Conozca cómo la cirugía para extirpar el riñón puede ayudar a tratar su cáncer. Y descubra qué puede esperar durante el procedimiento.
La cirugía es el principal tratamiento para la mayoría de los tipos de cáncer de riñón. Es lo primero que recomiendan los médicos si el tumor no ha crecido fuera del riñón. Pero también puede ser una opción si el cáncer se ha extendido a otras partes del cuerpo.
Hable con su médico sobre todas las opciones de tratamiento. Conozca los beneficios -y los riesgos- de la cirugía para que pueda decidir si es adecuada para usted.
Nefrectomía radical
La cirugía para el carcinoma de células renales en estadio IV se llama nefrectomía radical. Un cirujano le extirpa todo el riñón y parte del tejido que lo rodea.
Si el cáncer no se ha extendido mucho más allá del riñón, la intervención podría curarle. Incluso si el cáncer se ha extendido, la cirugía puede ayudarle a vivir más tiempo. También puede aliviar síntomas como el dolor y las hemorragias.
Antes de la operación, le pondrán anestesia general. Este medicamento le hará dormir y evitará que sienta dolor durante la operación. El equipo médico le colocará un tubo fino, llamado catéter, en la vejiga para drenar la orina.
Durante el procedimiento, el cirujano hace un corte en su costado, espalda o vientre y extrae:
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Todo el riñón
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La glándula suprarrenal que está encima del riñón
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Parte de la grasa que rodea al órgano
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Algunos ganglios linfáticos cercanos
Después de la cirugía, irá a una sala de recuperación. Su equipo de atención vigilará su presión arterial, sus latidos y otros signos vitales mientras se despierta de la medicina. Cuando esté totalmente despierto, irá a una unidad de cuidados intensivos o a una habitación normal del hospital para terminar su recuperación.
Debería poder volver a casa entre 3 y 5 días después de la operación. Unas dos semanas después, verá a su cirujano para comprobar su evolución.
La cicatrización de la operación tarda unas 4 semanas. Durante este tiempo, deberá evitar levantar objetos pesados y otras actividades intensas.
Si el cáncer se ha extendido a otros órganos, es probable que necesite otro tratamiento además de la cirugía. Su médico podría administrarle una terapia dirigida o inmunoterapia. Estos tratamientos matan las células cancerosas en todo su cuerpo.
Embolización arterial
Si no está lo suficientemente sano para la cirugía, tiene otra opción. Un procedimiento llamado embolización arterial puede aliviar síntomas como el dolor y la hemorragia.
Durante este procedimiento, el cirujano coloca pequeños trozos de una esponja de gelatina especial u otro material en el vaso sanguíneo principal que va al riñón. Estos trozos bloquean el flujo de sangre al órgano. Sin suficiente sangre, el cáncer se reducirá.
Es posible que su médico quiera realizar una embolización arterial antes de que se le practique una nefrectomía radical. Reducir el tumor puede facilitar la realización de la cirugía.
¿Cuáles son los riesgos?
Cualquier operación puede tener riesgos. Si le van a extirpar un riñón, es posible que tenga problemas como:
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Infección
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Sangrado
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Neumonía
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Una reacción a los medicamentos de la anestesia
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Daños en los órganos y en los vasos sanguíneos
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El otro riñón falla
Antes de su procedimiento, pregunte a su cirujano sobre las posibilidades de que pueda tener estos problemas.
La vida después de la cirugía renal
Su cuerpo puede funcionar con normalidad con un solo riñón. Éste se encargará de filtrar su sangre.
Acudirá a su médico en visitas periódicas para asegurarse de que su otro riñón funciona bien. También tendrá citas de seguimiento para comprobar el estado de su cáncer. Es posible que su médico le recomiende cambios en su dieta o en su rutina de ejercicios para ayudar a mantener su riñón sano.