¿Qué debo hacer si mi medicación bipolar no funciona?

Qué hacer si su medicación bipolar no parece funcionar tan bien como antes.

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La medicación es una parte fundamental del control del trastorno bipolar. Si siente que no funciona tan bien como debería, que no le ayuda en absoluto o que tiene efectos secundarios que son demasiado para usted, no los deje. En su lugar, dígaselo a su médico.

Hay muchas opciones de tratamiento para el trastorno bipolar, dice la doctora Megan Schabbing, psiquiatra de OhioHealth en Columbus, Ohio. Tu médico puede trabajar contigo para encontrar una nueva medicación... o una combinación de tratamientos. Y eso puede hacer que vuelvas a sentirte mejor.

Señales de que ha llegado el momento de cambiar

Si tienes un trastorno bipolar, debes colaborar estrechamente con tu psiquiatra y tu equipo médico. Ellos pueden ayudarte a controlar si tu tratamiento va por buen camino.

También es importante que usted se dé cuenta de cómo le va. Informe a su médico si:

  • Tiene mucha más energía de lo habitual

  • Se está quedando sin energía o se siente muy triste o desesperado

  • Observa que tu estado de ánimo cambia rápidamente varias veces en un mismo día. Puede que pases de sentirte feliz, con energía o en equilibrio un momento a sentirte triste o deprimido al momento siguiente.

  • Preguntarse si la gente le está observando o si va a por usted (por ejemplo, cotilleando sobre usted o robando su dinero).

  • Sentirse muy culpable sin ninguna razón real

  • No puede conciliar el sueño, mantenerse dormido o se despierta muy temprano por la mañana

  • Está abrumado con nuevas ideas para grandes proyectos, o está haciendo planes pero tiene problemas para cumplir los plazos o hacer lo que dijo que haría

  • Hacer cosas arriesgadas (tener relaciones sexuales sin protección o consumir drogas, por ejemplo) o actuar sin pensar

  • Tener problemas en sus relaciones con amigos, familiares o compañeros de trabajo. Por ejemplo, puede notar que discute con los demás mucho más de lo habitual.

  • Notar cambios físicos, como aumento de peso, dolores de cabeza, aceleración de los latidos del corazón o problemas con el azúcar en la sangre. Estos pueden ser signos de que su medicamento está causando problemas físicos y es posible que tenga que probar una prescripción diferente.

  • Cuando es el momento de la transición

    Si sospecha que su medicación no está controlando su trastorno bipolar como solía hacerlo, o simplemente no se siente bien, consulte a su médico de inmediato, dice el Dr. Michael F. Grunebaum, psiquiatra investigador del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York en la ciudad de Nueva York.

    Importante: Si sospechas que algo va realmente mal -por ejemplo, oyes voces, quieres hacerte daño o tienes un dolor intenso en el abdomen (que puede ser un signo de problemas renales o hepáticos)- acude a urgencias de inmediato.

    Su psiquiatra hablará con usted y puede recomendarle ciertas pruebas, como análisis de sangre, para averiguar cómo le están afectando sus medicamentos.

    Lo más probable es que no dejes la medicación de inmediato.

    Las investigaciones demuestran que la forma más segura de dejarla es gradualmente en el transcurso de varias semanas, o incluso meses, dice Grunebaum. La interrupción brusca de la medicación bipolar puede provocar un episodio de mal humor.

    ¿Qué ocurre si hay que dejar de tomar la medicación lo antes posible, por ejemplo, porque está causando problemas renales o hepáticos? Hay medicamentos que pueden utilizarse a corto plazo para controlar los síntomas mientras se espera a que la medicación a largo plazo empiece a funcionar, dice Schabbing.

    La terapia electroconvulsiva puede ayudar

    El médico también puede recomendar la terapia electroconvulsiva (TEC). Con la TEC, un médico administra una pequeña corriente eléctrica a su cerebro mientras está dormido bajo anestesia. Provoca efectos cerebrales que pueden mejorar enfermedades como la depresión y el trastorno bipolar.

    A diferencia de la mayoría de los medicamentos, la terapia electroconvulsiva suele funcionar con bastante rapidez, aunque sus efectos no suelen ser duraderos. Para evitar las recaídas, puede ser necesario tomar un medicamento o bien recibir la TEC a largo plazo para su mantenimiento.

    Consejos para que el cambio sea más fácil

    Es importante que te mantengas involucrado con tu salud mientras cambias de medicación o tratamiento. Para que la transición sea más suave:

    Visite a su psiquiatra con regularidad. Es importante encontrar un psiquiatra en el que puedas confiar y con el que te sientas cómodo, dice Schabbing. Es conveniente que lo veas cuando estés sano y no tengas síntomas bipolares, para que sepa a qué atenerse con el tratamiento.

    Considere la posibilidad de una terapia conversacional. La terapia cognitivo-conductual y otras formas de terapia conversacional (también llamada psicoterapia) pueden ayudarte a controlar tu estado de ánimo, tanto durante como después de la transición. Si ya tiene un consejero con el que se reúne, es posible que tenga que ir más a menudo durante la transición.

    Consigue apoyo. Los grupos de apoyo también pueden ser útiles, no sólo para ti, sino también para tus amigos y familiares. Es posible que tus seres queridos no entiendan que los cambios de humor o la irritabilidad, por ejemplo, no son elecciones; son síntomas del trastorno bipolar, dice Schabbing. Un grupo de apoyo puede ayudarles a entender por lo que estás pasando y hacerles saber cómo ayudarte. Puedes encontrar ambos tipos de grupos a través de la Depression and Bipolar Support Alliance (www.dbsalliance.org). O pide a tu psiquiatra que te recomiende uno.

    Cuida de ti mismo. Intensifica todos los hábitos que te ayuden a estar bien. Es crucial dormir bien, porque la falta de sueño puede contribuir a los síntomas maníacos y a la inestabilidad del estado de ánimo, dice Grunebaum. El ejercicio regular, una dieta equilibrada y el control del estrés también son importantes. Aunque no hagan desaparecer el trastorno bipolar, llevar una vida más sana puede facilitar el seguimiento del tratamiento y la recuperación.

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