Mejores tratamientos, un diagnóstico más precoz y una mayor concienciación hacen que vivir con el trastorno bipolar sea más fácil. Además, preguntas que debe hacer a su médico sobre el trastorno bipolar.
Karen Renken sólo tenía 14 años, pero sabía que algo iba terriblemente mal. "Era una alumna de sobresaliente y, de repente, empecé a fracasar en la escuela", dice Renken, que ahora tiene 45 años y vive en Long Island, Nueva York.
En el instituto, pasaba de disfrutar de un estado de ánimo aparentemente normal a tener una rabieta en el pasillo. Su respuesta adolescente a las peticiones normales, como la petición de su madre de que recogiera lo que ensuciaba, era dramática. Decía que "chillaba como una loca".
Renken fue enviada a un psiquiatra, que le recetó un antidepresivo, y acudió a un trabajador social para recibir terapia de conversación. Las cosas seguían sin mejorar. "Cada vez estaba peor", recuerda Renken. Empezó a consultar a otros médicos, esperando una respuesta. El octavo médico al que acudió resolvió el rompecabezas y puso fin a la frustración.
"No tienes depresión", le dijo. "Eres maníaco-depresiva". Era el año 1975; en la actualidad, se le diagnosticaría "bipolar", el nombre actual del mismo trastorno.
Recibir por fin el diagnóstico correcto fue un alivio, y el comienzo de una nueva vida para Renken. Sin embargo, incluso con el diagnóstico correcto, el camino no estuvo exento de baches. "Hicieron falta otros 17 años para acertar con la medicación", dice.
Mayor concienciación sobre la bipolaridad
Si Renken fuera diagnosticada hoy, lo más probable es que se le diagnosticara el trastorno bipolar más rápidamente. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, unos 5 millones de adultos estadounidenses padecen esta enfermedad; esta cifra es muy superior a la estimación anterior de 2 millones. Un diagnóstico más preciso del trastorno bipolar, en contraposición a la depresión, puede ser parte de la razón.
"Nuestra sociedad es ahora más consciente de los trastornos psiquiátricos en general", afirma el Dr. Michael Gitlin, profesor de psiquiatría y director de la Clínica de Trastornos del Estado de Ánimo de la Facultad de Medicina David Geffen de la UCLA. Dice que es más probable que la gente busque tratamiento hoy en día, además de que la definición de bipolar se ha ampliado a los ojos de muchos médicos.
Los "polos" de bipolaridad se refieren a los extremos del estado de ánimo -manía en un extremo, depresión en el otro- que distinguen a esta enfermedad mental. Pero el comportamiento no siempre es extremo, y muchos más médicos reconocen ahora a pacientes con episodios más sutiles que el clásico comportamiento de manía, lo que les lleva a diagnosticar un trastorno bipolar en lugar de una depresión, dice Gitlin.
Mejores tratamientos para el trastorno bipolar
Una vez realizado un diagnóstico correcto, el tratamiento puede ser muy eficaz. Tanto la medicación como la psicoterapia ayudan, dice Gitlin. Las investigaciones sugieren que la terapia de ritmo interpersonal y social -en la que se hace hincapié en la mejora de las relaciones interpersonales y la regularización de las rutinas diarias y los horarios de sueño para ayudar a prevenir los episodios maníacos- obtiene resultados. El número de medicamentos disponibles para tratar el trastorno bipolar ha aumentado en los últimos cinco años, con el objetivo general de estabilizar el estado de ánimo a largo plazo.
El litio fue el primer estabilizador del estado de ánimo aprobado por la FDA, hace más de 35 años. El medicamento actúa estabilizando o suavizando los estados de ánimo, ayudando a prevenir tanto los extremos de la depresión como de la manía.
Los anticonvulsivos como el valproato (Depakote) o la carbamazepina (Tegretol) también pueden ayudar a estabilizar el estado de ánimo. Algunos médicos consideran que estos fármacos son útiles para los episodios bipolares difíciles de tratar.
Los antipsicóticos atípicos (también llamados antipsicóticos de segunda generación), como el aripiprazol (Abilify), la clozapina (Clozaril), la olanzapina (Zyprexa), la quetiapina (Seroquel), la risperidona (Risperdal) y la ziprasidona (Geodon), también se han probado como estabilizadores del estado de ánimo cuando el litio o los medicamentos anticonvulsivos no funcionan bien para un paciente concreto.
Los médicos también pueden recetar antidepresivos, pero la forma de utilizarlos es objeto de debate. Algunos expertos los desaprueban porque, como explica Gitlin, podrían elevar demasiado el estado de ánimo, llevando al paciente a un estado maníaco. Pero otros, como Gitlin, piensan que los antidepresivos pueden ofrecer algunos beneficios y que su uso debe decidirse caso por caso. (Otra arruga: la FDA emitió recientemente una advertencia sobre un mayor riesgo de comportamientos peligrosos entre niños y adolescentes que tomaban antidepresivos).
Las opciones de tratamiento pueden cambiar con el tiempo, según el estado de ánimo y los episodios de la persona. Pero el tratamiento en sí debe ser a largo plazo, dicen Gitlin y otros expertos.
Hoy en día, Karen Renken es una persona cambiada. La combinación de mejores medicamentos y la terapia continuada, dice, ha marcado la diferencia. "Estoy bastante contenta con mi vida", dice.
Preguntas que debe hacer a su médico sobre el trastorno bipolar
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Podría tener un trastorno bipolar o alguna otra condición?
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Si lo tengo, ¿qué plan de tratamiento es el mejor para mí?
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Qué más puedo hacer para minimizar mis síntomas?
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Dónde puedo encontrar recursos y apoyo emocional para mi familia y para mí?