Aprenda más del médico sobre cómo la raza y el origen étnico influyen en el riesgo de desarrollar cáncer de mama y de morir por la enfermedad.
Todas las mujeres deben ser conscientes de su riesgo de padecer cáncer de mama. Puede afectar a mujeres de cualquier edad, raza y grupo étnico. Sin embargo, las tasas de desarrollo y muerte por cáncer de mama varían entre los distintos grupos raciales y étnicos.
Según el Instituto Nacional del Cáncer, las mujeres blancas no hispanas tienen la mayor tasa de incidencia global de cáncer de mama entre los grupos raciales/étnicos de Estados Unidos. Los nativos americanos y los nativos de Alaska tienen la tasa más baja. Entre las mujeres menores de 40 años, las afroamericanas tienen una mayor incidencia de cáncer de mama que las blancas. Las mujeres afroamericanas también tienen la mayor tasa de mortalidad por cáncer de mama. Las nativas americanas y las nativas de Alaska, junto con las asiático-americanas, tienen la tasa de mortalidad más baja.
Se ha descubierto que hay varios factores que afectan a la incidencia del cáncer de mama y a las tasas de mortalidad entre los grupos raciales y étnicos. Las diferencias en ciertos comportamientos de estilo de vida -como la dieta, el ejercicio, el tabaquismo y el consumo de alcohol- pueden influir en el riesgo de muchas enfermedades, entre ellas las cardiopatías y el cáncer de mama.
La mayor tasa de mortalidad por cáncer de mama entre las mujeres afroamericanas se ha relacionado con el estadio, o la extensión, del cáncer en el momento del diagnóstico. Los estudios muestran que las mujeres afroamericanas tienden a buscar tratamiento cuando sus cánceres están más avanzados y hay menos opciones de tratamiento. La mayor tasa de mortalidad en esta población puede deberse también, en parte, a una mayor tasa de cánceres de mama triplemente negativos (receptor hormonal negativo, HER2 negativo) diagnosticados en mujeres afroamericanas.
Además, un mayor porcentaje de afroamericanas e hispanas carecen de una fuente habitual de atención sanitaria, como un proveedor de atención primaria. Disponer de un proveedor de atención primaria aumenta las posibilidades de que una persona reciba una atención preventiva adecuada -incluidas las revisiones y los exámenes rutinarios- que pueda detectar trastornos en una fase temprana.
También hay varios factores que pueden contribuir a las tasas más bajas de atención médica rutinaria y preventiva entre las poblaciones minoritarias, incluyendo:
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Factores socioeconómicos. Estos incluyen el nivel de ingresos, la falta de transporte y la falta de acceso a un seguro médico o a centros de atención sanitaria, incluidos los programas de detección.
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Barreras lingüísticas y de comunicación. Estas barreras pueden interferir en la capacidad de una persona para hablar de sus problemas de salud y desarrollar confianza en un médico de atención primaria.
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Educación sobre o comprensión de los riesgos y síntomas de la atención sanitaria. Las mujeres que no son conscientes de los riesgos y síntomas de la enfermedad son más propensas a esperar a buscar tratamiento hasta que tengan dolor o sus síntomas interfieran con las tareas diarias.
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Prácticas y expectativas culturales. En algunas culturas, las mujeres pueden recurrir a remedios tradicionales o "folclóricos" antes de acudir a un médico.
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Creencias culturales o religiosas relacionadas con la salud y la atención sanitaria. Las fuertes creencias en la curación y en los milagros, así como la desconfianza en el sistema sanitario, pueden impedir que algunas personas participen en los cuidados preventivos rutinarios.
Sigue habiendo una enorme necesidad de más educación y recursos para llegar a las mujeres -en particular a las de las minorías- con el mensaje del cribado y la prevención del cáncer de mama. La prevención y la detección temprana del cáncer de mama son importantes para todas las mujeres. Para las que corren un alto riesgo, son especialmente vitales el control cuidadoso y la atención de seguimiento con un proveedor de atención primaria.
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