Trastorno bipolar y depresión: ¿Cuál es la diferencia?

El trastorno bipolar y la depresión mayor pueden parecer similares, pero hay diferencias importantes. El médico le ayuda a resolverlo y a mantenerse sano.

La depresión es algo más que un simple sentimiento de bajón. Es una tristeza profunda o un vacío del que no te puedes librar. Es posible que te sientas desesperado, sin valor e inquieto. Puede perder el interés por las cosas que antes disfrutaba. La depresión (también llamada trastorno depresivo mayor o TDM) suele ir acompañada de problemas de sueño, cambios en el apetito y problemas de concentración. Puede llevar a pensamientos o acciones suicidas. Las personas que sufren depresión pueden tener algunos días mejores que otros. Pero sin un tratamiento adecuado, su estado de ánimo tiende a permanecer bajo.

El trastorno bipolar (a veces llamado depresión maníaca) es diferente. Si lo padeces, tienes cambios de humor extremos. Experimenta periodos de depresión (similares a los del trastorno maníaco-depresivo). Pero también tiene periodos de grandes subidas.

El término bipolar hace referencia a los extremos opuestos, o polos, del espectro emocional: los altos (manía) y los bajos (depresión). Puedes estar muy deprimido durante un periodo de horas, días, semanas o incluso meses antes de entrar en un periodo maníaco. La manía puede durar desde varios días hasta dos meses o más. También es posible tener un tipo de trastorno bipolar en el que se experimentan síntomas maníacos y depresivos al mismo tiempo. Puede sentirse triste y desesperado, pero también muy agitado e inquieto.

Los momentos álgidos del trastorno bipolar pueden ser agradables. Pero también pueden ser peligrosos. Un comportamiento arriesgado puede ponerle en peligro físico. Y la manía suele ir seguida de una depresión extrema.

Alrededor de 6 millones de adultos estadounidenses padecen trastorno bipolar. Eso puede parecer mucho. Pero es mucho más raro que la depresión, que afecta a algo más de 16 millones de adultos estadounidenses.

Cómo reconocer la manía

Si tiene un trastorno bipolar y está sufriendo un episodio maníaco, puede estar muy enérgico, dormir muy poco porque está muy excitado y descubrir que habla más rápido porque sus pensamientos van a toda velocidad. Puede que se sienta como el mejor multitarea del mundo. También es posible que corra riesgos que normalmente no tomaría. Por ejemplo, gastar a lo loco o conducir de forma temeraria.

A veces este tipo de comportamiento es fácil de detectar, pero no siempre. Esto es especialmente cierto si tienes una forma más leve de subidón, llamada hipomanía. Es posible que te sientas bien, que te sientas feliz por tener más energía y que pienses que sólo estás siendo productivo. Los amigos y familiares pueden notar mejor que estás actuando fuera de lo normal.

El tratamiento adecuado

Obtener el diagnóstico correcto no siempre es fácil. Un experto en salud mental que sólo te ve en tus momentos bajos puede no saber de tu comportamiento maníaco a menos que tú o alguien que te conozca bien lo saquen a relucir. Además, algunas personas con trastorno bipolar pueden tener otras afecciones que dificultan el diagnóstico y el tratamiento. Algunos ejemplos son el abuso de sustancias o un trastorno de ansiedad o de alimentación.

Si cree que puede tener un trastorno bipolar, es importante que plantee sus preocupaciones a un experto en salud mental y que trabaje estrechamente con él para llegar al diagnóstico correcto. El trastorno bipolar es una enfermedad que dura toda la vida. El tratamiento adecuado suele ser una combinación de asesoramiento y medicación. Es la mejor manera de controlar los síntomas.

Para controlar el trastorno bipolar se suele utilizar un medicamento estabilizador del estado de ánimo, como el litio... o el divalproex. Algunas personas toman antidepresivos además de un estabilizador del estado de ánimo o un medicamento antipsicótico. Tomar un antidepresivo por sí solo podría desencadenar un episodio maníaco. Esa es otra razón importante para averiguar si tiene un trastorno bipolar o una depresión.

Con el tiempo, su estado puede cambiar y puede ser necesario ajustar su medicación. Es posible que su profesional sanitario le anime a hacer un seguimiento de sus síntomas. Si registra su estado de ánimo diario, sus patrones de sueño, los acontecimientos de su vida y otros detalles, puede ayudarles a usted y a su proveedor a estar al tanto de su estado y asegurarse de que recibe el tratamiento más eficaz posible.

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