Un enfoque integral del asma alérgica

Cuando el asma alérgica es difícil de controlar, centrarse en todos los aspectos de su salud puede ayudar. Obtenga más información sobre cómo los cambios en el estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y el alivio del estrés, pueden ayudar a su enfermedad.

Refuerza la nutrición

No hay ninguna dieta para el asma que cure los síntomas. Pero comer alimentos buenos para ti puede ayudarte a controlarlos. Siga estas pautas:

Aumenta la cantidad de frutas y verduras. Llenar el plato con estos alimentos básicos significa más antioxidantes, como el betacaroteno, la vitamina C y la vitamina E. Los antioxidantes ayudan a proteger las células del daño, lo que puede aliviar la hinchazón y la inflamación de los pulmones.

Toma mucha vitamina D. Los estudios demuestran que los niveles bajos de vitamina D están relacionados con ataques de asma más frecuentes. Puedes obtener más añadiendo leche, huevos y pescado -como el salmón- a tu dieta. Pasar más tiempo al aire libre bajo el sol también puede aumentar la vitamina D.

Evita los sulfitos. Los sulfitos son conservantes que se encuentran en el vino, los frutos secos, los encurtidos y las gambas frescas y congeladas. Son un desencadenante del asma para algunas personas.

Mantén un peso saludable. Los kilos de más pueden empeorar los síntomas. ¿Necesita ayuda para perder peso? Hable con su médico.

Mueve tu cuerpo

Los problemas respiratorios desencadenados por el asma a veces dificultan el ejercicio. Pero un aumento lento y constante de la actividad a lo largo del tiempo puede tener un efecto positivo. El ejercicio regular puede:

    Fortalecer los pulmones y los músculos que le ayudan a respirar

  • Promover el flujo de sangre a sus pulmones y al corazón

  • Reforzar su sistema inmunológico para disminuir el riesgo de infecciones respiratorias

  • Aliviar el estrés que puede conducir a la inflamación

Hable con su médico sobre las formas en que puede hacer ejercicio de forma segura. Estas podrían incluir:

  • Calentamiento previo y enfriamiento posterior para evitar cambios bruscos en la temperatura de las vías respiratorias

  • Tener a mano medicamentos de alivio rápido

  • Beber agua para evitar la deshidratación

  • Evitar los desencadenantes como el aire frío o el polen mientras se hace ejercicio

Dormir bien

Las investigaciones sugieren que las personas con asma que duermen bien tienen menos ataques que las que no duermen lo suficiente. Es más probable que necesites atención médica para el asma y que tengas una peor calidad de vida en general si no duermes lo suficiente.

Es más probable que duerma bien si lo hace:

Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días para consolidar el ciclo de sueño y vigilia de tu cuerpo.

No te vayas a la cama demasiado lleno o con demasiada hambre. Evite la nicotina, la cafeína y el alcohol por la noche. Pueden dificultar la conciliación del sueño o impedir que éste sea de calidad.

Duerme en un espacio tranquilo. Lo mejor son las habitaciones frescas, oscuras y silenciosas. Asegúrese de que no hay alérgenos alrededor que puedan desencadenar los síntomas.

Limite las siestas. Duerma 30 minutos o menos durante el día. Es mejor hacerlo a primera hora del día que a última.

Controle el estrés

El estrés puede provocar una respiración rápida y superficial, lo que puede conducir a un ataque de asma. A veces el estrés es inevitable, pero hay prácticas diarias que puedes poner en práctica para controlarlo:

La respiración profunda, la relajación muscular progresiva y la meditación pueden aliviar la tensión y calmar la mente.

Haga ejercicio... Los ejercicios suaves como el yoga o el tai chi son buenos para flexibilizar sus músculos y su estado de ánimo.

Pide ayuda cuando la necesites... Un consejero o terapeuta capacitado puede ayudarte a resolver las situaciones y emociones que te están causando estrés adicional en tu vida...

Examine su entorno

Algunos desencadenantes del asma están bajo tu control, otros no. Entre ellos están el polen y la contaminación del aire exterior. Pregúntale al médico cómo proteger mejor tus vías respiratorias de ellos. El polvo de su casa, el humo de los cigarrillos, las velas perfumadas o los perfumes suelen ser más fáciles de evitar. Haga todo lo que pueda para eliminar los irritantes de su vida diaria: protegerá sus pulmones a largo plazo.

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