Los fármacos anticonvulsivos, que suelen tomarse para la epilepsia, se utilizan cada vez más como estabilizadores del estado de ánimo en personas con trastorno bipolar. El médico le informará sobre los avances en la comprensión de cómo funciona esta medicación.
Los anticonvulsivos actúan calmando la hiperactividad del cerebro de diversas maneras. Por este motivo, algunos de estos fármacos se utilizan para tratar la epilepsia, prevenir las migrañas y tratar otros trastornos cerebrales. Suelen recetarse a las personas que tienen ciclos rápidos, es decir, cuatro o más episodios de manía y depresión en un año.
Los anticonvulsivos utilizados para tratar el trastorno bipolar incluyen:
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carbamazepina?(Tegretol)
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Divalproex sódico, ácido valproico o valproato sódico ( Depakote, Depakene).
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lamotrigina?(Lamictal)
Estos medicamentos difieren en los tipos de síntomas bipolares que tratan. Depakote y Tegretol, por ejemplo, tienden a ser más eficaces en el tratamiento de la manía que de los síntomas depresivos, mientras que Lamictal parece tener efectos antidepresivos más fuertes que antimaníacos. Lamictal también se utiliza con más frecuencia para prevenir futuros episodios (en lugar de tratar los actuales). Depakote y Tegretol se utilizan más para tratar los episodios agudos que como tratamientos preventivos. Otros anticonvulsivos están menos establecidos para el tratamiento de los síntomas del estado de ánimo en el trastorno bipolar, y algunos -como Lyrica, Neurontin o Topamax- se utilizan también "fuera de la etiqueta" para otros tipos de problemas, como el sueño, el control del dolor, la ansiedad o la pérdida de peso.
Cada anticonvulsivo actúa en el cerebro de forma ligeramente diferente, por lo que su experiencia puede variar en función del fármaco que tome. En general, sin embargo, estos fármacos alcanzan su máxima eficacia después de tomarlos durante varias semanas.
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Efectos secundarios de los anticonvulsivos
Es posible que su médico quiera realizarle ocasionalmente análisis de sangre para controlar su salud mientras toma un anticonvulsivo. Algunos anticonvulsivos pueden causar daños en el hígado o en los riñones o disminuir la cantidad de plaquetas en su sangre. Su sangre necesita plaquetas para coagular.
Cada anticonvulsivo puede tener efectos secundarios ligeramente diferentes. Los efectos secundarios más comunes suelen ser:
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Mareos
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Somnolencia
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Fatiga
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Náuseas
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Temblor
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Sarpullido
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Aumento de peso
La mayoría de estos efectos secundarios disminuyen con el tiempo. Los efectos a largo plazo varían de un fármaco a otro. En general:
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Las mujeres embarazadas no deben tomar anticonvulsivos sin consultar con su médico, porque algunos de estos fármacos pueden aumentar el riesgo de defectos de nacimiento.
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Algunos anticonvulsivos pueden causar problemas en el hígado a largo plazo, por lo que su médico puede controlar su hígado periódicamente?
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Los anticonvulsivos pueden interactuar con otros medicamentos, incluso con la aspirina, y causar problemas graves. Asegúrese de informar a su médico sobre cualquier medicamento, hierba o suplemento que tome. No tome ninguna otra sustancia durante el tratamiento sin hablar con su médico.
Hable siempre con su médico antes de dejar un anticonvulsivo. A veces, dejar de tomar uno demasiado rápido puede aumentar el riesgo de tener... una convulsión.