Tanto si es por una lesión como si se ha desarrollado a lo largo del tiempo, descubra qué puede causar el dolor de espalda, qué puede hacer al respecto y cuándo debe acudir al médico.
El dolor puede provenir de músculos, ligamentos y tendones doloridos, o de hernias discales, fracturas y otros problemas en la parte superior, media y baja de la espalda. A veces se sienten los efectos de inmediato. Pero en muchos casos, los problemas de espalda se desarrollan con el tiempo.
Causas
A menudo provocamos nuestros problemas de espalda a través de malos hábitos, como:
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Malas posturas, como sentarse incorrectamente en un escritorio o detrás del volante
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Repetir el mismo movimiento o exagerar.
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Empujar, tirar y levantar cosas sin cuidado
La columna vertebral es en realidad una pila de 24 huesos llamados vértebras. Una columna vertebral sana tiene forma de S cuando se ve de lado. Se curva hacia atrás en los hombros y hacia adentro en el cuello y la parte baja de la espalda. Alberga y protege la médula espinal, la red de nervios que transmite la sensación y controla el movimiento en todo el cuerpo.
Uno de los tipos más comunes de dolor de espalda se debe a la tensión de las bandas de músculos que rodean la columna vertebral. Ocurre con más frecuencia en la curva de la parte baja de la espalda y en la base del cuello. Estas zonas soportan más peso que la parte superior y media de la espalda, que son menos propensas a sufrir problemas.
Las lesiones provocadas por los deportes de contacto, los accidentes y las caídas pueden causar problemas que van desde pequeñas distensiones musculares, pasando por hernias discales, hasta fracturas que dañan la columna vertebral o la médula.
El dolor lumbar punzante puede deberse a espasmos musculares, cuando los músculos se agarrotan y no se relajan, como un calambre.
La artrosis puede afectar a las vértebras, cuando el cartílago entre ellas se desgasta. Los espolones óseos o una hernia discal pueden presionar los nervios.
El embarazo también suele provocar dolor de espalda. Los cambios hormonales y el aumento de peso suponen nuevas tensiones para la columna vertebral y las piernas de las mujeres embarazadas.
A veces, la espalda puede doler sin una razón clara. Esto se llama dolor de espalda inespecífico. Puede deberse a la debilidad de los músculos, que no pueden soportar las caminatas, las flexiones y los estiramientos cotidianos.
Otros síntomas
El dolor de espalda -ya sea un dolor sordo o punzante- es sólo una señal de que algo está pasando con tu espalda. También puedes tener sensaciones en las piernas o en los brazos:
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Dolor irradiado
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Entumecimiento
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Hormigueo
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Debilidad
El orinar o defecar sin control, o la incapacidad de orinar, y la debilidad muscular podrían significar un problema grave como la compresión de la médula espinal. Llama a tu médico de inmediato.
Diagnóstico
Deberías ver a un médico:
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Después de lesionarse, como en una caída o accidente
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Cuando el dolor se interpone en tus actividades diarias
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Si dura más de 6 semanas o se extiende
Durante el examen, el médico comprobará la amplitud de movimiento -a menos que no puedas moverte- y comprobará el funcionamiento de los nervios. Eso puede ser suficiente para decidir qué hacer a continuación.
Es posible que necesites pruebas de imagen, como radiografías, una resonancia magnética o un TAC. Pero no siempre son útiles, y no siempre hay una relación directa entre los resultados de estas pruebas y el grado de dolor.
Tratamiento
El tratamiento específico dependerá de la causa del dolor y de la zona de la espalda en la que se encuentre.
A pesar de lo que puedas pensar o te hayan dicho antes, quedarse en la cama no suele ser la solución; el ejercicio suave sí lo es. Te ayudará a eliminar las molestias, a dar soporte a tu columna vertebral y a mejorar tu flexibilidad. Un fisioterapeuta puede trabajar contigo para diseñar una serie de ejercicios, aliviar el dolor y hacer que vuelvas a moverte.
Los analgésicos de venta libre, el hielo y el calor sirven para aliviar la mayoría de los dolores de espalda. El médico puede recetar medicamentos más fuertes, pero algunos pueden provocar somnolencia o dependencia si no se tiene cuidado.
Las terapias complementarias, como la manipulación quiropráctica de la columna vertebral, la acupuntura y los masajes, también pueden ayudar a aliviar el dolor.
Si un hueso está dañado, o tienes una hernia discal o un nervio pinzado, puedes necesitar una intervención quirúrgica. Pero en caso de dolor de espalda continuo, los médicos probarán primero otros tratamientos.
El asesoramiento psicológico podría ayudarle a aprender a convivir mejor con el dolor crónico, así como a tratar los síntomas de la depresión provocada por él.
Prevención
Haz ejercicio. Fortalecer los músculos alrededor de la columna vertebral y en el núcleo te ayudará a mantenerte estable y equilibrado. Caminar es estupendo para la zona lumbar, y es sencillo de hacer.
Practica una buena postura. Como regla general, procura mantener alineadas las orejas, los hombros y las caderas cuando te sientes, te pongas de pie y camines. Levanta objetos pesados correctamente, utilizando las caderas y las rodillas como fuerza mientras mantienes la espalda recta.
Intenta dormir de lado, con un colchón de firmeza media.
No fume. Restringe el flujo sanguíneo, por lo que tus músculos y tejidos no reciben un buen suministro de nutrientes y oxígeno.