¿Cómo puedo hacer ejercicio con miastenia grave?

Hacer ejercicio con miastenia grave es posible. Sólo hay que saber cómo. Siga leyendo para obtener consejos.

Puede el ejercicio ayudar a la miastenia grave?

Es comprensible que no quiera hacer ejercicio con miastenia gravis. Pero esto aumenta el riesgo de padecer otros problemas de salud, como diabetes, obesidad y enfermedades cardíacas. También pueden hacerlo algunos de los medicamentos que puede tomar para su enfermedad, como los glucocorticoides.

Hacer ejercicio con miastenia gravis puede ser peligroso, pero las investigaciones sugieren que los beneficios superan con creces estos riesgos. De hecho, cuando se fomenta la salud del corazón y los pulmones, se ayuda a los músculos a obtener más de lo que necesitan para funcionar bien.

Como los síntomas pueden cambiar de un día para otro, es importante que hable con su médico sobre cómo y cuándo hacer ejercicio. Juntos pueden establecer pautas sobre la cantidad de ejercicio que es saludable para usted.

Consejos para una actividad inteligente

Empieza despacio. Haz paseos cortos diarios, ya sea al aire libre o en una cinta de correr. El objetivo no son muchos kilómetros ni un ritmo rápido. El simple hecho de mover el cuerpo con regularidad beneficiará su salud. Incluso las posturas suaves de yoga pueden aumentar el flujo sanguíneo, ayudar al corazón y reducir el estrés.

Evita las caídas. Si le preocupa que la debilidad muscular aumente las posibilidades de tropezar, pruebe con una máquina elíptica, ejercicios aeróbicos en el agua o una bicicleta estática. Estas opciones no requieren el mismo equilibrio que caminar o montar en bicicleta, pero siguen aumentando el ritmo cardíaco y ejercitando los músculos.

Escucha a tu cuerpo. Deténgase a la primera señal de que su cuerpo no está manejando bien las cosas. No hagas ejercicio si te sientes débil o demasiado cansado. Y no te ejercites hasta el cansancio. Haz lo suficiente para moverte y para antes de agotar tus músculos.

Busca un amigo. Ve sobre seguro y avisa a alguien cuando hagas ejercicio. Si no tienes un compañero con el que hacer tus actividades, asegúrate de llevar un teléfono encima por si necesitas ayuda.

Diviértete. Es probable que a tu cuerpo le vayan mejor las sesiones cortas en lugar de los entrenamientos largos. Descansa las veces que necesites y hazlo mientras te sientas bien. Mantener la salud es un maratón, no un sprint. Puedes aumentar el tiempo de tus sesiones a medida que vayas ganando resistencia.

Céntrate en los músculos del tronco. Los músculos proximales son los más cercanos al tronco del cuerpo. Los médicos también los llaman músculos de la cintura de las extremidades. Los ejercicios que los fortalecen son la bicicleta estática y la elíptica.

Controla tu ritmo. Presta atención a los momentos en los que tus niveles de energía son más altos e intenta encajar tu actividad física en esos momentos. Pero no te excedas: si te pasas un día que te sientes bien, puedes crear más dolor y fatiga los días siguientes. Intenta hacer cada día algo que te guste y que mueva tu cuerpo.

Céntrate en ti. Cada persona con miastenia gravis es diferente. Es posible que puedas hacer más que algunas personas y menos que otras. Mantén tus objetivos específicos para tu cuerpo y tus necesidades.

Mantén la comunicación con tu médico. Si empiezas a notar más síntomas o simplemente te sientes mal al hacer ejercicio, informa a tu equipo médico. Es posible que te recomienden que consultes a un fisioterapeuta que pueda darte ejercicios específicos para tu enfermedad y que te prepare una rutina que funcione bien para tus limitaciones.

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