El hecho de que se parezca al autismo no significa que lo sea. Podría ser una de estas cosas.
El TEA suele aparecer en la primera infancia. Pero también se puede diagnosticar a los adultos.
Hay comportamientos relacionados con el TEA, como la dificultad para establecer contacto visual. Pero el autismo es diferente para cada persona que lo padece. Algunas personas con TEA pueden tener síntomas tan leves que otras personas apenas los perciben. Otras pueden tener síntomas lo suficientemente graves como para tener un gran impacto en sus vidas.
Algunos signos del autismo son similares o iguales a los de otras enfermedades. Por ello, algunas cosas pueden confundirse con el autismo. Eso es un problema, porque utilizar el tratamiento del autismo en una persona que no tiene el trastorno probablemente no ayudará como debería. Es más, alguien con otro problema de salud parecido, como la intoxicación por plomo, puede necesitar tratamientos que no tienen nada que ver con los del autismo.
Afecciones que pueden confundirse con el autismo
Estas incluyen:
Retrasos en el habla, problemas de audición u otros retrasos en el desarrollo:
Los retrasos en el desarrollo se producen cuando su hijo no hace cosas que los médicos esperan que los niños de su edad sean capaces de hacer. Pueden ser problemas de lenguaje, habla o audición. También puede haber problemas de motricidad fina, de interacción social y de pensamiento. Aunque los niños con autismo pueden tener retrasos en el desarrollo, estos retrasos pueden tener otras causas, como la intoxicación por plomo o el síndrome de Down, o incluso ninguna causa conocida.
Intereses reducidos:
Los niños con autismo a veces se interesan mucho por actividades o cosas concretas, como los mapas o los ventiladores de techo. Su interés puede parecer incluso obsesivo. Pero eso no significa necesariamente que tengan autismo. Si lo tuvieran, tendrían otros síntomas del mismo, como problemas de interacción social.
Lectura precoz o alta inteligencia.
Los niños que saben leer a una edad temprana o que muestran otros signos de alta inteligencia a veces son diagnosticados de autismo. Esto puede ser especialmente cierto para los niños con hiperlexia. Es decir, cuando un niño lee muy pronto o muestra otros signos de gran inteligencia, pero también puede tener problemas para comunicarse con los demás.
Aunque los niños con hiperlexia pueden tener autismo, las condiciones no siempre van de la mano.
Problemas sensoriales o de procesamiento sensorial:
Algunos niños son muy sensibles a la luz, el sonido o el tacto. Cosas como ser abrazado o escuchar ruidos fuertes pueden alterarles o hacer que dejen de comunicarse. Un niño con autismo podría hacer esto también, pero tendría otros síntomas de autismo, como retrasos en el habla.
Trastornos psicológicos:
Estos pueden causar un comportamiento obsesivo, problemas de habla y comunicación, y otros problemas que pueden parecer autismo, pero que no lo son.
Algunos ejemplos son:
-
Trastorno de la personalidad por evitación
-
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
-
Trastorno de apego reactivo
-
Trastorno de la comunicación social (pragmática)
-
Esquizofrenia, que rara vez se da en los niños
Intoxicación por plomo:
El plomo es un metal que puede dañar el cerebro. Si un niño se envenena con plomo al comer trozos de pintura o beber agua con partículas de plomo,... podría tener retrasos en el desarrollo y dificultades de aprendizaje. Esos problemas pueden parecer autismo. Algunas investigaciones sugieren que podría conducir al autismo, pero la conexión no está clara. Los niños que reciben tratamiento para la intoxicación por plomo pueden ver mejorados sus síntomas, por lo que es importante recibir un diagnóstico.
Trastornos genéticos: Aunque algunos de ellos se asocian al autismo (síndrome de Down o esclerosis tuberosa, por ejemplo), otros pueden confundirse con él. Un estudio reciente descubrió que hasta el 50% de los niños con un trastorno genético llamado síndrome de deleción 22q11.2 se les dijo que tenían autismo cuando no era así. Esto se debe a que muchos de los síntomas del síndrome de deleción 22q11.2, como el retraso en el desarrollo del habla, también pueden ser signos de autismo.
Qué preguntar al médico de su hijo
Para diagnosticar el autismo, el médico examinará el desarrollo y el comportamiento de su hijo. El médico puede hacerle preguntas a usted (y posiblemente a su hijo), hacer un historial médico completo y observar el comportamiento de su hijo.
Si el médico cree que el niño puede tener un TEA, puede sugerir una evaluación. En este caso, un equipo de expertos especializados en autismo (neurólogo, psicólogo, psiquiatra, logopeda u otros profesionales) realiza una serie de pruebas y exámenes para determinar si su hijo tiene autismo u otro problema, como un trastorno psicológico o del habla.
Si cree que su hijo puede haber sido diagnosticado erróneamente de autismo o puede tener otro problema de salud, haga estas preguntas al médico de su hijo:
¿Ha comprobado la audición de mi hijo?
Los problemas de audición pueden provocar retrasos en el desarrollo del habla y otros problemas que pueden confundirse con el autismo.
Hay otras pruebas que debamos considerar?
Por ejemplo, si vive en una casa antigua, puede solicitar una prueba para comprobar la presencia de plomo en la sangre de su hijo.
Puedo acudir a un especialista o a un equipo de especialistas?
Si tu médico dice que tu hijo tiene autismo, pero no le ha visto también un neurólogo, un psiquiatra u otros profesionales especializados en TEA, pide que te deriven para poder obtener más información.
Podemos seguir adelante con el tratamiento aunque no estemos seguros de qué se trata?
Si su hijo tiene un retraso en el desarrollo que puede o no ser autismo, un tratamiento como la terapia ocupacional, la logopedia o el entrenamiento en habilidades sociales puede seguir siendo útil.