otro tipo de fractura se llama "no desplazada". En este caso, las partes óseas rotas están alineadas correctamente. Este tipo de fractura es más difícil de identificar.

Ambos tipos tienen algunos síntomas en común, como:

Dolor.

A su hijo le puede doler cuando intenta caminar, levantar algo o ejercer presión sobre una extremidad.

Moretones.

Es posible que lo notes en la zona de la lesión y que tu hijo diga que la siente sensible.

Hinchazón.

Tu hijo también puede presentar bultos u otros cambios evidentes en el aspecto de su extremidad.

Ruido de chasquido.

Su hijo puede decir que ha oído esto en el momento en que se ha lesionado.

Adormecimiento.

Esto podría ser un signo de daño nervioso cerca de una rotura. Un cambio en el color de su piel podría significar lo mismo.

No puede enderezarse.

Tu hijo puede tener problemas para hacerlo en la zona de su lesión, como un codo dañado, por ejemplo.

No puede mover una extremidad con normalidad

. Sin embargo, esto no siempre es un signo de fractura. Y algunos niños pueden seguir moviéndolo aunque esté roto.

Lo que puedes hacer de inmediato

Si cree que su hijo se ha roto un hueso, busque ayuda médica. Llame al 911 de inmediato si el hueso aparece a través de la piel o si sospecha que su hijo se ha lesionado la cabeza, el cuello o la espalda. Incluso si no es el caso, debes acudir al médico lo antes posible.

Hay cosas que puedes hacer mientras esperas la ayuda. Si puedes ver el hueso roto, asegúrate de que tu hijo está tumbado. A continuación, presiona la zona con una gasa estéril o, si no hay ninguna cerca, con un paño limpio. No intentes empujar el hueso hacia su sitio, aunque sea difícil de ver, y no lo laves.

Si no puedes ver el hueso, no muevas la extremidad. Intenta cortar o quitar la ropa alrededor de la zona lesionada, pero hazlo con la mayor suavidad posible para no causar más dolor.

Envuelve hielo o una compresa fría en un paño y ponlo en la piel cercana a la zona lesionada. Esto hará que duela menos. No hagas esto en bebés y niños pequeños porque la temperatura fría puede dañar su piel.

Haz una férula para que la zona quede más estable. Para ello, acolcha el espacio que rodea la rotura con una tela suave, y luego añade un periódico o una tabla enrollada a la extremidad. Esta superficie debe extenderse tanto por debajo como por encima de la lesión. Envuelve cinta o venda para mantener la férula en su sitio, pero no lo hagas demasiado apretado.

A veces, un cabestrillo hecho con un trozo de toalla o de ropa mantendrá la extremidad o la articulación en su sitio.

No le des ninguna comida, bebida o medicamento a tu hijo en caso de que tenga que ser operado. No suele estar permitido justo antes de una operación.

Qué se puede esperar del médico

Si la consulta de su médico está abierta, puede llamarle para que le aconseje sobre el mejor lugar para llevar a su hijo. En algunas comunidades, el servicio de urgencias de un hospital es su mejor opción. En otros lugares, los centros de atención urgente pueden atender a su hijo. Es posible que su propio médico pueda comprobar la existencia de una fractura en su consulta, pero es mejor que pregunte primero.

Sea cual sea el lugar al que acuda, es probable que su hijo necesite una radiografía para ayudar al diagnóstico. El médico también le preguntará cómo ocurrió el accidente, qué síntomas ha notado usted y el historial médico de su hijo. También puede comprobar si su hijo puede mover la extremidad o articulación lesionada.

Normalmente, el médico de urgencias o el pediatra colocarán una férula en el hueso roto y luego harán que su hijo vea a un especialista en huesos, llamado ortopedista, lo antes posible. Ese especialista le colocará una escayola más permanente y hará que su hijo vuelva en unas semanas para ver cómo se cura la lesión.

Las fracturas en el cartílago de crecimiento, una zona de tejido blando que contribuye al crecimiento de los huesos a largo plazo, pueden no aparecer en las radiografías. El médico puede pedir una resonancia magnética u otro tipo de exploración para buscar signos de daño. Una vez que haya hecho un diagnóstico, el médico de su hijo hablará con usted sobre el tratamiento, ya sea una férula, un yeso o una cirugía.

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