El trastorno bipolar puede ser difícil de diagnosticar, pero estos consejos del médico pueden ayudarle a reconocer los síntomas.
Hay muchos síntomas de manía y depresión en el trastorno bipolar. Muchos de ellos podrían aplicarse a cualquier persona, dependiendo de si estamos teniendo un día de subida o de bajada. Sin embargo, en el caso del trastorno bipolar se producen más síntomas a diario durante semanas o meses, incluso años. Los cambios entre la depresión y la manía afectan al estado de ánimo, la energía y la capacidad de funcionamiento.
"El trastorno bipolar se confunde a menudo con el TDAH en los niños", dice el doctor Michael Aronson, psiquiatra clínico y asesor del médico. "Hay síntomas muy similares, la distracción, los períodos de depresión".
El trastorno bipolar infantil o adolescente suele ser el diagnóstico más difícil de hacer, dice Aronson al médico. "Puede ser difícil distinguir si se trata de cambios de humor normales, de un trastorno bipolar o de un TDAH. Además, en la adolescencia, la depresión se manifiesta de forma diferente a la de los adultos. Hay ira, irritabilidad y comportamiento rebelde. Para diferenciar mejor los arrebatos de ira recurrentes del trastorno bipolar en niños y adolescentes, se ha creado una nueva categoría diagnóstica denominada Trastorno de Desregulación del Estado de Ánimo Disruptivo (TDMA).
En los adultos, el trastorno bipolar suele ir acompañado de otros problemas. Las mujeres con trastorno bipolar son más propensas a tener cuatro o más episodios en un período de un año, lo que se denomina "ciclos rápidos". También son más propensas a tener manía y síntomas depresivos en el mismo episodio, lo que se llama un episodio con "rasgos mixtos". Además, hasta un 60% de todas las personas con trastorno bipolar tienen dependencia de las drogas o del alcohol, depresión estacional o ciertos trastornos de ansiedad, como el trastorno por estrés postraumático (TEPT). Los efectos de las drogas callejeras pueden causar a veces depresión o imitar los síntomas de la manía, lo que hace que el diagnóstico sea especialmente difícil en los drogadictos y no siempre sea sencillo.
Signos de manía: aumento de la actividad; menor necesidad de dormir; estado de ánimo excesivamente eufórico o irritable; comportamientos arriesgados o impulsivos; pensamientos acelerados; habla enérgica y rápida.
Signos de depresión: estado de ánimo triste o ansioso; sentimientos excesivos de culpa o inutilidad; pérdida de interés en actividades placenteras (como el sexo); dificultad para concentrarse; trastornos del sueño, pensamientos suicidas.
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