Angela Lansbury aboga por la investigación de la ELA (enfermedad de Lou Gehrig).
Se dispara una pistola desde algún lugar fuera de la pantalla directamente hacia la actriz Angela Lansbury, que está sentada tranquilamente, hablando a la cámara. Mientras la bala en cámara lenta se dirige directamente hacia ella, explica que así es como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), también conocida como enfermedad de Lou Gehrig, ataca a tu cuerpo. Sabes lo que viene, pero no puedes hacer nada para evitarlo.
Entonces, tras un llamamiento al público para que apoye los esfuerzos de investigación a nivel mundial, se levanta y sale de la pantalla con valentía, esquivando la bala justo a tiempo. Es una metáfora poderosa que llama la atención, dice Lansbury, que cumplirá 83 años en octubre. La veterana estrella de Broadway, el cine y la televisión (memorable por su papel de Jessica Fletcher en Murder, She Wrote) se ha convertido recientemente en portavoz de la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ALS), y el anuncio forma parte de la nueva campaña de la asociación Cure ALS.
Lansbury y la ELA
La labor de defensa de Lansbury es personal. En 1987, su hermana, Isolde, murió de la enfermedad a los 67 años. Como muchos otros enfermos de ELA, los síntomas iniciales de Isolda desconcertaron a su familia. Los primeros síntomas pueden incluir debilidad muscular, espasmos y dificultad para hablar. Las hermanas vivían separadas por un continente -Lansbury en Los Ángeles, su hermana en Inglaterra-, por lo que Lansbury tuvo que reconstruir las pistas por teléfono, con la ayuda de su sobrina. Finalmente, habló con el médico de Isolda, que le explicó la enfermedad. Dijo que realmente no hay cura para esto.
Investigación sobre la ELA
Dos décadas después, poco se ha aprendido sobre la ELA, sus causas o cómo tratar esta enfermedad progresiva que ataca las células nerviosas y las vías del cerebro y la médula espinal. En las últimas fases, las personas quedan paralizadas, pero sus mentes permanecen alerta. Cada año se diagnostican unos 5.600 estadounidenses, pero las causas de la enfermedad siguen sin estar claras. La genética puede desempeñar un papel en algunos casos.
Cuando la ELA tocó profundamente el corazón de Lansbury, su carrera le permitió dedicar poco tiempo a trabajar por su cura. Ahora, dice, tengo una familia y nietos. Sigo teniendo una vida plena, pero a pesar de ello puedo dedicar tiempo a hacer algo que pueda aportar, y eso me complace enormemente.