¿Cuáles son las últimas recomendaciones y opciones para la detección del cáncer de mama? La doctora tiene todo lo que necesitas saber sobre el cribado y el diagnóstico.
Las tasas de mortalidad por cáncer de mama han disminuido desde 1989, gracias en gran parte a una mejor detección. Por eso, cuando la Sociedad Americana del Cáncer actualizó sus pautas de detección de la enfermedad en octubre de 2015, muchas mujeres -e incluso algunos proveedores de atención médica- se sorprendieron.
Las nuevas recomendaciones establecen que las mujeres con un riesgo medio deben empezar a hacerse mamografías anuales a los 45 años, en lugar de a los 40, como se pensaba antes. Deben seguir haciéndolas hasta los 54 años, y después cada dos años. La ACS también dejó de apoyar los exámenes clínicos de las mamas, en los que un médico o una enfermera palpan las mamas en busca de bultos.
¿Por qué sugiere la ACS que las mujeres se hagan menos mamografías, cuando sabemos que la detección precoz es fundamental? ¿No deberíamos estar más seguros que arrepentidos?
En realidad, no es tan sencillo. Antes de elegir cualquier método de cribado del cáncer de mama, asegúrese de sopesar las ventajas y los inconvenientes. Por ejemplo, una mamografía le expondrá a una pequeña cantidad de radiación. Además, los resultados pueden ser difíciles de leer, e incluso pueden dar lugar a "falsos positivos" inexactos y a biopsias innecesarias.
Tiene sentido recordar que las mamografías no son perfectas, dice el doctor Harold Burstein, oncólogo médico del Instituto Oncológico Dana-Farber de la Facultad de Medicina de Harvard. Es importante que las mujeres y sus proveedores de atención primaria hablen de los pros y los contras.
¿Qué significan estas directrices actualizadas para usted? Que, basándose en su conjunto personal de factores de riesgo, su médico puede ayudarla a tomar la mejor decisión sobre cuándo empezar a examinarse para detectar el cáncer de mama. También puede ayudarle a elegir los métodos de cribado más adecuados para usted. Las buenas noticias: Los expertos disponen de más medios que nunca para diagnosticar la enfermedad.
Si su radiólogo encuentra una masa extraña en su mamografía, algunas de estas herramientas también pueden ayudar a proporcionar información adicional, antes de seguir adelante con una biopsia.
Mamografía digital
Es igual que una mamografía estándar, salvo que produce imágenes digitales en lugar de imágenes en película. Se ha convertido en una alternativa popular a la mamografía estándar.
Al igual que una imagen que se toma con la cámara digital, el médico puede manipularla, mejorarla o hacerla más grande para que sea más fácil de leer. Esta opción puede proporcionar lecturas más precisas a las mujeres menores de 50 años o a las que tienen mamas densas. Y son más fáciles de almacenar que las películas.
Mamografía 3-D
También llamada tomosíntesis digital, esta prueba es muy parecida a una mamografía digital 2D. Se comprime la mama para obtener imágenes de rayos X. Pero no se limita a tomar imágenes de arriba a abajo y de lado a lado. Realiza un barrido a través de la mama, tomando múltiples imágenes de baja dosis desde muchos ángulos diferentes para crear una imagen tridimensional.
En un detector bidimensional, la superposición de tejidos puede dar la impresión de que hay algo cuando en realidad no lo hay o, lo que es más grave, ocultar un cáncer presente, dice la doctora Mary Newell, profesora asociada de radiología de la Universidad de Emory. Con una imagen tridimensional, podemos recorrer el tejido milímetro a milímetro.
Un estudio ha descubierto que, cuando se utiliza junto con una mamografía digital, la mamografía 3D puede aumentar el número de cánceres detectados y disminuir el número de falsos positivos. El inconveniente es que la dosis de radiación es mayor que la de una mamografía estándar.
RMN de mama
Si su médico le dice que tiene un alto riesgo de padecer cáncer de mama, puede sugerirle que añada a sus mamografías las pruebas anuales de detección por resonancia magnética. O bien, si su prueba anual muestra algo sospechoso, este procedimiento puede proporcionar más información antes de que le hagan una biopsia.
La RMN utiliza ondas de radio para obtener imágenes detalladas de la mama. Normalmente, el médico le inyecta previamente un tinte en las venas.
La resonancia magnética ofrece un nivel de detalle mucho mayor. Sin embargo, eso significa que también hay más posibilidades de observar un falso positivo. Por eso no queremos utilizarlas siempre, de forma generalizada, dice el doctor Keerthi Gogineni, profesor adjunto de oncología médica en Emory.
Ultrasonido de mama
Si una mamografía muestra una masa que no parece normal, esta prueba puede dar a su médico una mejor imagen de lo que ocurre. Y si siente un bulto en el pecho, pero la radiografía no encuentra nada, una ecografía puede ayudarle a saber con seguridad si necesita una biopsia. Si es así, esta prueba puede incluso ayudar a guiar la aguja de la biopsia con precisión milimétrica.
La ecografía es como un sonar de la mama, dice Newell. Si las ondas sonoras atraviesan la masa, eso indica que es quística, o benigna, mientras que si las ondas rebotan, eso indica un tumor sólido.
Imágenes moleculares
En esta prueba, que también se denomina gammagrafía, un radiólogo le inyecta un colorante que se adhiere a las células cancerosas. El médico puede observarlo a través de una cámara especial colocada fuera de la mama.
Funciona bien en mamas densas y es muy sensible, pero nos preocupa la dosis de radiación, que es mucho mayor que la que se recibe en una mamografía, dice Newell.
Por eso, en este momento, sólo se harán estas pruebas si se le ha diagnosticado cáncer de mama y participa en un ensayo clínico. Los médicos podrán medir la eficacia de su tratamiento.