Aprenda qué pruebas le hará su médico para asegurarse de que está siguiendo el tratamiento adecuado para su cáncer.
Después de que le diagnostiquen cáncer, su médico elegirá los tratamientos que tengan más posibilidades de curar su enfermedad. Pero cada persona es diferente. Entonces, ¿cómo hará su médico para saber si su tratamiento funciona bien?
El cáncer suele estar en lo más profundo de su cuerpo. Si se reduce o crece, no podrá verlo ni sentirlo. Por eso su médico le hará pruebas cada pocos meses durante el tratamiento.
Estas pruebas permiten ver en qué parte del cuerpo se encuentra el cáncer y si ha crecido, se ha mantenido igual o se ha reducido. En función de los resultados de las pruebas, el médico puede decidir si se mantiene el tratamiento actual o se prueba otra cosa.
Qué significa la respuesta a su tratamiento?
Su médico podría utilizar una de estas palabras para describir cómo actúa su cáncer después del tratamiento.
Una respuesta parcial o remisión parcial significa que su tumor se redujo al menos en un 50%, pero sigue ahí.
Una respuesta completa o remisión total significa que su cáncer no puede medirse en ninguna prueba. Esto puede significar, aunque no siempre, que está curado. Puede seguir teniendo un cáncer demasiado pequeño para que las pruebas lo detecten.
Estable significa que su cáncer ha permanecido igual. No ha empeorado ni mejorado.
Progresión significa que el cáncer ha crecido o se ha extendido. Es posible que tenga que cambiar de tratamiento para controlarlo.
Pruebas para comprobar la respuesta a su tratamiento
Verá a su oncólogo, el médico que trata su cáncer, para realizar exámenes de seguimiento regulares. Estas visitas pueden continuar durante muchos meses o años después de que termine su tratamiento.
Su médico le examinará en cada visita para ver si el cáncer ha reaparecido o se ha extendido. También le controlará para ver si hay efectos secundarios a largo plazo de su tratamiento.
Algunas pruebas pueden ayudar a su médico a ver si el tratamiento del cáncer está funcionando. Algunas de estas pruebas son las mismas que ayudaron a diagnosticar su cáncer.
Análisis de sangre. Estos análisis comprueban los niveles de diferentes sustancias en la sangre -como enzimas o proteínas- que las células cancerosas o sus órganos liberan cuando el tumor crece.
Marcadores tumorales. Los tumores liberan proteínas, enzimas y otras sustancias químicas a medida que crecen. Su médico puede analizar la sangre, la orina o los tejidos en busca de estas sustancias para ver si el cáncer ha progresado.
Rayos X. Esta prueba utiliza bajas dosis de radiación para obtener imágenes de las estructuras del cuerpo. Una radiografía puede mostrar dónde se encuentran las células cancerosas en el cuerpo y si el cáncer se ha extendido a los huesos.
TAC, o tomografía computarizada. Esta prueba utiliza una potente radiografía para obtener imágenes detalladas. Puede mostrar la ubicación del cáncer en el cuerpo.
Resonancia magnética (MRI). La resonancia magnética utiliza potentes imanes y ondas de radio para obtener imágenes de los órganos y otras estructuras. Puede mostrar dónde está el cáncer en su cuerpo.
PET, o tomografía por emisión de positrones. En esta prueba, se le administra una sustancia radiactiva que las células cancerosas de su cuerpo absorben. Esta sustancia hace que el cáncer aparezca en la imagen. Si su tratamiento está funcionando, debería haber menos zonas resaltadas en la imagen.
Mamografía. Esta prueba utiliza rayos X de baja energía para buscar cáncer en las mamas.
Las pruebas que le hagan y la frecuencia con la que se las hagan dependerán del tipo de cáncer y del tratamiento que tenga.
Qué hay que tener en cuenta
No todos los tratamientos contra el cáncer funcionan a la misma velocidad. La cirugía elimina todo o la mayor parte del cáncer de una sola vez, pero pueden pasar semanas o meses después de recibir la radiación para que todas las células cancerosas mueran.
Cada persona responde de forma diferente al tratamiento del cáncer, pero su médico hará todo lo posible para eliminar el mayor número de células cancerosas.
Si se somete a una operación como parte del tratamiento, el cirujano extraerá parte del tejido sano que rodea al tumor para asegurarse de que no queden células cancerosas. Esto se denomina margen. El cirujano también puede extirpar algunos ganglios linfáticos cercanos al cáncer. Los ganglios linfáticos pueden mostrar si el cáncer se ha extendido y si necesita más tratamiento. También es posible que le hagan análisis de sangre y de imagen para ver si todavía le queda cáncer en el cuerpo.
Después de tratamientos como la quimioterapia, la radioterapia, la inmunoterapia y la terapia dirigida, su médico le examinará para ver si hay nuevos crecimientos. También le hará análisis de sangre, radiografías y otras pruebas de imagen. Estas pruebas medirán su tumor y verán si el tratamiento ha ralentizado o detenido el cáncer.
Señales que hay que vigilar
Síntomas como estos pueden señalar que su cáncer ha regresado o se ha extendido después del tratamiento:
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Un bulto nuevo o creciente bajo su piel
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Dolor que no mejora o que empeora
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Dolor en los huesos o articulaciones, o huesos rotos: signos de que el cáncer se ha extendido a los huesos
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Dolores de cabeza, convulsiones, mareos, confusión o cambios en la visión: signos de que el cáncer se ha extendido al cerebro
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Tos, falta de aire o problemas para respirar: signos de que el cáncer se ha extendido a los pulmones
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Dolor de vientre, picor, ojos o piel amarillos: signos de que el cáncer se ha extendido al hígado
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Pérdida de peso
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Náuseas o vómitos
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Fiebre que no desaparece
Algunos de estos síntomas podrían ser efectos secundarios de su tratamiento contra el cáncer. Para saber con seguridad si su cáncer ha crecido, acuda a su médico para que le haga un examen.