Mitos y realidades del trastorno por atracón

Conozca los mitos y los hechos que rodean al trastorno por atracón, el impulso de comer en exceso.

Los atracones consisten en sentirse deprimido, culpable y fuera de control. No se trata de celebrarlo. Ése es sólo uno de los mitos más comunes sobre este trastorno. Aquí hay algunos más.

Mito: El TCA no es un trastorno real. Después de todo, ¿quién no se ha comido una bolsa entera de patatas fritas o una pinta entera de helado en una sola sesión?

Hecho: mucha gente come demasiado de vez en cuando, especialmente en vacaciones. Sin embargo, para las personas con TCA, comer en exceso es un impulso que causa gran angustia. Además, ocurre con regularidad. Las personas con este trastorno se dan atracones al menos una vez a la semana durante al menos tres meses. Se trata de un trastorno psiquiátrico, según el DSM, un manual utilizado para identificar las condiciones de salud mental.

Mito: las personas que se dan atracones tienen todas sobrepeso u obesidad.

Realidad: No se puede saber si alguien tiene BED sólo con mirarlo. Las personas que se dan atracones son de todas las formas y tamaños. ¿Cómo es posible? Hay que tener en cuenta que la cantidad de comida y el número de calorías ingeridas durante un atracón -así como el ritmo al que se queman las calorías- difieren de una persona a otra. No obstante, muchas personas con este trastorno también tienen problemas para controlar su peso. Se cree que unos dos tercios de las personas con este trastorno son obesas.

Mito: El TCA es lo mismo que la bulimia.

Realidad: A primera vista, la bulimia y el BED parecen similares. Las personas con estos trastornos comen compulsivamente grandes cantidades de comida y, como resultado, se sienten angustiadas, avergonzadas, culpables y fuera de control. Sin embargo, hay una diferencia clave entre ambos trastornos: Después de un atracón, las personas con bulimia intentan deshacerse de las calorías sobrantes mediante una purga, que puede consistir en vomitar, utilizar laxantes o diuréticos, o hacer demasiado ejercicio.

Mito: la CAM es poco frecuente.

Realidad: El BED afecta a muchas más personas que otros trastornos alimentarios. Se cree que es el trastorno alimentario más común en los Estados Unidos, y que afecta a más de 6 millones de estadounidenses en algún momento de su vida.

Mito: Los atracones son algo que hacen las mujeres cuando se sienten estresadas.

Realidad: Otros trastornos alimentarios afectan principalmente a las mujeres. El BED suele afectar a ambos sexos. Los hombres tienen cinco veces más probabilidades de padecer este trastorno que cualquier otro. Y aunque este trastorno está vinculado a las emociones negativas y a un mayor estrés, hay que recordar que no es lo mismo que un caso normal de comer en exceso, por ejemplo, acabar con una caja de galletas después de una ruptura. En cambio, las personas que padecen este trastorno se sienten obligadas a darse atracones con regularidad y no son capaces de controlar su comportamiento.

Mito: Sólo las adolescentes padecen trastornos alimentarios como el TCA.

Hecho: Los adolescentes son inmunes. El TCA afecta a un 1,6% de los adolescentes.

Pero, más que otros trastornos alimentarios, éste puede aparecer en cualquier momento. La edad media de aparición es de 25 años. Entre los hombres, en particular, la condición es más probable que ocurra en la mediana edad.

Mito: los atracones no son tan peligrosos como la anorexia.

Realidad: Al igual que otros trastornos alimentarios, el BED puede ponerte en riesgo de sufrir graves problemas de salud. Muchas personas que lo padecen tienen otros problemas emocionales o de salud mental, como depresión, ansiedad y trastorno bipolar. Son más propensas a desarrollar problemas de abuso de sustancias. Y las personas con sobrepeso u obesidad también corren el riesgo de padecer problemas relacionados, como enfermedades cardíacas, hipertensión arterial y diabetes de tipo 2.

Mito: Es imposible ayudar realmente a alguien con un trastorno alimentario como el TCA.

Realidad: Las personas que reciben tratamiento para los trastornos alimentarios, incluido el TCA, pueden mejorar mucho su salud y su calidad de vida... La psicoterapia... puede ayudar a abordar los problemas emocionales que pueden contribuir al trastorno y poner a las personas en el camino hacia pensamientos y hábitos más saludables. Los medicamentos recetados, como los antidepresivos, ciertos fármacos anticonvulsivos y los estimulantes (medicamentos para el TDAH que inducen el estado de alerta, la vigilia y el movimiento), como las sales de anfetamina, también han demostrado ser útiles en los estudios de investigación, especialmente cuando se combinan con la terapia. De hecho, Vyvanse ha sido aprobado por la FDA para tratar el trastorno por atracón. También puede ser útil trabajar con un nutricionista o inscribirse en un programa de pérdida de peso para personas con trastornos alimentarios.

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