Cirugía para el dolor de la articulación sacroilíaca: cuando la cirugía de fusión puede ayudar

Si la medicación y la fisioterapia no funcionan para su dolor de la articulación sacroilíaca, es posible que necesite una intervención quirúrgica.

Fusión de la articulación sacroilíaca

La articulación sacroilíaca se encuentra entre dos huesos, el sacro y el ilion. El sacro es un hueso grande, con forma de triángulo, situado en la base de la columna vertebral. El ilion es el hueso grande de la cadera. La articulación SI se encuentra donde el sacro se une con el interior del ilion. La idea de la cirugía de fusión de la articulación SI es unir estos huesos.

Hay dos tipos de cirugía de fusión: mínimamente invasiva y abierta. Ambas se llevan a cabo en el hospital, y para cada una de ellas se le administrará un medicamento que le hará dormir.

Cirugía mínimamente invasiva.

La mayoría de las cirugías de fusión de la articulación SI son de este tipo. El cirujano te hace pequeños cortes en las nalgas y utiliza las radiografías para ver dónde ir con las herramientas quirúrgicas. A continuación, perfora... agujeros en el sacro y el ilion y coloca implantes para que la articulación sea más estable.

La operación suele durar una hora, y es probable que permanezca en el hospital uno o dos días para recuperarse. Necesitará muletas durante 4 ó 6 semanas. Puede tardar hasta 6 meses en volver a realizar todas sus actividades habituales.

Cirugía abierta.

En este tipo de operación, el cirujano hace un corte de unos 15 o 20 centímetros y abre tu músculo y tejidos para llegar a la articulación SI.

Quitan un tejido llamado cartílago de entre el sacro y el ilion. El cirujano suele tomar un trozo de hueso de la pelvis, llamado injerto óseo, y lo coloca en la articulación. También colocará algunos tornillos en la articulación para mantenerla unida mientras se cura. Finalmente, el injerto óseo se convierte en hueso y la articulación se fusiona.

La operación puede durar hasta 3 horas o más, y es posible que tengas que estar en el hospital hasta 5 días después.

El tipo de intervención depende de la causa del dolor en la articulación sacroilíaca. Algunos estudios sugieren que las personas que se someten a una cirugía mínimamente invasiva tienen menos dolor uno o dos años después que las personas que se someten a una cirugía abierta. También es menos probable que las personas que se someten a una cirugía abierta tengan que volver a quitarse los implantes debido al dolor posterior.

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