Quistes aracnoides: Lo que hay que saber

Los quistes aracnoideos son quistes cerebrales llenos de líquido con los que se puede nacer o que se desarrollan posteriormente. Infórmese sobre las causas, los síntomas y el tratamiento.

Los médicos no saben por qué se producen estos quistes. Pero pueden estar causados por daños en la membrana aracnoidea, una de las capas protectoras que rodean el cerebro y la médula espinal.

Como no suelen presentar ningún síntoma, es difícil saber con exactitud su frecuencia. Se cree que unos 3 de cada 100 niños en EE.UU. los tienen. Los varones tienen cuatro veces más probabilidades de padecerlas que las mujeres.

Cuáles son los síntomas de los quistes aracnoideos?

La mayoría no causan ningún problema. Es posible que no sepas que tienes uno a no ser que tu médico te revise por otro problema, como una convulsión o una lesión en la cabeza.

Sin embargo, a veces un quiste crece lo suficiente como para presionar el cerebro, la médula espinal o un nervio craneal, lo que puede provocar diversos síntomas. Si vas a tener síntomas, probablemente aparecerán durante la infancia.

Los síntomas varían de leves a graves, dependiendo del tamaño y la ubicación del quiste. Pueden incluir:

  • Dolor de cabeza

  • Náuseas

  • Vómitos

  • Sensación de cansancio y letargo

  • Convulsiones

  • Bultos en la cabeza o en la columna vertebral

  • Retrasos en el desarrollo de los niños

  • Problemas hormonales como la pubertad precoz

  • Balanceo incontrolado de la cabeza

  • Problemas de visión

  • Acumulación de líquido en el cerebro (hidrocefalia)

En raras ocasiones, puede tener debilidad o parálisis en un lado del cuerpo. Esto se llama hemiparesia. Otra complicación poco frecuente en los niños es el agrandamiento de la cabeza (macrocefalia).

Cómo se diagnostican y se tratan?

Su médico le hará un TAC o una resonancia magnética cerebral para diagnosticar un quiste aracnoideo. Estas pruebas también muestran la ubicación y el tamaño del quiste, lo que ayudará a su médico a determinar cómo tratarlo.

Los médicos tratan los quistes aracnoideos con cirugía cerebral. El tipo de cirugía dependerá de la gravedad del quiste y de cómo afecte al cerebro o la columna vertebral. El objetivo es drenar el líquido del quiste para aliviar la presión sobre el tejido circundante.

Si el quiste es pequeño y no causa síntomas, el médico puede recomendar dejarlo en paz.

Los tratamientos quirúrgicos incluyen:

Drenaje. En este procedimiento, un neurocirujano perfora el quiste con una pequeña aguja para drenar el líquido. O puede optar por un procedimiento de drenaje con orificio de fresado. En esta operación, el cirujano perfora un pequeño agujero en el cráneo para aliviar la presión de la acumulación de líquido.

Puede ser un procedimiento rápido y sencillo. Pero con este método, hay más posibilidades de que los quistes (y los síntomas) vuelvan a aparecer.

Fenestración endoscópica. El cirujano introduce un endoscopio, un diminuto dispositivo que incluye una cámara, en un pequeño corte cerca del quiste. A continuación, realiza aberturas en la pared del quiste (denominadas fenestración) para permitir el drenaje del líquido cefalorraquídeo.

Después de la fenestración, es raro que el quiste aracnoideo vuelva a llenarse de líquido.

Craniotomía para la fenestración. En este procedimiento avanzado, el cirujano abre el cráneo para alcanzar y abrir el quiste. Puede realizarse si el tamaño o la ubicación del quiste impiden la fenestración endoscópica.

Derivación. El cirujano introduce un tubo, o derivación, en el quiste. Esto permite que el líquido drene y sea absorbido por el organismo. Sin embargo, como la derivación permanece en su lugar, es posible que dependa de ella para evitar que los síntomas vuelvan a aparecer. Las derivaciones también pueden causar complicaciones, como infecciones u obstrucciones.

Resección. Si tiene un quiste aracnoideo en la columna vertebral, el cirujano puede extirparlo por completo. Esto suele poner fin a sus síntomas.

¿Cuál es el pronóstico?

Los quistes aracnoideos que no dan síntomas no necesitan ser tratados. Pero si nota síntomas, comuníqueselo a un médico lo antes posible.

Si un quiste que provoca síntomas no se trata, puede crecer. O una lesión puede hacer que gotee o empiece a sangrar. Esto puede provocar daños permanentes en la médula espinal o el cerebro.

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